Sánchez Gordillo... como esperpento.

INCOMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA

Yo estaba frente a ti;

yo, con los ojos abiertos debajo de tus ojos

en el alba primera del olvido.

Olga Orozco. Génesis. Museo Salvaje

Hace pocas entradas anunciamos que el terreno político y social estaba abonado para la aparición de cualquier tipo de populismo y aquí tenemos la primera candidatura: el ínclito diputado por IU en Andalucía y alcalde de Marinaleda, J.M. Sánchez Gordillo. El esperpento está servido. Este nuevo robín de los carritos de Mercadona, perdido ya el poco seso que le quedaba -si alguna vez tuvo alguno- anima la ola de calor de este verano en las noticias y en la telebasura televisiva, dando que hablar a las aburridas conversaciones estivales. Mientras, Valderas y sus socios del PSé lo miran de perfil para no verlo y que -por dios- no les afecte políticamente la vergüenza propia y ajena que sienten.

A medio camino entre Don Quijote y Hugo Chávez, Sánchez Gordillo en vez de combatir contra los gigantes combate contra las cajeras de los supermercados y luego, tan ufano, enhebrando a duras penas cuatro lugares comunes, cree haber puesto en jaque al sistema capitalista sin haber pasado siquiera por que su propia formación política -Izquierda Unida- sea capaz de presentar una propuesta seria y creible de izquierdas ante la crisis en el (des)gobierno andaluz. Por el contrario, a la vez que se queja amargamente de lo mal que está todo se alía con aquellos que hoy representan en Andalucía -y en España- tantos años de incompetencia, corrupción y política de derecha cortijera. Por primera vez, tenemos un gobierno de IU que también quiere ser su propia oposición: lo que firman por la mañana quieren contestarlo en la calle por la tarde. A este paso, acabarán por descoyuntarse el cuello con este inverosímil ejercicio de esquizofrenia política: unas veces se aparecen como Mr. Jekyll y otras como Mr. Hyde. Pero de todo este disparate JM no dice ni pío y eso que lo tiene delante de sus narices.

Para Sánchez Gordillo -y su corte de matones de la mano negra-, es mucho más fácil asaltar a una pobre cajera de supermercado que ser consecuente con sus propios principios y enfrentarse a las políticas pactadas y ejecutadas por IU. Y es que esto de la autocrítica marxista nunca lo han entendido bien los de izquierdas aquí en Andalucía -ni en España tampoco-. Sánchez Gordillo seguirá cobrando, otra legislatura más, su sueldo de diputado y de alcalde, podrá disfrutar del derecho a decir lo que le de la gana sin que le pase nada -cosa que no ocurre precisamente en su pueblo, Marinaleda, cuna del pensamiento único-, pero seguirá siendo un iluminado tan tonto que nunca le dará por entregar lo suyo antes que robar lo ajeno, por asumir su propia responsabilidad y la de su formación política antes que lanzar esperpénticas propuestas demagógicas que no engañan a nadie, salvo a los camaradas de viaje. Eso sí, los andaluces le tendremos que agradecer otra vez la patética imagen que ofrece de nuestra tierra al resto del mundo... pero podría ahorrarnos esta vergüenza la próxima vez que se le ocurra otra idea tan revolucionaria como la de asaltar carritos de Mercadona.

La respuesta de todo este disparate quizás esté en el siguiente vídeo. Sánchez Gordillo es una nueva especie ideológica que surge del cruce entre Karl Marx y el Risitas. Pero esta vez se ha quedado mucho más cerca del Risitas que de Marx, Carlos. Ojalá al menos hubiera sido capaz de ser un marxista como Groucho. Nos hubiera hecho reír y pensar más.

Vean si no, lo bien que entendía el Risitas los análisis económicos de Zapatero en 2009. Hoy podría hacer lo mismo con Valderas en el (des)gobierno andaluz.