domingo, 27 de febrero de 2022

¡NO a esta guerra, también!

 

INCOMPETENCIA DE APRENDER A APRENDER, SOCIAL Y CIUDADANA

Este pasado jueves 24, el gobierno ruso, liderado por el iluminado megalómano Putin, ha bombardeado e iniciado la invasión de Ucrania matando a decenas de soldados y civiles. Sin pudor alguno, lo ha justificado con mentiras e interpretaciones propias de un majara como Hitler. Sí, pero un majara que tiene en su dedo índice el terrible poder de apretar el botón de la MUERTE de miles o millones de personas. Parece que Europa no ha aprendido nada después de sufrir el terrible y sangriento s. XX, y sus sistemas políticos, sobre todo cuando se convierten en autocracias populistas o satrapías, no logran evitar que verdaderos psicópatas concentren un poder omnímodo y sean capaces de destruir el mundo de todos.

Cuando hace veinte años, otro majara, en este caso norteamericano, el entonces presidente George W. Bush, decidió invadir Irak, justificándolo también con mentiras, toda la progresía de izquierdas acuñó el eslogan del NO A LA GUERRA. Un grito lanzado, sobre todo aquí en España, contra el patético presidente de entonces, José M. Aznar. Ambos, junto con el premier británico Tony Blair, formaron el peor trío -fullero- de la historia que se recuerda: el Trío de las Azores. Una vergüenza que no debería olvidarse.

Pero hoy, también es una vergüenza que los mismos que, entonces, enarbolaron las pancartas del No a la Guerra, callen o se pongan exquisitos cuando es un tirano -heredero del imperialismo más rancio, el comunismo soviético- el que empuña las armas contra un pueblo más débil. ¿Ya no hay que sacar a las multidudes a la calle? ¿Ya no hay que hacerse fotos en la delantera de las manifiestaciones pacifistas? ¿Ya no hay que denunciar ante el mundo a los líderes imperialistas? ¿Basta tan sólo con una nota de prensa y unas declaraciones falsamente equidistantes -No a la guerra y No a la OTAN-? Cuando la invasión de Irak, no recordamos que su No a la Guerra lo acompañaran con el No a la tiranía iraquí. ¿Dónde está ahora esa izquierda buenista y bien alimentada tan preocupada por el derecho a la independencia? ¿Es un derecho que no tiene Ucrania? Y, más aún, ¿cómo justificar a un criminal, aunque lo consideren uno de los suyos, en pleno s. XXI? ¿Cómo hay que defender la Paz cuando van a quitarte todo lo que tienes, incluida la vida? ¿Con diálogo y buenas maneras? Es evidente que, cuando se dispone de coches oficiales con calefacción en los asientos y privilegios inmerecidos es más fácil silbar y mirar para otro lado.

Europa vuelve a convertirse en un territorio de guerra e injusticia, como ya ocurrió hace treinta años en el conflicto de los Balcanes. Conflicto en el que, por cierto, la Unión Europea ejerció un papel vergonzoso. ¿Se inhibirá de nuevo y nos convertiremos en neutrales observadores de un acto criminal? O, ¿volveremos a los prolegómenos de la II Guerra Mundial, cuando en 1938 otro psicópata, Hitler, anexionó Austria y a continuación invadió y se apropió de los Sudetes en Checoslovaquia con los mismas trampas y argumentos que hace ahora Putin? ¿Volveremos a la desastrosa política de apaciguamiento que propició que Hitler tuviera tiempo de rearmarse para una guerra de conquista? ¿Ya no nos acordamos de la primavera de Praga, cuando en 1968 los tanques soviéticos invadieron Checoslovaquia y pisotearon sus anhelos democráticos? Preguntas, preguntas.

Tenemos muy mala memoria y, ciertamente, hemos aprendido muy poco si no tenemos la convicción de que, ante hechos tan graves, no tenemos más remedio que defender nuestras libertades, nuestros derechos y nuestras democracias con todas nuestras fuerzas. Por cierto, nos gustaría ver qué harían para defender a Ucrania los gurús de la Educación por la Paz que dan sermones e imparten doctrina en los centros escolares. Bla, bla, bla.

Año 2022. Las vidas humanas empiezan a valer muy poco. La verdad aún menos.

Por una vez, no tenemos ganas de sonreír. Así que les dejamos con el maravilloso Adagio para cuerdas de Barber, interpretado por la Filarmónica de Viena bajo la dirección de Gustavo Dudamel. En memoria de los que sufren, mueren y seguirán muriendo en Ucrania.


