domingo, 27 de junio de 2021

Otra chapuza en las oposiciones: ahora en Málaga


                                INCOMPETENCIA CULTURAL Y ARTÍSTICA                                

 

Si en la "chapuza" de Huelva la Delegación Provincial de Educación ha "decidido" no repetir la prueba del tribunal de Inglés tras un lamentable error -como explicamos en la entrada anterior-, en la "chapuza" de Málaga, sin embargo, la Consejería de Educación se está planteando la repetición de la prueba de la especialidad de Dibujo ante el completo desastre motivado por los "lumbreras" -seleccionados por dicha Consejería- que diseñaron una prueba plagada de errores. Una vergüenza.

Según señala la Asociación 09 de Profesorado de Dibujo, Artes Plásticas y Educación Plástica y Visual, el cuadernillo de ejercicios, además de «estar numerado de una forma indescifrable y desordenada, ya de entrada venía con una fe de erratas en tres de los ejercicios», señalan. Durante el desarrollo de la prueba, los propios opositores advirtieron nuevos errores en la propia fe de erratas, y otros fallos en enunciados, planteamientos y procedimientos de ejercicios, que no habían sido advertidos y fueron comunicados a los miembros del tribunal. «Estas erratas se fueron 'parcheando' con modificaciones a mano alzada en la pizarra durante el transcurso de la prueba. En algunos casos hasta dos horas después de haber comenzado. Razón por la cual dieron estos 30 minutos más de tiempo en algunos tribunales, no en todos. Asimismo, dicha medida perjudicó a las personas que llevaban hora y media perdida intentando resolver ejercicios imposibles o con varias soluciones; y beneficiaba por azar a aquellos opositores que comenzaron por ejercicios sin erratas, ya que contaron con más tiempo que los demás» 

Increíble, pero cierto. Estas cosas son las que pasan en Andalucía. Lo que no entendemos es por qué en el tribunal de Huelva la Consejería considera que no se ha vulnerado la igualdad de oportunidades con respecto al resto de opositores andaluces de Inglés que no sufrieron los fallos de dicho tribunal y, sin embargo, sí ha ocurrido dicha vulneración en los tribunales de Dibujo. Cierto que lo sucedido en Málaga afecta a mayor número de opositores pero la conculcación del principio de igualdad se ha producido en ambos tribunales, y la responsabilidad solo recae en la propia Consejería de Educación, en ambos casos. 

Chapuza tras chapuza avanza la Consejería de Educación de Andalucía tapando grietas de un edificio que se cae a pedazos desde hace años. Una de las claves para la mejora de la Educación, como es la adecuada selección del profesorado de la enseñanza pública, sigue siendo una vergüenza. Y no solo por estos incidentes que se repiten año tras año sino por la desidia de los administradores educativos, de sus políticos, para dignificar este proceso de selección bajo los principios de igualdad, mérito y capacidad, y que se repiten también en otras CCAA. Unos principios ignorados por un sistema mal diseñado, obsoleto, ineficiente, chapucero e injusto desde un punto de vista legal. Décadas llevamos arrastrando esta vergüenza que no interesa resolver, por lo visto, a nadie. ¿Hasta cuándo? 

Desgraciadadamente, mucho nos tememos que, como tantos otros problemas educativos, no tiene arreglo. Habría, primero, que darle la patada a centenares de políticos, representantes sindicales, directivos de asociaciones profesionales y de sectores educativos, incapaces de ponerse de acuerdo en lo esencial para afrontar un regeneración educativa y moral en toda regla, y abandonar, de una vez, los chiringuitos, el ombliguismo, el nepotismo, la irresponsabilidad y el adanismo políticos tan extendidos en este país. Largo me lo fías, querido Sancho.

Parece que solo nos queda vivir en una melancolía eterna. ¡Viva Sabina!

PD.: ¡Bien por la Asociación 09 de profes de Dibujo que ha impugnado la prueba! Vergüenza de la Consejería del Sr. Imbroda que sigue negando que no se vulneró el principio de igualdad y no repite la prueba. ¿Ha servido de algo que sea ahora Ciudadanos quién esté a cargo de esta lamentable Consejería en Andalucía? Se lo adelantamos: de nada. No sabemos si el Sr. Imbroda sabe algo de baloncesto, pero de Educación anda cortito, como todos los que lo antecedieron en esa conse-r-jería. Lástima.

