lunes, 30 de enero de 2023

¿Faltan docentes bien formados?

 

              INCOMPETENCIA DE APRENDER A APRENDER              

Vaya por delante que esta entrada no tiene ninguna intención de culpar al profesorado de nada. Si bien, todos hemos conocido a malos profesionales en los centros educativos por los que hemos pasado y esto no es una opinión, es una realidad. La falta de supervisión técnico-didáctica los eterniza en sus puestos desgraciadamente. Pero la gran mayoría del profesorado asume con responsabilidad su importante función, algunos más allá de lo exigible -y se demostró palmariamente durante la pandemia y el confinamiento.

Durante décadas, la insistencia en la autoformación del profesorado con el fin de compensar las evidentes lagunas de su formación inicial no tuvo otro interés que tapar la incapacidad política de reformar la formación del profesorado heredada de la dictadura. Lo hemos repetido en muchas de nuestras entradas, ninguna ley educativa desde la transición de 1978, ni roja ni azul, ni progre ni facha, ha afrontado este grave problema. Lo han ignorado y sólo se ha maquillado el desastre con parches inútiles: autoformación, centros del profesorado, másteres específicos, retoques de programas, etc... Ni siquiera la reforma estructural a que obligó el Plan Bolonia fue aprovechada para cambiar los grados universitarios docentes en profundidad. Tampoco se "limpió" al profesorado universitario de las escuelas "normales" cuya mayoría desconocía la experiencia docente real de los colegios e institutos, ni hubo una política de contrataciones de personal experimentado y conocedor de la realidad docente de colegios e institutos. Nadie forma bien en lo que desconoce. Y eso no parece preocupar a nuestros políticos educativos.

Lo que no se ha permitido en otros estudios -sanitarios, ingenierías, jurídicos...- de poner al frente de la enseñanza a docentes universitarios sin experiencia profesional real, se ha venido haciendo con descaro en la formación de los futuros docentes. No nos podemos extrañar, pues, de la cantidad de cantamañanas, vendedores de motos averiadas, gurús o simplemente caraduras, que aún siguen "formando" inicialmente al profesorado español. Futuros docentes que salen de la universidad o de los másteres específicos sin tener ni idea de lo que tienen que hacer en un aula. Sólo protocolos burocráticos, teorías masturbatorias, basura ideológica, prácticas inútiles y poco más. Una vergüenza.

¿Que no es culpa del profesorado? Claro que no. El profesorado es la víctima de todo este desaguisado político, de esta frivolidad acumulada década tras década. ¿Que se puede solucionar gracias a la autoformación voluntarista, a los CEP´s y a los másteres? Tampoco, ni aunque esta formación fuera buena, que no lo es: los grupos de autoformación naufragaron y se convirtieron en un modo fácil de conseguir horas para los sexenios y algo de dinero, los CEP´s se convirtieron pronto en sucursales de la consejería de turno para propagar la fe y pagar favores, y el máster obligatorio de Secundaria no pasa de ser un timo como el de la estampita pero sin gracia. Ya lo decía Gimeno Sacristán en los años noventa: las lagunas de la formación inicial no se pueden rellenar con la formación permanente. Treinta años después es una evidencia. Y así seguimos. ¿Hasta cuándo? 

Todos recordamos a nuestros maestros y profesores, buenos y malos, los que nos marcaron para bien y los que lo hicieron para mal. En el programa Ilustres Ignorantes nos ofrecieron una divertida muestra de recuerdos que nos puede ilustrar sobre las cualidades que debe tener un buen profesor y las que no. Ahora compárenlo con la formación que se da en las universidades y la forma que existe para seleccionarlos en las oposiciones. Irgensanta. ¿Nadie se da cuenta de que este es uno de los principales problemas que tiene nuestro sistema educativo desde antes de la Guerra Civil? Ponó.


sábado, 28 de enero de 2023

Empeora el abandono escolar temprano.

 

                 INCOMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA               

Después de varios años de lento descenso, el abandono escolar temprano en España ha subido al 13,9% en el último estudio realizado correspondiente al año 2022. Esto quiere decir que casi un 14% de jóvenes entre 18 y 24 años no tiene finalizado el Bachillerato o la FP de grado medio o básica. Cierto que el indicador venía bajando desde 2007 pero seguimos liderando -junto con Rumanía- el ranking europeo de abandono escolar, ya que el resto de países lo ha hecho mejor que nosotros. Nuestro vecinos portugueses, por ejemplo, están en el 5,9% y los griegos en el 3,2%. La media europea se sitúa en el 9,7%. La feligresía comprará estos datos como un pequeño borrón en un sostenido descenso, incapaz de ver que el resto de nuestros vecinos lo ha reducido más en todos estos años. También será incapaz de analizar cómo es posible que después de 8 leyes educativas 8, todas ellas promulgadas supuestamente para mejorar la "calidad" de nuestra educación, sigamos a la cabeza de los peores indicadores internacionales. Es lo que tiene la feligresía política, que no se rige por los datos sino por las creencias. Y así nos va.