                     

jueves, 24 de febrero de 2022

La pandemia oculta: crecen las enfermedades mentales

 

                INCOMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA                 

La actual pandemia ha movilizado una ingente cantidad de recursos económicos y personales a nivel mundial. Gracias a ellos -y a la carrera de las farmacéuticas por liderar el mercado mundial de vacunas y remedios contra el Covid-19- se han podido evitar millones de muertes. Pero, digámoslo con crudeza: la pandemia también ha enriquecido exponencialmente a los institutos de investigación y a las compañías farmacéuticas y sanitarias en justa (?) compensación por las inversiones que han realizado -junto con los gobiernos- para lograr en tiempo récord una variedad de vacunas y tratamientos efectivos contra el virus.

Ahora bien, quedan muchas secuelas pendientes del desastre originado en China -no sabemos aún ni cómo ni por qué- que no se arreglan con vacunas. Además de las miles de personas que sufren el denominado covid persistente, hemos de resaltar aquí aquellas otras miles que sufren secuelas psíquicas como consecuencia de las medidas extraordinarias que hubo que tomar para confinar a la población y suspender derechos individuales (de reunión, de libre circulación, etc...) durante meses. Lo traemos aquí a colación porque estos problemas de salud mental están afectando, especialmente, a niños y jóvenes, además de a adultos. Y, sin embargo, nadie parece haberse dado cuenta -salvo las llamadas de atención que han realizado el Consejo Escolar del Estado, u organismos internacionales como UNICEF- de que los problemas mentales son tan graves -y tan letales- como los derivados del virus que seguimos padeciendo.

Lamentablemente, llueve sobre mojado. En el ámbito educativo los problemas de salud mental siempre han sido mal-tratados, cuando no ignorados. Niños pequeños, adolescentes y jóvenes con este tipo de problemas son mal atendidos por parte de las USMI-J (Unidades de Salud Mental Infanto-Juvenil, para menores de 18 años) de los hospitales, siempre desbordadas, y sin poder tratar a la mayoría de los casos que se les presentan, y no digamos si los jóvenes tienen que acudir a los servicios de salud mental para adultos, encontrándose con el resto de enfermos y sin disponer tampoco de una buena atención específica. Por su parte, los servicios de orientación de los centros educativos tampoco han podido suplir dichas carencias aunque han hecho más visible el problema y la creciente demanda.

Como sabemos, esta situación no es nueva, ni provocada ahora por la pandemia. Ha sido un problema denunciado desde hace décadas, tanto por los sanitarios como por los servicios de orientación de los centros escolares. Y nunca, jamás, se han tomado las medidas adecuadas por parte de las administraciones públicas -ni rojas ni azules- para darle una respuesta digna y eficaz. Como siempre, los problemas presupuestarios de "la mejor sanidad del mundo" -como se coreaba antes de la pandemia por políticos de todo signo- han evidenciado un déficit que, ahora, se ha agravado seriamente con la actual pandemia. Lo que aquí hemos denominado la "pandemia oculta de la salud mental". 

Los problemas mentales no son"vistosos" para la ciudadanía, ni pueden prevenirse con una "vacuna" ad hoc, por lo que estamos ante una pandemia oculta que afecta a toda una generación de niños y jóvenes. Al habitual ocultismo que adopta la sociedad -y las familias- ante la enfermedad mental, en muchas ocasiones culpabilizando y aislando al propio enfermo, se une la necesidad de disponer de tratamientos, no sólo farmacológicos sino, sobre todo, psicológicos, a medio y largo plazo, para poder hacerle frente. Y ahí, la sanidad pública naufraga estrepitosamente dejando en la estacada a miles de jóvenes y familias que no tienen recursos económicos para pagarse el costoso tratamiento psicológico o psiquiátrico que sería necesario. Por eso, ya es hora que se refuercen las USMI-J y se saquen de los grandes hospitales, aumenten las plantillas de profesionales especializados en psicología, psiquiatría y asistencia social que puedan atender a una demanda creciente y sean capaces de mantener tratamientos a medio y largo plazo, tanto individualmente como en grupo; a su vez, se deben crear centros de atención específica para jóvenes mayores de 18 años que estén separados de los servicios para adultos, y se deben reforzar -con recursos y personal- los servicios de orientación en todas las etapas educativas, así como facilitar su relación con los profesionales sanitarios cuando atienden a una misma persona o colectivo.

No hemos hecho, hasta ahora, más que reiterar las demandas que se vienen haciendo a nuestros políticos educativos y de la salud desde hace años sin respuesta alguna. Todos nos jugamos mucho si dejamos que toda una generación acabe con porcentajes intolerables de enfermedad mental. Problemas que se han triplicado después de la pandemia y que afectan más a niños y jóvenes de familias con menos recursos: suicidios, depresiones, adicciones, trastornos alimenticios, de comportamiento, neuróticos y psicóticos.