                   

miércoles, 23 de junio de 2021

¡Nueva chapuza en las oposiciones docentes!


                      INCOMPETENCIA DE COMUNICACIÓN LINGÜÍSTICA             

 

En este blog hemos afirmado en reiteradas entradas que las oposiciones docentes que se celebran en nuestro país, y especialmente, en Andalucía, son un desastre mayúsculo, una desgracia. Desde diversos sectores se ha evidenciado su escasa capacidad para seleccionar adecuadamente a los futuros docentes públicos, su anticuado formato basado en la memorización idiota y su inutilidad para valorar unas prácticas en aula correctas; en fin, un sistema demasiado caro para lo inútil que resulta. Pero las desgracias nunca vienen solas. Chapuza sobre chapuza, convocatoria tras convocatoria, se suceden "anejdotas" que serían hilarantes si no fuera porque afectan gravemente a personas que llevan muchos años preparándolas. Una de las últimas ha ocurrido la semana pasada en un tribunal de Inglés en Huelva. Y lo sabemos porque ha salido en prensa, pero conocemos otras que no han llegado aún a los medios de comunicación.

Al sacar las 5 bolitas -no como en el bingo como dice el periódico, sino que, muchas veces, suelen salir del bombo real de un bingo de juguete (material de tecnología punta que aporta el propio tribunal)- correspondientes a los temas a desarrollar por los opositores -del que eligen uno-, como quiera que estos se encontraban ubicados en diferentes aulas, en una de ellas, un miembro -o "miembra" del tribunal- se equivocó al escribirlos en la pizarra y, en vez de poner el  número 57 puso el 47. Error del que no se da cuenta nadie del tribunal hasta QUE TRANSCURREN MÁS DE TRES HORAS y, por tanto, falta tan solo una hora para terminar la prueba. Imagínense la cara alucinada y desencajada del personal que había redactado el susodicho tema 47 y se les comunica, en ese momento, que deben tacharlo y elegir otro, para lo cual le "ofrecen" otras DOS HORAS Y MEDIA más de examen, alargando así la prueba hasta las cuatro y media de la tarde -sin pausa para comer, por supuesto. Por cierto, sin tener en cuenta que algunos opositores lo hubieran hecho ya y se hubieran marchado, lo que los dejaría fuera de la oposición sin posibilidad alguna de corrección.

La solución del error del tribunal, presidente y vocales, se trasladó así a los opositores, cargando sobre sus ya cansadas espaldas la resolución del mismo, sin tener en cuenta la desigualdad que ha originado en el ejercicio de la prueba y que, por tanto, a nuestro juicio, la invalida para TODOS porque, se haga lo que se haga ahora, nunca estarán en igualdad de condiciones en la ejecución de la misma. La chapuza tiene difícil solución, pero desde luego el desastre no puede recaer sobre los opositores sino sobre la administración educativa que organiza los tribunales y las pruebas y, por tanto, es la propia administración educativa quien debe dar una solución satisfactoria a TODOS los afectados para que no pierdan su oportunidad después de tantos años de dura preparación.

El sistema de oposiciones docentes andaluz falla por todos lados. Sí, es una chapuza puntual, pero esta chapuza, como tantas otras, es fruto de su mal diseño, su precaria organización y su escasa financiación. Lo que no se comprende es que, si las mismas estaban convocadas desde hace meses, cómo es posible que la Consejería de Educación no haya podido organizarlas con el tiempo y recursos necesarios para asegurar que reinen los principios de igualdad, mérito y capacidad en todos los tribunales. Desde hace décadas, el diseño y la organización de estas oposiciones han ido degradándose hasta llegar a estos ridículos espantosos. Por ejemplo, hace años se invertía más dinero para que, en cada tribunal, los presidentes y vocales no procedieran de la provincia donde se ubicaba dicho tribunal para así evitar "conocimientos" personales sospechosos y, en consecuencia, había que "abonar" adecuadamente su participación -traslados y dietas- en las pruebas -no sorprenderá a nadie que, en la actualidad, los docentes huyan de ser seleccionados para las mismas y su actitud, por tanto, no sea la más favorable para esta delicada tarea. En estos años, además, hemos visto como se reducían los temarios -el temario de legislación se suprimió-, se aumentaba la probabilidad de elección -de 2 bolitas a elegir una, hemos pasado a 5- en el examen escrito y la exposición oral ya no era sobre un tema a elegir entre dos bolitas sino que se reducía a elegir una de entre las 12 unidades didácticas o actuaciones que el PROPIO OPOSITOR incluye en su programación. En fin, en vez de replantear TODO su diseño y el propio temario (que aún es el que estableció la LOGSE en 1990), se ha venido parcheando para hacerlo más "digerible" y fácil, lo que conlleva, qué duda cabe, una peor capacidad de discriminación dentro de un diseño ya de por sí infame que multiplica por diez la probabilidad de una selección mediocre o equivocada del futuro docente de la enseñanza pública.