Y como estamos en año electoral, y llueve para todos, en Andalucía (15,3%) han sacado las panderetas y zambombas porque de ser el farolillo rojo de la clasificación hemos adelantado a comunidades como Cataluña (16,9%) o Valencia (15,7%). El que no se consuela es porque no quiere. El hecho de que con un 15,3% sigamos superando la media española no parece ser importante. Tampoco el que Comunidades como País Vasco -con un 5,6%-, Navarra -con un 5,7%- o Galicia -con un 9,9%- queden bien lejos de nuestras cifras. Lo que demuestra que, lejos de producirse un acercamiento entre las distintas CCAA, se viene abriendo una clara brecha entre ellas. Y Andalucía continúa en el grupo de cola, desgraciadamente. Quizás todavía pesen los casi cuarenta años de gobiernos cortijero-socialistas. Quizás.

Las explicaciones de los "expertos", expuestas en algunos medios, no dejan de ser sorprendentes. Como los "buenos" economistas, parece que son "expertos" en predecir el pasado, ni siquiera en explicarlo. Justificar que dicho aumento es debido a la mejora del empleo gracias a la recuperación del turismo lo podía haber argumentado un chaval de diez años, pero no cuela. Las CCAA con menor abandono escolar son País Vasco, Navarra o Cantabria, todas ellas con mejor niveles de empleo que Andalucía. De acuerdo a dicho argumento debían ser las que peores datos obtendrían históricamente. A no ser que hablemos de empleo de baja cualificación laboral, es decir, aquel que sólo requiere mano de obra sin formación y, en consecuencia, mal remunerada. Ahí, sí seguimos siendo líderes en Andalucía y otras CCAA. Es lo que tienen las explicaciones simplistas y sesgadas, elaboradas para contentar a la feligresía de turno y no para tomar en consideración datos fiables que permitan emprender medidas acertadas cara al futuro -como ya proponíamos en una entrada anterior.

Es evidente que algo habrá tenido que ver en estos datos la acertada o desacertada acción política emprendida todos estos años por determinadas CCAA en detrimento de otras, a pesar de las ocho leyes educativas. También el que determinadas ciudadanías estén más concienciadas que otras para recabar de sus políticos medidas serias que mejoren sus sistemas educativos. Un argumento que nos parece tan oportuno como otros más "sesudos". En cualquier caso, lo cierto y verdad es que, después del uso estúpido de la política educativa como arma partidista y electoralista, en cuarenta años no hemos sido capaces de arreglar los serios problemas que aquejan a la educación en nuestro país. Y los que te rondaré morena como sigamos teniendo arriba a estos impresentables que nos (des)gobiernan. Y mientras tanto, la Sra. Celaá disfrutando de su retiro vaticano viendo como su LOMLOE hace aguas por todos lados. Eso sí, la feligresía progre seguirá sin ver nada de lo que pasa, ni con la LOMLOE ni con la Sra. Celaá. Es para partirse de risa.

Y para partirse de risa es esta charla-TED de Leo Harlem sobre cómo sobrevivir en la aldea global. Los problemas que plantea en ella son muy serios aunque nos hagan gracia. Por cierto, ninguno de ellos ha sido objeto de un debate abierto sobre las consecuencias que tiene la introducción de las TIC -ordenadores, tabletas, móviles- en nuestros centros. Aquí seguimos "vendiéndolas", y más en periodo electoral, sin ningún tipo de análisis, evaluación ni criterio sosegado sobre su uso en niños y jóvenes. Una pena.


domingo, 22 de enero de 2023

La escuela primaria Abbott.

 

             INCOMPETENCIA DE RAZONAMIENTO MATEMÁTICO           

Abbott Elementary es una premiada serie de ficción (Disney +) sobre un colegio público de educación primaria situado en un barrio de Filadelfia de mayoría afroamericana. En tono de comedia blandita, tipo disney, va hilando la vida interna de su profesorado y su alumnado. Se deja ver, es agradable y positiva, no es una distopía deprimente, lo cual ya es un avance en estos tiempos de catástrofes cinematográficas a cual más agobiante y terrorífica. No, nada de muertos ni enfermedades, por el contrario, la serie rezuma una actitud positiva ante la vida y ante sus dificultades, lo cual no deja de ser también una lectura parcial de la realidad.