A los problemas de aprendizaje que dejarán atrás estos dos años de pandemia, y que han afectado más a las capas de población desfavorecida o marginada, se añadirán las enfermedades mentales que no serán tratadas en los próximos años. Se cerrará así un círculo diabólico que relegará a la miseria, a la incultura y a la enfermedad mental a toda una nueva generación. Lo que pagaremos todos en las próximas décadas con una factura muy alta. ¿Nadie ve esto? ¿Niegan la realidad? Pues es una desgracia.

Los negacionistas van mucho más alla de los terraplanistas, los creacionistas o los antivacunas. Mucho más peligrosos son los que niegan la realidad que nos estalla delante de las narices día tras día. Así que les dejamos con unos Negacionistas mucho más graciosos que nuestros políticos y administradores cuyo mayor talento es quitarse de en medio ante los problemas y cuidar de sus privilegios pegados como lapas al sillón donde les damos de comer como si fueran palomos. Con esta chirigota callejera de 2020, los Negacionistas, despedimos este febrero loco de Carnaval. Y Dios nos coja confesados esta cuaresma, porque -ya que hablamos de enfermedades mentales- el Putin ya ha empezado a bombardear Ucrania. La megalomanía, como la psicopatía, aunque sea rusa, es lo que tiene, que acojona cuando tienes un arsenal nuclear detrás. Preferiríamos la ensaladilla, que está más rica. Eso sí, mira por donde, echamos de menos a otros negacionistas, a los del ¡No a la guerra! ¿Dónde estarán? Pues escondidos en sus coches oficiales. C'est la vie. O como diríamos en castellano, "Cosas veredes, amigo Sancho" -a pesar de que la frase no pueda ser atribuida al Quijote, sino derivada del Poema del Mío Cid.


                      

domingo, 20 de febrero de 2022

¡Bien por el presidente de Macedonia del Norte!

 

                  INCOMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA                  

Ya que aquí, en este blog, solemos darle caña a los políticos que se lo merecen, vamos a romper una lanza por uno que ha actuado ejemplarmente. La pena es que no es español ni andaluz sino de Macedonia del Norte. ¡Lejos nos hemos tenido que ir para aplaudir a un político! Ante el acoso escolar que sufría una alumna de primaria con Síndrome de Down, el presidente del país -sí, como lo leen, el mismísimo presidente- decidió acompañarla él mismo al colegio ante el asombro de todos los allí congregados. Eso se llama dar ejemplo del bueno, algo a lo que aquí, desgraciadamente, estamos poco o nada acostumbrados. Más bien lo contrario, como vemos todos los días. 

El acoso escolar es un problema muy serio que no se soluciona ni con teléfonos de la esperanza ni con comisiones provinciales ni con protocolos educativos. El acoso escolar es la consecuencia de un fallo sistémico, no sólo de la escuela y su profesorado, sino de la sociedad civil y de los responsables políticos. Pero aquí somos unos "máquinas" y nos dedicamos a inventar soluciones fáciles para problemas complejos o, más bien, a huir de dichos problemas y esperar que se pudran. Ante un caso de acoso escolar, en nuestros centros es práctica habitual acabar trasladando de centro al alumno/a acosado en vez de actuar sobre los acosadores. Eso sí, se suele hacer de forma muy sibilina convenciendo -pongan aquí carita enfadada- a la familia de que "lo mejor para su hijo sería un cambio de aires". Y en la mayoría de las ocasiones la familia acepta para perder de vista tanto a los malos profesionales educativos como a los alumnos acosadores. Pero, cada caso de acoso escolar así resuelto constituye una desvergüenza y una enorme injusticia, además de una medida equivocada que, en vez de erradicar el problema de acoso escolar, lo "premia" culpabilizando a la víctima que es separada de su grupo natural y, a veces, de su propio barrio. En muchos casos, además, hemos comprobado cómo desde el inspector, pasando por el delegado provincial y asesores varios, hasta cualquier político de altura, todos acostumbran a quitarse de en medio cuanto antes dejando el "marrón" al centro, siguiendo aquella vieja consigna -muy oportuna- de que "los trapos sucios es mejor lavarlos en casa" y con discreción.

Que países, como Finlandia, hayan implementado desde hace tiempo programas nacionales en todos sus centros escolares contra el acoso escolar -por ejemplo, el denominado Programa KiVa-, no ha animado siquiera a copiarlo a nuestros políticos educativos. Constatando así, de nuevo, que son incapaces de pensar más allá de sus intereses partidistas y de sus propios ombligos. Tampoco sabemos si realmente piensan, la verdad.