Mientras el país se encuentra empantanado en mil y una estupideces, un asunto esencial, como es el de la selección adecuada de nuestro profesorado para la enseñanza pública, languidece en manos de impresentables políticos. Vean en el siguiente vídeo el problema visto desde el propio opositor: reírse para no llorar. La vida misma.

P.D.: la Delegación Provincial de Educación de Huelva ha cerrado en falso el problema huyendo hacia delante negando la posibilidad de repetir la prueba en ese tribunal. Lo que deja abierta la posibilidad de recurso de cuantos se sientan perjudicados al haberse vulnerado el principio de igualdad de oportunidades en el ejercicio de la prueba. Como siempre, la Consejería de Educación ha preferido esconder la cabeza ante los problemas en vez de solucionarlos. Una pena.

              

lunes, 21 de junio de 2021

Vuelve la Escuela de Calor del Sr. Imbroda


                        INCOMPETENCIA DE APRENDER A APRENDER                 

 

¿No quieres sopa?, pues ¡toma dos tazas calentitas! Así puede resumirse la insistencia del Sr. Imbroda -consejero de Educación y Deportes de la Junta de Andalucía- con el Plan de Refuerzo Estival -rimbombante título que nosotros preferimos susituir por el de Escuela de Calor- que pretende volver a resucitar este verano. A pesar de la propaganda, el Plan ya fue un fracaso el verano pasado y el anterior. Pero el fracaso nunca ha arredrado a ningún responsable político en Andalucía. (Un paréntesis: estos días vemos a la selección española de fútbol jugar en el "Estadio Olímpico" que nunca lo fue, por eso ahora lo llaman Estadio de la Cartuja. Un caudal de millones que se tiraron a la basura en una obra infrautilizada y abandonada durante muchos años. Un caro fiasco del que sus (ir)responsables políticos salieron "de rositas"..., y que los sevillanos pagaron). Pues bien, esta Escuela de Calor es otro fraude, tanto cuantitativo como cualitativo. 

Fraude cuantitativo: según los datos que ofrece la propia Consejería de Educación, solo 9.000 alumnos/as se apuntaron al Plan el año pasado y eso que era gratis para las familias. Esta cantidad supone tan solo el 0,64% del alumnado que cursa Primaria y ESO en Andalucía. Una de dos, o los resultados académicos de los alumnos andaluces son fantásticos y por eso son tan pocos los que necesitan este "refuerzo estival", o las familias y el alumnado pasaron claramente del Plan, no les interesó siquiera como medida de "conciliación familiar" como propugna uno de sus objetivos. Ya solo por esta cuestión habría que poner en duda la pertinencia de la Escuela de Calor del Sr. Imbroda. Si además se contrata al profesorado de aluvión por 30 € la hora -y en julio- la cosa adquiere visos de charlotada.

Fraude cualitativo: dar más de lo mismo durante el caluroso mes de julio al alumnado que ha presentado problemas de rendimiento o de aprendizaje durante los nueve meses anteriores solo puede calificarse de tortura, y debería estar penado por ley. Además, ese más de lo mismo lo imparte profesorado que ni conoce al alumnado ni ha trabajado con él, así que este "refuerzo estival" solo puede entenderse como mero pasatiempo, probablemente algo parecido a "muermolandia" por mucha voluntad que le echen algunos profes y algunos alumnos. 

Vamos, que por mucho que les echen un balón -en julio, dios mío, con el cemento ardiendo- para complementar las enseñanzas de Lengua, Matemáticas e Inglés -como dice el Plan- con actividades deportivas, no estamos hablando -ni de lejos- de algo parecido a lo que fueron aquellas "Misiones Pedagógicas" de la II República.