Traemos aquí esta serie porque de manera colateral nos ilustra sobre varias cuestiones que creemos interesantes. Aunque toda extrapolación de realidades -la norteamericana comparada con la nuestra- constituye un ejercicio arriesgado, y menos si viene de la mano de una serie de ficción, no nos resistimos a realizar algunos paralelismos.

1. Las maestras de la escuela Abbott -la mayoría del claustro son mujeres afroamericanas- luchan a diario por la falta de presupuesto y de recursos que el distrito escolar no les facilita y las hace trabajar siempre en precario. A veces, incluso de manera algo irregular, han de conseguir materiales por las vías más insospechadas -petición mediante vídeos en Tik-Tok o mediante suministradores anónimos poco honestos-. Parece que la falta de fondos públicos para la dotación adecuada de las escuelas y para pagar dignamente a los docentes no es un mal exclusivo de nuestro país, aunque ya saben aquello de "mal de muchos, consuelo de tontos". Lo que sorprende, no obstante, es que, a pesar de todo, sus aulas y escuelas están mucho mejor dotadas que las nuestras: disponen de comedor con cocineras -no de servicio de catering-, de enfermería atendida por una profesional sanitaria y de personal de mantenimiento del centro, no sólo de administrativos. Sus aulas están llenas de recursos didácticos y su edificio cuenta tanto con calefacción como con aire acondicionado en todas las dependencias del centro. ¡Y aún así se quejan de la falta de dinero! Si se pasaran por las nuestras dejarían de quejarse para siempre.

2. A pesar de que el sistema educativo norteamericano es muy descentralizado, tanto en programas como en gestión administrativa y económica- la organización de los centros no parece resentirse de lo que para nosotros -nuestro país- sería un "caos". La gestión económica y de personal no depende siquiera de cada Estado -mucho menos del gobierno federal- sino de los distritos escolares -un distrito agrupa a los centros de una misma zona-. Tampoco existe un currículo nacional, ni siquiera de cada Estado -aunque este puede proponer programas, iniciativas o asignaturas comunes- sino que será también cada distrito quien establezca la organización del currículo en su zona y contrate o despida a su personal. ¿Esto es mejor que lo nuestro? No estamos diciendo eso, pero lo que es evidente que lo nuestro tampoco puede decirse que sea mejor ni que obtenga mejores resultados. Al menos, el suyo es un sistema más flexible y ágil. El nuestro es rígido y pesado, cuesta movilizarlo y dinamizarlo. ¿Aprenden más los niños y niñas en nuestras escuelas que en las de ellos? Habría que aportar datos para eso y no los tenemos que sean fiables.

3. El colegio Abbott tiene también problemas con la directora del centro. Parece que en esto no nos diferenciamos mucho. La condición humana es lo que tiene, es transversal a distintas culturas y no siempre llegan a estos puestos los mejores, sino los que mejor se mueven en ambientes de intrigas y favores, no siempre para bien de la educación. No obstante, la imagen casi caricaturesca de la directora en la serie es una crítica más que divertida a la falta de profesionalidad y vocación de los muchos que ejercen esta función en los centros educativos. También en los nuestros, por desgracia.

En fin, Vds. sacarán muchos más paralelismos si se entretienen con esta amable serie sobre un colegio de primaria en Filadelfia y, de paso, echarán un rato agradable entre tantos zombis, asesinos en serie, criminales perversos y catástrofes como las que inundan nuestras pantallas, no sabemos si preparándonos el cuerpo para lo peor. 

Aquí les dejamos con un trailer de la serie, por si no la conocen. Lamentamos no haberla enncontrado con subtítulos en español. Pero se trata de que vean el contexto ambiental y saquen sus conclusiones.


domingo, 15 de enero de 2023

¿Por qué no interesa evaluar nuestro sistema educativo?

 

              INCOMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA             

Si hay una cosa clara que podamos afirmar sobre nuestro sistema educativo es que a nadie le interesa evaluarlo. La pregunta surge sin forzarla: ¿por qué a nadie le interesa? Buena pregunta. Veamos si las respuestas que les ofrecemos están a la altura de su simplicidad.