Pero lo más sorprendente del caso de acoso de Macedonia del Norte, del ejemplar comportamiento de su presidente con la alumna de primaria, lo que no deja de ser una anécdota, es que, convierte el sentido común, sin programa KiVa ni similar que sepamos, en acción educativa. Un sentido común que nos dice, sin necesidad de leer un solo manual pedagógico de atención a la diversidad, que el sistema educativo -y la sociedad en su conjunto- están para ayudar y proteger a los más débiles, para educar ejemplarmente los comportamientos de todos los participantes en el hecho educativo. Y ahí es donde el presidente de Macedonia del Norte ha elevado a categoría moral, llevando de la mano a dicha alumna, el propósito y fin último de la Educación con mayúsculas. 

Una acción que nunca hemos visto por aquí ni por asomo, ni aún como estrategia populista, lo cual sería aún más deleznable. En nuestro país, a ningún político, ni andaluz ni español, le da por considerar la ejemplaridad (Javier Gomá) como principio fundamental de su acción política, humana y social. Una vez acceden al poder se apropian rápidamente de todos los privilegios del cargo (sueldo, dietas, coche oficial, palacio de residencia, corte de asesores y aduladores, control de los medios, aviones privados, etc...) y construyen un muro entre el poder que representan y sus gobernados. ¡Qué imbéciles! Nuestro impresentable presidente, el Sr. Sánchez, es un buen ejemplo de ello. Pero existen otros políticos europeos que los rechazan con el propósito de no alejarse de los problemas y la realidad que viven sus ciudadanos, además de servir como ejemplo de honestidad, austeridad y humanidad. Así que, ¡bien por el presidente de Macedonia del Norte! Por cierto, nuestros vecinos de Portugal tienen también la suerte de contar con el muy querido y reelegido presidente Marcelo Rebelo de Sousa, un paradigma de la ejemplaridad y del afecto que le profesan mayoritariamente sus conciudadanos de cualquier condición.

Aquí más abajo les dejamos un vídeo de la noticia. En Andalucía, a esta niña no la acompañaría a clase ni el inspector de la zona. Sr. Imbroda, se le ha escapado esta foto, lástima. Y nuestro Juanma, el presidente andaluz, debe estar tan preocupado con los espías de su propio partido -menudo ejemplo el del PP- que no se prestaría para ir de la mano de nadie, y menos de una niña, porque le podrían montar un dossier de pederastia en menos que canta un gallo.


                        

 

Y como ya es habitual este mes de febrero, les dejamos con una sonrisa carnavalera, un ramillete de cuplés de diferentes e irreverentes chirigotas de calle del Carnaval de Cádiz de 2020.


                      

miércoles, 16 de febrero de 2022

El colmo de la estupidez es...

 

                INCOMPETENCIA DE APRENDER A APRENDER                

Pues sí, "el colmo de la estupidez es... aprender lo que luego hay que olvidar". Una sentencia que, parece mentira, cuenta ya con más de 500 años de existencia. Fue expuesta por el gran Erasmo de Rotterdam, filósofo neerlandés, conocido por sus obras el "Elogio de la locura" (1511) y los "Coloquios" (1500). Pero, nada, ni 500 años despúes, ni 500 años de avances en las ciencias de la educación, han podido convencer a nuestros políticos, al profesorado y a la mayor parte de la ciudadanía de que la estupidez aún reside en la mayor parte de los centros educativos, -incluida la universidad, por cierto.

Porque, lo primero que un estudiante "aprende" en la escuela es que "aprobar" es lo importante, no "aprender"; lo primordial es repetir o reproducir lo que dice o hace el profesor, no lo que piensa, sabe, hace o cree él. Y aquellos que aún siguen pensando que aprobar=aprender basta con que realicen una prueba sencilla que les proponemos a continuación. Y no se trata de que pasen una complicada evaluación por competencias ni mucho menos. Es algo más simple, más de andar por casa, y sin salir del modelo "memorístico" que tanto le gusta al personal. Nosotros la hicimos hace muchos años con resultados demoledores. Tanto, que el profesorado implicado se quedó sin palabras, se encogió de hombros y prefirió ignorar los resultados. Se le propuso a un departamento de Geografía e Historia de un instituto que aplicara los mismos exámenes finales de sus materias pero un año después, y sólo al alumnado que había aprobado dichas materias con antelación y había promocionado de curso. Se trataba, pues, de alumnado "bueno", con buena memoria, pero al que se le pasaban las mismas pruebas del curso anterior un año después. Los resultados esperados eran tan obvios para este profesorado que se prestaron al "experimento" sin poner objeciones. Pues bien, una vez corregidos los "exámenes", la pérdida de "contenidos" -supuestamente aprendidos- era del 75 % tan solo transcurrido un año, dicho de otra forma, tres cuartas partes de dicho alumnado suspendió las materias aprobadas con antelación. Ante esto, en cuanto al aprendizaje realizado, ¿qué diferenciaba a un alumno que aprobaba y pasaba de curso de un alumno que suspendía y repetía? Pues sólo el desfase temporal de ejecución del examen. Al cabo de un año, los dos habían "aprendido" lo mismo, o sea, casi nada. Bueno, con una diferencia subyacente muy importante para cada uno: uno era considerado un alumno de éxito y el otro un fracaso, lo que afectaba de desigual manera a su autoimagen y autoestima, así como a las expectativas de consecución de logro.