Sr. Imbroda, si quiere conciliación familiar en julio para familias con pocos recursos y no torturar más al alumnado andaluz desfavorecido, podría gastarse el dinero de su maravillosa Escuela de Calor en abonos para estancias en parques acuáticos, albergues juveniles de montaña y playa o granjas-escuela, en las que se puedan insertar actividades interesantes de teatro, dramatización, artes plásticas, juegos, bailes o deportes. Estamos seguros que, entonces, su "plan" sería un éxito rotundo. Eso sí, le obligaría a rascarse algo más los bolsillos, pero el beneficio social, familiar y educativo obtenido lo compensaría con creces. 

¡Menudo petardazo de Plan Sr. Imbroda! Acabe de una vez con él y no tire el dinero en ocurrencias estúpidas. Eso ya lo intentó su antecesora socialista y fue un fracaso, pero está claro que nadie aprende en cabeza ajena, y menos un político andaluz. Para que vea Vd. que somos constructivos ahí le dejamos la sintonía de su "Escuela de Calor", interpretado por Radio Futura. ¡Sí, Sr. Imbroda, hace falta valor, ha-ce fal-ta valor, y venga a la Escuela de Calor y diviértase, deje de torturar a los chiquillos!!


                  

Vean las diferencias entre estas dos imágenes. Una de una Escuela de Calor y otra de una posible alternativa. ¿En cuál aprenderían mejor los niños y niñas? ¿En cuál se conciliaría mejor con las familias? Pues eso.

 

 

 

Escuela de recuperación en verano


 

 

Campamento de verano en albergue juvenil

jueves, 17 de junio de 2021

Yván Pozuelo: la rebelión del 10


                           INCOMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA                           

 

En la entrada anterior mostramos que las supuestas "locuras" de este profesor de Asturias -por las que ha sido amenazado con un expediente que puede inhabilitarle durante 30 años- no eran tales. En su libro "Negreros o docentes: la rebelión del 10", editado en México por Palabra de Clío -en 2007-, Yván Pozuelo expone los principales ejes de su propuesta, y les aseguramos que no constituyen ninguna locura. El libro no es extenso, ni pesado, ni utópico, ni equivocado. Nace de la propia práctica docente, de la experiencia de un profesor que puede ser perfectamente compartida por las experiencias de tantos otros. Es un ejercicio honesto de profesionalidad que pone en tela de juicio muchos de los "axiomas" que damos por inamovibles en la enseñanza actual y, sobre todo, le da un serio revolcón a cómo entendemos la enseñanza, la evaluación de los aprendizajes y las supuestas "calificaciones objetivas" que asignamos. Les aseguramos que no tiene desperdicio y se lee con interés. En esta entrada solo resaltaremos algunos aspectos de su ensayo con el ánimo de que promuevan la reflexión, el debate y el deseo de conocer más en profundidad sus propuestas.

La "rebelión del 10" es un golpe dado en la mesa o, más bien, un toque dado en las cabezas de aquellos docentes adormilados, deprimidos, alienados, atenazados por un papel que no desean ejercer, por unos juicios -le llaman evaluación- que, con la experiencia, van constatando el poco valor "objetivo" que tienen en una enseñanza tradicional, opresiva, arbitraria y caduca. Yván Pozuelo comienza su ensayo con una cita de El Principito, lo que ya es, por sí sola, una declaración de intenciones: "Las personas mayores me aconsejaron abandonar el dibujo de serpientes boas, ya fueran abiertas o cerradas, y poner más interés en la geografía, la historia, el cálculo y la gramática. De esta manera, a la edad de seis años abandoné una magnífica carrera de pintor."