Durante la experimentación de la reforma LOGSE (1990), finales de la década de los 80, se acuñó la evidencia de que no existían controles de calidad de la educación que se impartía en nuestros centros educativos. Se culpaba a la dictadura y a lo poco que le interesaba al franquismo una educación de calidad, un ciudadano bien formado, crítico y participativo. Aunque, ya en democracia, tampoco se sabía nada de los efectos de las normativas, dictámenes, informes y programas que, a partir de entonces, lanzaba la administración educativa de turno. Si, por ejemplo, habían funcionado bien, en qué, en qué no, qué resultados se habían obtenido de manera contrastada, cuánto dinero se gastó en ellos, etc... Incluso, durante todos estos años, cuando algo se ha tratado de evaluar por parte la administración o de los diferentes "entes" evaluadores que se fueron creando -por ejemplo la AGAEVE en Andalucía, o el INEE para el conjunto del Estado- frecuentemente no se dieron a conocer sus resultados, y menos aún sus datos en bruto para que cualquiera otra entidad o cualquier ciudadano pudieran extraer sus propias conclusiones. A más a más, en muchas ocasiones estos "entes" públicos fueron instrumentalizados para decir -o no decir- lo que le interesaba al gobierno en el poder. (Algo similar a lo que pasa actualmente con el CIS del Sr. Tezanos, o mejor, del Sr. Sánchez).

El descrédito, pues, de estas iniciativas evaluadoras "independientes" a cargo de la administración educativa, tanto del Estado como de las CCAA, ha sido muy alto. Y ahí sigue, nadie se fía de sus estudios, ni de sus iniciativas evaluadoras, ni de sus buenas intenciones para mejorar el sistema educativo. Sólo disponemos de los aburridos datos estadísticos que el Ministerio publica en su página web -la mayoría facilitados por las propias CCAA, menuda fiabilidad-, y nos tememos que también están debidamente "maquillados", por si acaso.

A la administración educativa -sea cual sea haya sido su color político desde la transición de 1978, (en esto son muy parecidos los partidos políticos cuando llegan al poder) no le ha interesado nunca una evaluación independiente y constrastada de la educación en nuestro país. Y esto es muy grave porque sin datos objetivos, sin investigaciones bien estructuradas que puedan ofrecer orientaciones y guía de las posibles acciones a emprender, es imposible tomar decisiones acertadas a medio y largo plazo. ¿Es que no les interesa mejorarla, entonces? Pues es evidente que no. La educación desde el final de la dictadura ha venido siendo utilizada preferentemente para la gresca política, para comprar votos, para el desgaste del rival, pero nunca para la mejora de los aprendizajes de las nuevas generaciones. Eso dice mucho de la catadura moral y política de los que nos gobiernan en democracia y que nosotros hemos contribuido con nuestros votos o nuestras abstenciones a que así sea. No hay que recordarles que no se debe evaluar lo que se desea manipular, no vaya a ser que alguien se entere de lo que no debe.

¿No le interesa tampoco al profesorado? Uff, buena pregunta también. El profesorado ha sufrido desde siempre un concepto de evaluación de su trabajo más cercano a la supervisión normativa o ideológica que al asesoramiento o guía, por eso no es raro que desconfíe tanto de todo lo que suene a "evaluar el sistema" o a "evaluar las tareas de enseñanza". Y sin su colaboración honesta resulta prácticamente imposible saber exactamente qué está pasando en los centros y en las aulas. Así que, en general, tampoco está mucho por la labor. (Lo de la autoevaluación docente o los informes de propuestas de mejora a que están obligados los centros ni lo mencionamos, porque tan sólo son un chiste malo).

¿Y a las familias y al alumnado? ¿Y a la ciudadanía? ¿Tampoco les interesa? Salvo un escasísimo -aunque honroso- porcentaje, sus problemas quedan bien lejos del interés evaluador y contrastado de la educación. Se conforman con poca cosa mientras sus hijos estén recogidos y bien atendidos. Que aprueben es su principal y casi única meta y nadie les puede culpar por ello, porque sobre este eje gira el sistema desgraciadamente. Lo de que aprendan más o menos es otro nivel y a ese nivel ni nos acercamos todavía. Ni siquiera distinguen aprobar de aprender. Aunque muchos docentes tampoco lo hacen.

Así que el panorama no puede ser más desolador para quien le interese saber qué está pasando, obtener datos fiables y acordar en qué podemos mejorar. Siempre será mejor -parece ser- actuar a ciegas o por intereses poco confesables, obedecer consignas o negar la realidad. Ahora bien, paradójicamente, a todo el mundo se le llena la boca después con LO IMPORTANTE QUE ES LA EDUCACIÓN PARA EL PRESENTE Y FUTURO DE NUESTRO PAÍS. ¡Ja! Menos cuentos, Caperucita.