Ni les contamos lo que ocurriría en la mayor parte de las asignaturas cursadas en los grados universitarios si hiciéramos lo mismo. Que tire la primera piedra el estudiante universitario que, al cabo de un año, no haya olvidado más del 75% de las tonterías que tuvo que memorizar para aprobar asignaturas de su carrera o de su máster. Evidentemente, ningún docente más se atrevió a replicar dicho experimento porque los resultados obtenidos no dejaban lugar a dudas: ponían en entredicho los "supuestos aprendizajes" realizados, cuestionaban seriamente la labor del profesorado y, sobre todo, refutaban el sentido y propósito del sistema educativo en su conjunto, que no es el de educar sino el de "amaestrar" o entretener. Lo que mucho autores, por cierto, consideran que forma parte del "currículo oculto".

Vamos a ver, digámoslo claro, APROBAR NO ES APRENDER, y todo, absolutamente todo en los centros educativos, desde los primeros niveles hasta la enseñanza universitaria, desde los tiempos y espacios, desde la organización del currículo, desde los contenidos hasta la evaluación=calificación, está dirigido a considerar que el fin esencial es "aprobar" -memorísticamente o como sea-, no aprender. Como decía una, la escuela nos enseña, realmente, lo siguiente: "aprueba como puedas y aprende lo que quieras".

Pero, ya saben, aquí seguimos con la matraca del "machaca", con el mamotreto de un currículo enciclopédico, como si desde Erasmo de Rotterdam no hubiera llovido lo suficiente (Piaget, Freinet, Montessori, Decroly, Dewey, Vygotsky, Bruner y tantos otros). En fin, aquí les dejamos con una charla TED, corta pero interesante, sobre la misma cuestión, a cargo de Lucas Gortázar. ¿Nos enteraremos alguna vez?


                  

 

Y como ya es costumbre en este mes carnavalero, ahí va otra chirigota de calle para poner una sonrisa a tanta melancolía educativa. En este caso, OJUX, chirigota de casapuerta, con unos cuplés memorables y un popurrí genial con el "programa" del partido OJUX. Eso. Ojú.

 

                        

domingo, 13 de febrero de 2022

Todas las universidades andaluzas debieran ser online

 

                     INCOMPETENCIA DIGITAL                 

En plena controversia por la próxima aprobación de siete "universidades online" en Andalucía -la primera de ellas, casualmente, la que fuera fundada antaño por el consejero Sr. Imbroda (pongan aquí emoticono de carita de sorpresa)-, merece la pena detenernos a rogar que, por favor, no sean sólo siete, sino que ¡todas las universidades andaluzas sean online! Al menos, así se les ahorraría a los estudiantes universitarios tener que perder la mayor parte de su tiempo asistiendo a clases inútiles, con profesorado incompetente, o ausente, o inconsistente, o soporífero. Se habla poco de la bajísima calidad de la enseñanza universitaria que se ofrece en la mayoría de los grados o titulaciones que se imparten en Andalucía, especialmente las correspondientes a las ramas de humanidades y educativas. Por lo visto, es un tema tabú, pero, desgraciadamente, es la palmaria realidad que vive, a diario, cualquier estudiante.

Gracias al cortijerío socialista andaluz, durante más de treinta años se fundaron univesidades públicas en todas las provincias para que cada feudo de poder territorial tuviera su "macetita" universitaria. Cosa decorativa, sobre todo. Otro cantar fue con qué titulaciones se abrieron y qué profesorado se contrató para ello, vista la nefasta endogamia y enchufismo que aún las caracteriza. Eso sí, a la creación de estas universidades de saldo le llamaron "democratización" de la enseñanza superior, cuando su nombre real era el de degradación de los estudios superiores. Trataban, parece ser, de que todo hijo de vecino pudiera obtener un titulito de lo que fuera -qué más daba- aunque sólo le sirviera para ponerlo en un marco y colgarlo encima del televisor. Crearon así la universidad popular del "entretenimiento" -o del aburrimiento. ¿Exageramos? Vean.