A continuación, empieza a poner en cuestión la evaluación que se realiza en la educación obligatoria de un modo claro, argumentado y sistemático: "Si no nos enseñaron a enseñar, tampoco nos enseñaron a evaluar. No obstante, sin casi ningún pudor, ponemos notas, sin más. Puntuar es nuestra profesión". Y nosotros añadiríamos: y sobre ese poder de la calificación se edifica el sistema de relaciones viciado y nocivo que existe entre todos los que intervienen en el acto educativo: alumnado, familias, profesorado y administración. Hasta tal punto, que muchos se sienten desnudos, desarmados o desconcertados, si se les quita esa poderosa "arma" de sometimiento y obediencia, a sabiendas, y esto es lo peor, de lo arbitraria e injusta que es en muchas ocasiones desde los inicios de la escolarización. Todos conocemos colegas que abusan de ese poder de manera poco ética, suspendiendo a la mayoría -como dice Yván, todo docente sabe poner un examen que cualquier alumno pueda suspender- o aprobando de manera generalizada -conocemos a muchos docentes que para evitar reclamaciones futuras aprueban a todos pero, eso sí, son "listos" y lo hacen discretamente, aunque los estudiantes saben perfectamente distinguir a unos de otros. Por supuesto que los servicios de inspección jamás intervienen en estos casos y, si lo hacen, no llegan nunca a ningún puerto.

"Los profes somos recalcitrantes. Logramos en pocos años pasar de evaluar "por" competencias a evaluar "para" las competencias. Este truco de passe-passe procede de la falta de formación sobre cómo evaluar por competencias, lección ausente para su puesta en práctica". Yván pone otro dedo en la llaga que nadie quiere ver: la falta de formación del profesorado para ejercer su labor, para entender su papel y, por lo que aquí toca, para saber qué supone una evaluación por competencias y cómo desarrollarla en la práctica del aula. También en 2007, en el artículo Currículo y Competencias Básicas (CCBB), de A.I. Lledó se establecían cuatro indicadores para saber si la introducción de las CCBB en la LOE (2006) conduciría a una verdadera reforma educativa o a otra nueva reforma tipo Lampedusa -reforma todo para que todo siga igual-. Trece años después, ninguno de los cuatro indicadores se han cumplido: ni se configuró un nuevo currículo por competencias, ni existió un compromiso ético por la equidad y la inclusión, ni se acabaron con las visiones neoconservadoras y de rentabilidad económica en la educación, ni se mejoró la formación del profesorado. La evaluación-calificación siguió anclada en el mismo concepto tradicional por más que se la "adornó" con nuevos algoritmos, complejas tablas, rúbricas y retórica barata. De este modo, como también apunta Yván, no es de extrañar que lleguemos a 2021 con un sistema educativo degradado, arruinado y con un profesorado mal formado, desmotivado, ignorado, desprofesionalizado y desprestigiado social y salarialmente. 

Pero, el profesor Yván Pozuelo, en su ensayo de la "rebelión del 10" no realiza solo críticas razonadas y basadas en la realidad de las aulas sino, también, propuestas que nos orientan hacia una revisión de la política educativa y de la labor docente: un currículo menos comprensivo y más diversificado que permita adaptarse mejor a los intereses y necesidades del alumnado, reducir el tamaño de los centros educativos hasta un máximo de 450 alumnos/as, defensa de la enseñanza pública y eliminación de la concertada y de las asignaturas de religión en las escuelas o la dignificación e impulso de la formación profesional. 

El ensayo finaliza con un conjunto de propuestas prácticas para renovar las prácticas del profesorado y, especialmente, de la evaluación. Por su extensión y riqueza es imposible siquiera destacar aquí algunas de ellas, pero les aseguramos que son válidas, posibles y muy interesantes. Por otra parte, el profesor Yván Pozuelo no persigue ningún tipo de proselitismo ni acuerdos ciegos de fe, tan solo que su ensayo y su práctica docente puedan orientar la mejora de la reflexión, la innovación educativa y el control de la profesión por parte de quienes la ejercen, los y las docentes, y no por otros sectores, administradores, políticos o poderes fácticos. Y en eso estamos en este país, desde hace décadas.

Calificar es etiquetar, encasillar a las personas en estereotipos simples y por ello injustos. Y los docentes lo hacemos de manera natural desde que los niños y niñas comienzan en la escuela. Lo hacemos casi sin darnos cuenta, como si nuestros juicios, nuestras notas, fueran una verdad absoluta. Una nota que tiene el poder de discriminar a las personas y, lo peor, cercenar sus posibilidades futuras, su propia autoestima, su identidad y su proyecto vital desde temprana edad. Para que vean lo fácil y lo equivocado que es encasillar les ofrecemos este vídeo danés: hay muchas más cosas que nos unen que las categorías que estúpidamente solemos aplicar a nuestros semejantes y que tanto nos separan.

