Incapacidad manifiesta de realizar determinadas acciones que se supone deben haberse adquirido para desarrollar un determinado trabajo o, en este blog, una acertada política educativa en Andalucía y España. Consisten en una rara mezcla de ignorancia, torpeza, inoperancia, frivolidad, prepotencia y algunas dosis de clara idiotez.
Ahí la tienen. No es una foto trucada. La pueden encontrar en multitud de medios de comunicación. El pasado 18 de marzo, la mismísima Sra. Celaá, otrora ministra de Educación, además de portavoz del gobierno social-comunista presidido por Pedro Sánchez, ataviada con la rancia mantilla española, presentó sus credenciales de embajadora ante el Vaticano. Incluso el papa Francisco bromeó diciéndole que venía hasta con la "peineta" puesta.
Sin duda, estaba encantada de sí misma después de haber logrado su mayor aspiración política como socialista (?) y como vasca (?) de pro. Que algunos veamos en todo este sainete una contradicción de fondo y de forma será, para otros, producto de nuestro resentimiento. No sabemos qué pensarán Vds. pero, para decirlo más castizamente, nosotros creemos que la foto es una vergüenza o, como poco, la exposición descarnada de un engaño. Puestos a disfrazarse podría haberlo hecho con propuestas más divertidas y alternativas -lagarterana o domadora de leones, por ejemplo. Pero nos tememos que no era una disfraz.
Durante años, esta señora fue adalid de la última -la octava- ley orgánica de Educación en España, la LOMLOE. Una ley que, según sus argumentarios políticos, acababa con la injusta LOMCE del PP, aprobada por la derechona vetusta y que sumía al sistema educativo de nuestro país en la noche en blanco y negro de los tiempos oscuros. Pero, viendo la foto, es la Sra. Celaá la que, realmente, encaja a la perfección con ese estereotipo de derechona vetusta y rancia, cual si fuera una goyesca duquesa de Alba sin gracia, vestida con peineta y escurrío traje negro de volantes, como si de visita de Jueves Santo de Oficios se tratara. A no ser, eso sí, que esta señora se comporte como aquel personaje de la película Zelig de Woody Allen, una especie de camaleón social, capaz de adoptar la apariencia de su interlocutor en cada situación, y que dejaba en el aire la pregunta de quién era realmente.
Y esa es la pregunta que nos hacemos con la Sra. Celaá: quién es esta señora, quién era cuando impulsó una ley educativa socialista (?), nuevamente partidista e inútil, para dejar en la misma situación de indigencia al sistema educativo español. Pues ahí la tienen. ¿Cuál es su discurso real? En nuestra opinión, todo parece indicar que esta foto ante el papa muestra su verdadera naturaleza, ya que nadie la obligaba a presentarse de esa guisa ridícula en el Vaticano. Un atavío más propio de cualquier tonta rica presta a hacer genuflexiones para, de camino, hacerse un selfi con el que coronar su rico patrimonio y encandilar a sus tontas amistades. Vanidades... de izquierda (?).
Lo sentimos por los que creyeron que esta señora representaba una opción moderna y progresista para reformar la educación. A nosotros, esta señora nos parecía, desde el minuto uno, la representante tipo de esa "izquierda de caviar" que tanto daño ha hecho, y sigue haciendo, a la credibilidad de las opciones verdaderamente progresistas en nuestro país, tanto en educación como en otras áreas políticas y sociales. Una muestra más de ese pensamiento débil, de esa frivolidad e incultura que parecen anidar en las nuevas generaciones de políticos adanistas de izquierdas -socialistas y comunistas-, y que han sido criados y alimentados -con cargos públicos- por sus propios partidos, gracias a la implementación de una implacable "selección negativa" -Félix Bayón, dixit- dirigida a seleccionar y promover a los más mediocres y manipulables en vez de a los mejores.
Para la Sra. Celaá, el ministerio de educación fue el último peldaño para ascender a los "cielos romanos". Fue premiada por el Sr. Sánchez por ser una inútil, tanto como ministra de educación como ministra portavoz de su gobierno. Y esa es la esencia de la selección negativa: ser nombrado y ascendido justo por ser un/a incompetente, si bien dócil y obediente. Nos alegramos por ella, pero lo lamentamos por todos nosotros, y por otra oportunidad perdida para mejorar la educación en España.
Y, hablando de camaleonas políticas, y de camelos políticos, les dejamos con una secuencia de Zelig, el camaleón humano, sin duda un modelo seguido por nuestros actuales políticos capaces de medrar sin descanso y cambiar de lealtades y de principios si con eso se aseguran el pan de su gente y el cariño de la "gente". A propósito de camelos y camaleones, otro día hablaremos del Sr. Pedro Sánchez, o quizás no.