En el último ranking mundial publicado, la mejor posicionada es la universidad de Granada ocupando el puesto 224, seguida de la de Sevilla en el puesto 297, y la de Málaga -bastante alejada de ambas- en el puesto 458. Estas tres grandes universidades andaluzas, las más reconocidas y antiguas, tampoco es que estén en un nivel de excelencia como para tirar cohetes, teniendo en cuenta que pertenecemos al primer mundo, pero algo es algo. Ahora bien, la siguiente, que es la de Córdoba, se va a la posición 702, la de Cádiz al puesto 823, la de Jaén al 914, la Pablo de Olavide está en el 976, Almería en el 988 y, finalmente, la universidad de Huelva ocupa el puesto 2.204. Y, menos mal, porque se trata de una valoración global de cada universidad, porque si se puntuara la calidad de muchas de las titulaciones que imparten, se saldrían del listado o, directamente, ni aparecerían. 

Este desastre es consecuencia directa de la política igualitarista de los "cortijeros" de izquierda que gobernaron Andalucía durante décadas y en la que apostaron por la cantidad en vez de por la calidad. "Mushas universidades anden o no anden", parecieron pensar -incluidas las Internacionales, que no se nos olviden, por dios- y, henos aquí que hoy disfrutamos (?) de unas instituciones públicas de mantenimiento carísimo que sostenemos todos con nuestros impuestos, pero que ofrecen en el 80 % titulaciones de escasa calidad y menor proyección laboral. Esta ha sido la equivocada estrategia que, unida a la fraudulenta aplicación de la reforma impulsada por el Plan Bolonia ha convertido a la enseñanza pública universitaria en Andalucía en una "burbuja" -pero no de jabón, sino de pestilente provincianismo- que crecerá y crecerá consumiento recursos hasta que, finalmente, explote y esparza su estupidez sobre la ruina que quede. Justo lo contrario de lo que debería ser una enseñanza y una investigación públicas que persiguieran la excelencia y no el electoralismo y el capitalismo más pueril.

De este modo, cuando la calidad de "lo público" se deteriora o devalúa por causa de una hidrocefalia megalómana y ciega, la tensión de la oferta pública-privada inclina la balanza hacia la privada, de tal forma que, aquellos estudiantes y familias que pueden pagársela se encontrarán mejor posicionados que los procedentes de las universidades públicas para acceder cualificados al mercado laboral. Así se cierra el círculo de la estupidez de la política implantada, esto es, de cómo queriendo vender que los hijos e hijas de clases obreras y medias pudieran acceder mayoritariamente a los estudios universitarios se consigue que, con titulito y todo, sigan estando en desventaja con respecto a los de siempre. ¡Fueron unos "portentos" estos socialistas de la izquierda cortijera andaluza!

Y ya que estamos en esta disyuntiva histórica, justo cuando los cortijeros aún se lamen las heridas por haber perdido el poder y el reparto de prebendas, ¿por qué no hacer que todas las universidades andaluzas sean online y no sólo la del Sr. consejero? Como nadie está dispuesto a meterles mano, como nadie está dispuesto a cerrar unas pocas para quedarse con aquellas que  merezcan la pena mantener, como nadie está dispuesto a echar a tantos paniaguados y a tantos parientes y amantes y parejas y tríos que entraron a impartir clases sin tener ni idea, como nadie está dispuesto a cerrar grados y dobles grados y triples grados y grados bilingües y trilingües, y máster del universo que no sirven absolutamente para nada -como el del Profesorado de Secundaria, por ejemplo- las universidades online, al menos, costarían mucho menos al erario público, entretendrían mucho mejor a los estudiantes que, incluso, podrían simultanear los estudios con algún trabajo remunerado, se podrían financiar insertando publicidad entre clase y clase, clases y tutorías podrían abaratarse subcontratando a teleoperadores sudamericanos -aunque siguieran siendo elegidos entre amiguetes y parientes- y, con todo, creemos que, aún así, tendrían más posibilidades que ahora de escalar algún que otro puesto en el ranking mundial. Total, para lo que sirven. 

Para terminar, y a falta desde 1978 de acometer una verdadera reforma de la enseñanza universitaria en nuestro país, si lo que queremos es empobrecerla aún más, sin duda, lo mejor es hacerlo a través de pantallitas -a las que ya está acostumbrada la juventud- ya que los estudiantes andaluces seguirán teniendo que limpiarse el culo con el título -eso sí, online- que les den y pasar a engrosar las listas del paro juvenil (47 %, el más alto de España después de Canarias). Al fin y a la postre, en Andalucía, Bolonia sólo nos suena bien por ser una playa preciosa. Con eso nos quedamos.