                       

Y si aún no están convencidos, abajo les dejamos esta breve entrevista al británico Richard Gerver, director durante varios años de la escuela primaria Grange, uno de los referentes mundiales en innovación educativa y autor del libro "Crear hoy la escuela del mañana". No se pierdan el inquietante final del vídeo.

                                

viernes, 11 de junio de 2021

¿Se ha vuelto loco el profesor Yván Pozuelo?


                         INCOMPETENCIA DE APRENDER A APRENDER                   

 

¿Qué hay detrás del titular periodístico de un profesor que pone 10 a todos sus alumnos? ¿Ha perdido la cabeza este hombre? ¿La amenaza de inhabilitarle por 30 años es la sanción que se merece? ¿Hay que echarlo del sistema cuanto antes? Sabemos que hay bastantes piraos y pirás en los centros educativos pero, ¿este docente es uno de ellos? Pues verán, si vamos más allá del titular de la noticia, y si escuchamos sus argumentos, sinceramente creemos que está bastante más cuerdo que la mayoría y, desde luego, su posición es más coherente y está mejor informado que los que legislan tan compulsivamente en materia educativa en nuestro país y en Andalucía; y, además, nos atreveríamos a decir que, incluso, está por encima de la media de ese profesorado que, mayoritariamente, se limita a obedecer con resignación las ocurrencias y disparates que año tras año, ley tras ley, nos lanzan nuestros políticos lumbreras, acaso para sobrevivir tan solo en un medio hostil que es como están poniendo a los centros escolares en los últimos tiempos.

Analicemos algunas de sus "locuras". En este blog siempre hemos tenido una duda ética. ¿La Educación OBLIGATORIA (Primaria y ESO) debe asumir la función social de discriminar, seleccionar y distribuir al alumnado ante sus posibilidades futuras? ¿Una población ya "cautiva" debe asumir que se utilice la calificación de su "supuesto rendimiento" -con respecto a criterios que han elegido otros- para limitar o posibilitar su futuro? ¿Es una "locura" sostener que la ESO debería regirse por los mismos principios éticos que la Educación Primaria? Nosotros creemos que NO. El tramo de educación obligatoria hasta los 16 años, al ser una educación comprensiva y universal, debe orientarse al óptimo desarrollo personal y educativo de su alumnado, y no debe erigirse en un sistema de selección social que facilite o cercene sus posibilidades futuras. Éticamente no se sostiene y eso sin entrar en la cuestión del infame establecimiento de criterios e indicadores de "evaluación" -supuestamente objetivos- que no se compadecen ni de lejos con el discurso de las nuevas competencias básicas europeas. 

Vayamos con otra "locura" de este profesor. ¿Creen, de verdad, que se puede "evaluar por competencias básicas", flexibles y transversales de acuerdo a su definición, para después obligar al profesorado a reducirlo todo a la emisión de un número entre 0 y 10? Creemos que NO, es honestamente imposible. Si algún lumbrera de la administración educativa hubiese entendido qué son las competencias básicas, a continuación se habría visto obligado a cambiar radicalmente la evaluación -entendida no como medición sino como comprensión del proceso de aprendizaje- y, a renglón seguido, eliminar las calificaciones numéricas por área/materia en la Educación Obligatoria. Porque competencia y medición numérica son conceptos incompatibles. Sin embargo, algunos listos -que dan cursillos y escriben panfletos- han tratado de hacer la cuadratura del círculo proponiendo intrincados algoritmos que facilitan dicha tarea al incauto profesorado. Digámoslo claro, es un GRAN ENGAÑO. A quienes deberían inhabilitar durante 30 años es a estos memos y a los que están detrás legislando imposibles, y no a este profesor de Asturias.

 

 

Y, finalmente, para no alargarnos mucho, analicemos otra de sus "locuras". Las notas que ponemos los docentes, dice este profesor, no califican, "descalifican". Y no anda muy descaminado ¿Debe ser el profesorado con sus calificaciones, debemos ser los docentes los que nos prestemos a ser instrumentos de un sistema educativo deficiente para distribuir a los jóvenes en la escala social de acuerdo a unos muy discutibles baremos y criterios académicos? Muchas teorías e investigaciones socio-educativas (Bordieu, Passeron), desde el siglo pasado, han desvelado la función de la escuela como instrumento al servicio de poderes públicos y económicos para dar carta de naturaleza, legitimar -con apariencia de "evaluación objetiva"- las diferencias por capacidades y procedencia social de los niños y niñas. Y si, encima, estos jóvenes se ven obligados a asistir a las instituciones escolares hasta los 16 años, esta función se convierte en intolerable desde un punto de vista ético, social y educativo, porque ni siquiera pueden escapar de ser estúpidamente etiquetados por un sistema educativo deficiente e injusto.

