lunes, 30 de enero de 2023

¿Faltan docentes bien formados?

 

              INCOMPETENCIA DE APRENDER A APRENDER              

Vaya por delante que esta entrada no tiene ninguna intención de culpar al profesorado de nada. Si bien, todos hemos conocido a malos profesionales en los centros educativos por los que hemos pasado y esto no es una opinión, es una realidad. La falta de supervisión técnico-didáctica los eterniza en sus puestos desgraciadamente. Pero la gran mayoría del profesorado asume con responsabilidad su importante función, algunos más allá de lo exigible -y se demostró palmariamente durante la pandemia y el confinamiento.

Durante décadas, la insistencia en la autoformación del profesorado con el fin de compensar las evidentes lagunas de su formación inicial no tuvo otro interés que tapar la incapacidad política de reformar la formación del profesorado heredada de la dictadura. Lo hemos repetido en muchas de nuestras entradas, ninguna ley educativa desde la transición de 1978, ni roja ni azul, ni progre ni facha, ha afrontado este grave problema. Lo han ignorado y sólo se ha maquillado el desastre con parches inútiles: autoformación, centros del profesorado, másteres específicos, retoques de programas, etc... Ni siquiera la reforma estructural a que obligó el Plan Bolonia fue aprovechada para cambiar los grados universitarios docentes en profundidad. Tampoco se "limpió" al profesorado universitario de las escuelas "normales" cuya mayoría desconocía la experiencia docente real de los colegios e institutos, ni hubo una política de contrataciones de personal experimentado y conocedor de la realidad docente de colegios e institutos. Nadie forma bien en lo que desconoce. Y eso no parece preocupar a nuestros políticos educativos.

Lo que no se ha permitido en otros estudios -sanitarios, ingenierías, jurídicos...- de poner al frente de la enseñanza a docentes universitarios sin experiencia profesional real, se ha venido haciendo con descaro en la formación de los futuros docentes. No nos podemos extrañar, pues, de la cantidad de cantamañanas, vendedores de motos averiadas, gurús o simplemente caraduras, que aún siguen "formando" inicialmente al profesorado español. Futuros docentes que salen de la universidad o de los másteres específicos sin tener ni idea de lo que tienen que hacer en un aula. Sólo protocolos burocráticos, teorías masturbatorias, basura ideológica, prácticas inútiles y poco más. Una vergüenza.

¿Que no es culpa del profesorado? Claro que no. El profesorado es la víctima de todo este desaguisado político, de esta frivolidad acumulada década tras década. ¿Que se puede solucionar gracias a la autoformación voluntarista, a los CEP´s y a los másteres? Tampoco, ni aunque esta formación fuera buena, que no lo es: los grupos de autoformación naufragaron y se convirtieron en un modo fácil de conseguir horas para los sexenios y algo de dinero, los CEP´s se convirtieron pronto en sucursales de la consejería de turno para propagar la fe y pagar favores, y el máster obligatorio de Secundaria no pasa de ser un timo como el de la estampita pero sin gracia. Ya lo decía Gimeno Sacristán en los años noventa: las lagunas de la formación inicial no se pueden rellenar con la formación permanente. Treinta años después es una evidencia. Y así seguimos. ¿Hasta cuándo? 

Todos recordamos a nuestros maestros y profesores, buenos y malos, los que nos marcaron para bien y los que lo hicieron para mal. En el programa Ilustres Ignorantes nos ofrecieron una divertida muestra de recuerdos que nos puede ilustrar sobre las cualidades que debe tener un buen profesor y las que no. Ahora compárenlo con la formación que se da en las universidades y la forma que existe para seleccionarlos en las oposiciones. Irgensanta. ¿Nadie se da cuenta de que este es uno de los principales problemas que tiene nuestro sistema educativo desde antes de la Guerra Civil? Ponó.


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