Les dejamos con otra chirigota callejera de Cádiz, los Universitati Guatiforum, que les van a dar unas clases magistrales de mayor calidad que en algunas universidades andaluzas, que ya es decir.


                           k

jueves, 10 de febrero de 2022

Imbroda se hace cliente de Amazon

 

                  INCOMPETENCIA DIGITAL                  

El ínclito consejero de educación andaluz, el Sr. Imbroda, dice que es un hombre un poco raro porque ha suscrito un "acuerdo" con la multinacional Amazon en el que participarán 900 docentes. Como siempre, se confunde por querer salir en las fotos a toda costa. Comprendemos que las elecciones se acercan y tiene que aparecer como sea en los medios. Ciudadanos se juega la batalla agónica de su existencia en las próximas elecciones andaluzas, visto lo torpes que han sido sus estrategas políticos en el resto del país. Se entiende que se preocupe por sus "garbanzos", pero no se entiende que lo haga a costa de querer vendernos otra moto averiada. Porque lo verdaderamente raro, Sr. Imbroda, no es que se apunte a salir en la foto con el gigante de la distribución. Lo que hubiera sido verdaderamente raro es que no se prestara a este sucio juego electoralista y propagandístico y, encima, blanqueando a una empresa como Amazon.

Vamos a ver Sr. Imbroda. En primer lugar, Amazon no es una ONG ni una fundación caritativa con la que ir de la mano para mejorar la educación andaluza. Amazon es una empresa dedicada a ganar dinero a mansalva sumando clientes y arruinando a competidores, a mayor gloria de su multimillonario propietario Jeff Bezos, el cual, por cierto, no ha tenido problemas en pedir al puerto de Rotterdam que desmonte un antiguo puente para que pueda pasar su enorme yate. Este es el calibre personal del megalómano propietario de Amazon con el que se siente orgulloso el Sr. Imbroda de compartir algunas migajas de pan que le echa en el suelo para que pique como un pollo.

En segundo lugar, Sr. Imbroda, menos lobos, porque dando por hecho que de verdad sean 900 los docentes que participen gracias a su acuerdo -y ya sabemos cómo suele hacer las cuentas la consejería que Vd. dirige cuando le interesa- constituyen un porcentaje exiguo con respecto a los 126.000 que trabajan en Andalucía. Así que no creemos que un porcentaje que no llega ni al 1% del profesorado pueda permitirle a Vd. salir en ninguna foto sonriente. Y esto en el supuesto de que el programa implantado no contenga fallos de desarrollo y recursos, como suele ser habitual en este tipo de anuncios de programitas electoralistas que, al cabo de los meses, desaparecen sin dejar rastro. 

En tercer lugar, Sr. Imbroda, nos gustaría saber qué le dijo ese profesor al que alude antes de su comparecencia en el IES Valle-Inclán de Sevilla donde montó el escenario para su foto, porque resulta sospechoso que la comience tomando nota y excusándose de las indicaciones o peticiones que le hizo previamente. Entendemos por su dubitativa respuesta que su consejería no ha hecho los deberes para garantizar la puesta en marcha del programa de manera efectiva o con los recursos necesarios. Así que, mucho nos tememos que volvamos a revivir la inutilidad de los innumerables programitas educativos implantados por sus antecesores en el cargo, de tan infausta memoria, programitas y antecesores.

Finalmente, y para no aburrirle mucho, la foto que se ha hecho con Amazon resulta aún más vergonzante, Sr. Imbroda, no sólo por con quién lo firma, sino porque tampoco le va a servir para ocultar que la Formación Profesional en Andalucía sigue teniendo problemas serios, tanto de número e idoneidad de su profesorado como de alumnado mal orientado y mal formado, tanto de actualizacion, aumento y mejora de su oferta como del alto porcentaje de abandono de estudios que sufre. Así que, en vez de hacerse fotos trucadas, ¿por qué no se dedica a resolver los problemas que tiene la FP en Andalucía? ¿No le parece que no le beneficia en nada suscribir acuerdos con multinacionales que están arrasando a tantos pequeños comercios y dejando a miles de trabajadores y autónomos de proximidad en la calle por aceptar las migajas que le tira debajo de la mesa el Sr. Bezos quien, además, explota a sus propios empleados? ¿No le parece que debería dedicarse en exclusiva a resolver los problemas reales de la FP en vez de hacerse fotos para ver si su partido no se hunde en Andalucía en las próximas elecciones? Pues eso.

En fin, como seguimos con cuerpo de carnaval, pues somos pecadores empecinados, les dejamos con gente más auténtica y graciosa que el Sr. Imbroda cuando posa para una foto. Aquí están los Imparciales, chirigota callejera de Cádiz con un surtido de cuplés a cual más gracioso e inteligente. ¡Va por el matrimonio del Sr. Imbroda con el Sr. Bezos! ¡Que se besen, que se besen!