Entendemos que poner 10 a todo el alumnado, como hace este profesor, es una llamada de atención, es una forma de desvelar pacíficamente las mentiras y engaños del actual sistema de evaluación, porque lo que realmente habría que hacer es negarse a calificar, que no a evaluar. Porque evaluar por competencias básicas -que no es otra cosa que tener como referencia estos saberes básicos y no los contenidos de un currículo rancio del s.XIX-, es negarse a calificar, claro que sí, pero justo para realizar una evaluación coherente con las competencias, esto es, entendida como compresión de los procesos individuales de aprendizaje de nuestros jóvenes con el fin de ayudarlos a mejorar y aprender por sí mismos. Es negarse a calificar, además, porque se trabaja por proyectos de aprendizaje colaborativo y porque se realiza una enseñanza inclusiva, una enseñanza que acoge a todo el alumnado más allá de sus capacidades y procedencia social y no los etiqueta ni los compara con ningún criterio estándar descontextualizado.

¡Cómo van a expedientar a este profesor! ¡Cómo van a inhabilitarlo por 30 años, si es de los pocos -en un sistema degradado y arruinado- que sabe lo que hace y por qué lo hace, y porque su propuesta pedagógica es coherente con las propuestas internacionales -Evaluación de Competencias Básicas Europeas, Informe Delors, directivas de la Unión Europea...- que, supuestamente, debería haber desarrollado nuestro país hace décadas! A quienes habría que inhabilitar por 30 años -¡hasta el 2050!- es a todos los equipos políticos del Ministerio de Educación español y de la Consejería de Educación andaluza desde el año 1990.

Al profesor Yván Pozuelo lo que habría que proponerle es que desarrollase su proyecto no solo en su aula, sino en un centro completo o una red de centros que alumbrara una nueva forma de educar a nuestros jóvenes en el s. XXI. ¡Lo que habría que hacer es proponerle para un premio nacional o internacional! Desde nuestras páginas lo apoyamos sin reservas. ¡30 años de inhabilitación, serán imbéciles! ¡Ánimo Asturias! ¡Ánimo Yván!


             

martes, 8 de junio de 2021

¿Más pantallitas? No, gracias

 

"Esta exigencia de lo visual y de la comunicación mediatizada por la pantalla implica que la mayor parte del tiempo estemos solos durante el proceso, a pesar de percibir una sensación de compañía (...) A medida que se fortalece esa comunicación "sin vivencias" (no se hace en vivo) aumenta otro tipo de violencia: la desconfianza (...) Un proceso que avanza hacia un aumento de vida en soledad".

                 Filosofía ante el desánimo. Pág. 216. José C. Ruiz. Ed. Destino. 2021


                                  INCOMPETENCIA DIGITAL                                      

¿Qué papel debe jugar la escuela hoy? ¿Qué función debe asumir la educación en una sociedad dominada por la tecnología, las redes sociales y la comunicación virtual global? No es fácil la respuesta, pero sin duda nos exige reflexionar serenamente antes de tomar decisiones imprudentes, impulsivas o erróneas. En la entrada anterior nos llamaba la atención que países digamos "ricos" limiten la presencia de los ordenadores en sus aulas -Finlandia, Francia, Alemania...- con porcentajes bajos de portátiles o tabletas por número de alumnos. Hace unos años, conversando con  maestras finlandesas nos respondían de manera informal que "bastantes horas de pantalla tenían ya sus alumnos en sus casas como para aumentar esa exposición en la escuela", de ahí que en su currículo dieran importancia a "materias físicas" como carpintería, cocina, juegos o artes plásticas, dedicando pocas horas semanales a trabajar en el aula de informática de su centro.