Siempre nos quedará París, decían en la película Casablanca. A nosotros nos quedarán tan sólo las pruebas internacionales externas -PISA, TALIS, PIRLS, TIMSS, etc.- para cubrir esta enorme laguna. Pero es evidente que son pruebas descontextualizadas, puestas en entredicho bajo determinados parámetros, realizadas sobre muestras reducidas y sujetas a criterios y objetivos que no siempre son compartidos, por lo que sus resultados siempre resultan precarios y discutibles. Pero, algo es algo, comparado con el vacío evaluador del que "disfrutamos" aquí. Ofrecen algunas pistas, si bien resultan escasas para permitirnos caminar seguros. Lástima.

¿Un organismo o institución española independiente, prestigiada, con recursos suficientes y dirigida por los mejores para evaluar la educación de nuestro país, ofrecer resultados contrastados, sacar conclusiones y realizar propuestas de mejora? Olvídense. No está el horno para bollos. ¿No ven cómo está el patio?

Les proponemos aquí los resultados descorazonadores de una prueba evaluadora de conocimientos de Primaria realizada a jóvenes adultos por la calle. Pues ni esto hacemos en el sistema educativo, no vaya a ser que comprobemos lo poco sirven nuestros títulos académicos en la vida real. No se desanimen. A nadie le importa. Ni siquiera a Vds. Disfruten y rían.


lunes, 9 de enero de 2023

"Me dedico a engañar, más que a enseñar".

 

                INCOMPETENCIA DE CONOCIMIENTO DEL MEDIO                 

En estos tiempos que corren es difícil que alguien diga verdades como puños. Verdades asentadas en datos y compartidas por muchas personas, fácilmente comprobables. Nos hemos acostumbrado a las mentiras. De ahí que haya sido tan sorprendente el escrito -publicado en prensa- de un catedrático de la universidad de Granada en el que describe sin tapujos ni medias tintas lo que está pasando en la universidad pública desde hace años. "Me dedico a engañar, más que a enseñar", dice este profesor, y lo explica con pelos y señales. Y, además, para no ser tan sólo un agorero más, expone cuáles serían, a su juicio, las soluciones del grave problema que denuncia. Lo suscribimos todo al 99 %.

Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio. Y no es prudente ir camuflado eternamente por ahí, escribía Antonio Machado. O sí, porque como decía el Arcipreste de Hita, el dinero "de verdad hace mentiras y de mentiras hace verdades". Creemos que será muy difícil que la cohorte de políticos y administradores que nos gobierna sea capaz de solucionarlo. Habrá que esperar otra remesa generacional, si es que llega. El problema es muy grave y no tiene nada que ver ni con la programación ni con la robótica como decía el Sr. Sánchez en la entrada anterior, tiene raíces más profundas. La educación pública se degrada empezando por la educación infantil hasta llegar a la universidad. Y la degradan políticos -como él- que se dicen de izquierdas y que juegan -quizás sin saberlo, o sí- a propiciar el trasvase a la educación privada de todo el que puede. Un sindiós social-comunista-nacionalista, pero ya estamos acostumbrados a que las "políticas" progres acaben perjudicando justo lo que afirman defender: libertad, feminismo, educación pública, transparencia, rendición de cuentas, igualdad..., en un ejercicio de hipocresía e incompetencia notable. Hasta el gran Alessandro Baricco ha comentado recientemente "la izquierda es hoy la opción política más conservadora, dejemos que gobierne la derecha". Estos políticos adanistas de izquierdas se han convertido en los nuevos meapilas sin sotana de este país, han convertido al BOE en la hoja parroquial de su feligresía, se creen los nuevos dueños de las "tablas de la ley" que tratan de imponer, bajo pena de excomunión, a todos los mortales, concuerden o no con sus delirios totalitarios. Han perdido el norte, y lo peor, han perdido hasta el sentido del humor.