 

                         

lunes, 7 de febrero de 2022

Bofetón a la enseñanza musical. ¡Qué vergüenza de LOMLOE!

 

                   INCOMPETENCIA CULTURAL Y ARTISTICA                  

¿Cómo se puede aplicar una norma que obligue a miles de estudiantes a cambiar de materias de bachillerato a mitad de curso? Y, además, ¡a cursarlas aunque no se encuentren en su instituto! Pues esto es lo que ha pasado con aquellos estudiantes que simultanean enseñanzas de música en los conservatorios junto con las propias del bachillerato. ¿No se lo creen? ¿Creen que es una broma pesada? Pues no, el desarrollo que está haciendo el Ministerio de Educación de la LOMLOE o ley Celaá, -mientras ella está disfrutando ya de su retiro dorado en el Vaticano- así lo ha establecido.  Y no es la primera vez que ocurre que a mitad del partido el Ministerio cambia las reglas del juego. Eso sí, siempre sobre las espaldas de los alumnos y alumnas. ¡Qué casualidad! Lejos quedó aquella norma legislativa que impedía que a ningún estudiante se le pudiera cambiar el plan de estudios que hubiera iniciado por implantar una nueva ley educativa. Y mucho menos a mitad del curso. Así se hizo con la LOGSE (1990) y con la LOE (2006). Pero la LOMLOE se ha saltado todos los derechos. ¡Una vergüenza que habría que recurrir!

La indignación es grande en la comunidad educativa, sobre todo en el alumnado de los conservatorios que cursan el Bachillerato Musical. ¿Dónde están los sindicatos de estudiantes? ¿Y los sindicatos de enseñanza? Pues parece que no toca protestar mucho porque, ya saben, tendrían que enfrentarse a quienes se encargan de movilizarlos cuando le interesa a esta ridícula izquierda (?) que nos gobierna. El Real Decreto 984/2021 que desarrolla la LOMLOE entra en contradicción con la normativa actual que rige en las CCAA, ya que, hasta el momento, los alumnos/as que simultanean enseñanzas de música y bachillerato podían escoger cualquiera de sus modalidades y ahora, por el contrario, sólo podrán obtener el título del Bachilllerato Musical por la modalidad de Artes. Como quiera que el Real Decreto ha entrado en vigor ahora, a mitad de curso, los estudiantes que hayan escogido materias de otras modalidades tendrán que cambiarlas y cursar las del Bachillerato de Artes.

Un serio problema que, además, se agrava por el hecho de que en muchos institutos no existe la oferta de dichas materias, ya que la modalidad artística es la menos extendida en la red de institutos de nuestro país. ¿Qué hacer entonces? ¿Cómo la cursarán? ¿Cómo aprobarán? ¿Se inventarán nuevas chapuzas? Es cierto que "sólo" afecta a unos 1.500 alumnos/as pero son aquellos, precisamente, que asumen el enorme de esfuerzo de sacar adelante tanto el grado musical como el bachillerato. Y justo es a este colectivo a quien ignora y castiga la estupidez de desarrollar la LOMLOE con criterios tan discutibles y de manera tan inoportuna. Lo que por sí solo debería obligar al Ministerio de Educación a retirar la norma.

Ante tal disparate, ante el menosprecio sufrido, las CCAA dan palos de ciego para paliar el patinazo. Andalucía, por ejemplo, obliga a acatar la norma fastidiando al alumnado afectado con parches idiotas, a la vez que solicita una "moratoria" al Ministerio para no aplicarla este curso. Valencia ha propuesto que puedan cursar la materia artística "on line". En fin, como decíamos en el título: una vergüenza más del desarrollo incompetente de la partidista Ley Celaá. (Menuda trepa y menuda tropa)

Lo que parece claro es que a nuestros políticos educativos les importa un pimiento la Educación, la excelencia y la atención a la diversidad. Sólo se guían por oscuros y equivocados criterios que entorpecen los esfuerzos y las ilusiones de aquellos a los que, por el contrario, deberían contemplar como el principal objetivo de su acción de gobierno. Un sinsentido que se ha instalado ya en la lamentable deriva del sistema educativo español.   

Y como estamos de preparación carnavalesca les ofrecemos otra oportunidad para reírse de los sinvergüenzas que nos gobiernan. En este caso una chirigota ilegal callejera, los "Veo, veo" de Rota, y es que gracias al Kichi habrá concurso de Carnaval en los pueblos de la bahía menos en Cádiz, ¡toma ya! No se la pierdan porque está dedicada a nuestros incompetentes políticos.