Esto debería llamarnos la atención en un país como el nuestro tan dado a tomar caras medidas "electoralistas" para llenar de "pantallas" nuestras aulas mediante la implantación de "programas" de títulos rimbombantes. Ahora, la consejería de educación andaluza vuelve a la carga para gastarse un caudal de millones de euros en llenar de portátiles, pizarras y tabletas nuestros centros educativos. ¿Es esto un avance o un disparate? Para nosotros sin duda es un disparate, otro más de los tantos que venimos soportando los docentes y pagando la ciudadanía andaluza.

Si además se suscriben acuerdos con multinacionales tan potentes como Microsoft o Google nos encontramos ante una auténtica rendición o supeditación de la Educación al mercado en su peor versión. De ahí que, en vez de llamarse "consejería de educación", a partir de ahora quizás sería más apropiado cambiarle el nombre por "Microsoft Education Departament" o "Google Global Education", en plan bilingüe. Un desastre. En Torretriana, sede de la consejería de educación andaluza, no es que no se reflexione sobre el papel que debe jugar la escuela en la sociedad actual sino que, literalmente, no hay nadie que use su cerebro para pensar qué escuela queremos construir para las próximas décadas. 

Si tuvieran el hábito de leer y pensar, antes que el de dilapidar nuestros impuestos y mentir, les recomendaríamos a nuestros políticos el libro de José C. Ruiz citado más arriba. No resulta una afirmación apocalíptica que el abuso generalizado y acrítico de las "pantallitas" en nuestros niños pequeños y jóvenes conducirá a una sociedad desconfiada, manipulada y solitaria; serán -son ya- un instrumento letal para la construcción de una ciudadanía crítica y activa porque los convertirá no en ciudadanos sino en consumidores esclavos, les robará sus derechos civiles y los sustituirá por placebos insastisfactorios; finalmente, los condenará a la frustación y al alejamiento de la realidad, como ya, desgraciadamente, está ocurriendo con muchos de ellos y con muchos adultos también. ¿Es esta la sociedad que queremos?

La Escuela no puede limitarse a ser una correa de transmisión de todo esto; no puede ser un mero punto de venta de algoritmos y big data para manipular a los ciudadanos. Al contrario, la Escuela, así con mayúsculas, debería ser un espacio crítico donde analizar qué nos está ocurriendo con las tecnologías, las redes sociales y la comunicación virtual global; que analice y prevenga los graves peligros a los que estamos exponiendo a las nuevas generaciones para que grandes corporaciones de planteamientos éticos muy dudosos obtengan cuantiosos beneficios y poder. La Escuela, la Educación, la enseñanza, el currículo, deben ser capaces de alumbrar visiones críticas e informadas de lo que sucede "ahí fuera", no supeditarse ni venderse a las presiones económicas y políticas que nos rodean. Debe ser un espacio de libertad de pensamiento, de acción responsable y, en ocasiones, hasta de oposición a la estupidez dominante. Sabemos que estamos defendiendo un papel regeneracionista de la Escuela, algo más propio del siglo pasado, pero que no terminó nunca de cuajar por el peligro que supone la existencia de una Escuela Libre para el pensamiento único, las dictaduras más o menos encubiertas y el dios-mercado del capitalismo salvaje. 

No se trata de huir de la realidad, no se trata de negar que existen las pantallas, se trata de saber qué papel deben jugar, qué peligros representan y saber utilizarlas para el beneficio, no de las empresas, sino de los ciudadanos y de la libertad. Si, por otro lado, los estudios que se han realizado no han mostrado que las escuelas que poseen más ordenadores obtengan mejores resultados en la educación de sus alumnos y alumnas Si, además, perjudican más a los estudiantes de clases desfavorecidas, ¿por qué seguimos embobados con la tecnología, las redes sociales y las relaciones virtuales en las escuelas andaluzas? ¿Qué nos están vendiendo? ¿A quién nos estamos vendiendo? ¿Qué estamos abandonando? ¿Qué futuro estamos construyendo?

Si no están suficientemente preocupados por este nuevo disparate vean este vídeo de Tristan Harris, antiguo ejecutivo de Google, en una breve charla TED, donde nos cuenta cómo controlan nuestra atención, nuestras emociones y nuestros pensamientos desde departamentos específicos creados en las grandes corporaciones tecnológicas y ya nos cuentan. Sr. Imbroda, infórmese primero antes de suscribir ningún acuerdo con Google o Microsoft y de comprar tantos ordenadores y cacharritos tecnológicos. Parafraseando aquella sentencia célebre de James Carville, "es la Educación, estúpido".