INCOMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA
Andalucía está atrapada en el tiempo. Treinta años repitiendo la misma maldición del Día de la Marmota, la deliciosa película de "Atrapado en el Tiempo" dirigida por Harold Ramis y protagonizada por Bill Murray. Treinta años escuchando las mismas promesas incumplidas, las mismas mentiras, las mismas corruptelas, los mismos dislates, las mismas ocurrencias, los mismos personajes, los mismos "mangazos". Treinta años inaugurando diez veces la misma obra inconclusa, prometiendo habitaciones individuales en los hospitales públicos, garantizando el pleno empleo, anunciando más recursos educativos, augurando no sólo la Primera, sino la Segunda y la Tercera Modernización, -qué más da- sin haber pasado por ninguna de ellas, Andalucía Imparable (qué risa), Andalucia Increíble, Andalucía Emprendedora, Andalucía (in)Sostenible. A este paso, van a acabar con los adjetivos grandilocuentes, echarán mano del diccionario, formarán equipos de expertos para encontrar lo más difícil: una mentira más, una promesa más, un programita más, un adjetivo más. Pero la realidad, para nuestra desgracia, seguirá siendo igual de cutre. ¡Socorro! ¡Estamos malditos! ¡Nos tienen atrapados en el tiempo, cada elección es una repetición de la anterior, estamos condenados a escuchar y a aguantar a los mismos incompetentes, a los mismos torpes, a los mismos mediocres sin escrúpulos! ¡Alguien nos tiene que sacar de aquí!
Lo único que les deseamos a los políticos educativos andaluces, empezando por el Sr. Griñan y continuando con sus consejeros y asesores áulicos, es que les pase como al protagonista de la película, y tengan que repetir una y otra vez el mismo día hasta que lo hagan bien, en vez de condenar a toda la población a sufrir las mismas incompetencias básicas año tras año. Y hacerlo bien, en la película, consistía en servir a los demás, compadecerse y ayudar a los más necesitados, salvar la vida de los que están en peligro, cultivar las artes y la bondad, amar verdaderamente a una persona. ¿Se los imaginan viviendo infinitas veces el día en que se les ocurrió perpetrar el Plan de Calidad, o el electoralista Plan de detección de altas capacidades, o la cacicada del nuevo ROC, o la falta endémica de inversiones en Educación? ¡Sí, sería divertido! Tardarían años, décadas, quizás toda su vida, en hacerlo bien y retirar todos esos engendros inservibles para sustituilos por una política educativa inteligente, imaginativa y al servicio de los demás, no de sus propios intereses personales y partidistas. Cuando menos, aunque no lo consiguieran nunca -que sería lo más probable-, los demás nos libraríamos de ellos para siempre y tendríamos aún una oportunidad para mejorar, para volver a ilusionarnos.
Vean a continuación una selección de secuencias de la película, que ilustran perfectamente lo que les decimos; imagínense el Día de la Marmota en Torretriana mientras los demás intentamos mejorar el desaguisado moral, social, económico y educativo en que nos tienen sumidos desde hace décadas.