En fin, a lo que vamos, este profesor de universidad se ha limitado a describir en su alegato el perfil del alumnado que tiene hoy delante -perfil de salida diría la LOMLOE-: uso de un vocabulario muy básico, incapacidad de hacer un trabajo personal -salvo copiándolo de internet-, absentista, anestesiado por las redes sociales, incapacidad de fijar la atención en lo prioritario, indolencia y apatía, falta de educación o urbanidad, expresión escrita y oral muy limitadas, falta de resiliencia, incapacidad de trabajar en grupo, falta de interés, falta de proyecto vital realista, bajo umbral de frustración y un largo etcétera. Todo ello se ha larvado en la enseñanza no universitaria y en la propia sociedad: medios de comunicación, familias, amigos... Y para no hacerlos infelices, y para cumplir los objetivos del contrato-programa que tiene el departamento universitario, se les hace varios exámenes a lo largo del cuatrimestre, se les baja los niveles de exigencia y se les conceden convocatorias de gracia hasta que aprueban y se creen que han aprendido algo. Y todos contribuimos a este gran fraude, a este gran engaño educativo que todos pagaremos más tarde al no disponer de buenos profesionales, ni de intelectuales, ni de personas capaces, creativas ni críticas.

Esta es la verdad, lo demás son las tonterías que pregonan nuestros políticos cada día a su feligresía para mantenerse en el poder. ¿Qué hacer ante este grave conjunto de problemas? El propio profesor enumera unas pocas soluciones: acabar con el igualitarismo, no todos somos iguales, ni tenemos las mismas capacidades, ni invertimos los mismos esfuerzos, por eso el sistema educativo debe ser más diversificado; el profesorado debe recuperar su autonomía y su autoridad profesional perdidas para configurar su currículo y su enseñanza; eliminar cualquier gadget tecnológico de la enseñanza -incluidos los ordenadores personales-, las TIC en edades tempranas sólo sirven para distraer, no para pensar ni aprender; huir de nacionalismos y de populismos en la educación y en la sociedad, aprender a valorar lo que te rodea, a fomentar la curiosidad, conocer otras culturas, otros idiomas, otras lecturas; incentivar el esfuerzo, la colaboración y la competición para seguir creciendo social y personalmente; y, finalmente, flexibilizar las "pasarelas" universitarias para cambiar de titulación sin penalizar al estudiante en sus primeros años.

¿Quién le pone el cascabel al gato? Los impresentables que nos gobiernan desde luego que no, incluso sectores universitarios que están muy cómodos en sus privilegios tampoco. Pero ese es el camino. Si no, la propia sociedad, el propio mercado, hará la selección más adelante y sin cortapisas. Se pondrán las botas las opciones privadas y le echarán la culpa a la derecha -cómo no-, se subempleará a muchos titulados universitarios y se culpará a los empresarios -cómo no-. Pero la responsabilidad y la culpa estarán en otra parte. Vds. saben bien dónde. Al igual que los bosques hay que cuidarlos en invierno para que no haya incendios catastróficos en verano, a la educación universitaria hay que cuidarla desde la educación infantil y primaria para que no se hunda. Y estamos a punto de hacerlo. 

Y si no, vean el siguiente vídeo de José Mota en el que un titulado universitario busca empleo después de quince años en paro. Dígannos si no es premonitorio de todo esto.


jueves, 5 de enero de 2023

Plan Escuela 4.0: empieza el año electoral

 

               INCOMPETENCIA DIGITAL             

¡Serán sinvergüenzas! El Sr. Sánchez se ha sacado el rimbombante Plan Código Escuela 4.0 para regar de millones de euros el sistema educativo -356 nada menos- e iniciar su personal campaña electoral en la que se juega su puesto laboral porque si no gana se va al paro. La mayoría del dinero -dice- se irá para formación del profesorado en competencia digital, programación y robótica. ¿A que les suena la música? Pues claro, ya la escuchamos cuando el anterior Plan Escuela 2.0 de los sres. Zapatero y Gabilondo que regó de portátiles personales nuestras escuelas, cableó nuestros centros e hizo millonarios a unos pocos aprovechados que suministraron material, equipamientos y formación específica. 

Nuestros políticos no quieren saber qué pasó con aquellos centenares de millones ni para qué sirvieron. No practican la memoria porque viven de la desmemoria del personal. Huyen de la evaluación y de los datos como de la peste, aunque no del dinero. Eso sí, a los docentes después nos machacan con sistemas evaluadores cada vez más estúpidos e inútiles. Pero se lo vamos a decir aquí nosotros, los que lo sufrimos a pie de aula: aquellos millones no sirvieron para nada salvo para enriquecer a unos pocos. Los portátiles pronto se vendieron en los mercadillos, nadie los arreglaba cuando se estropeaban y se quedaron obsoletos al poco tiempo. Los libros de texto digitales tampoco funcionaron. Algunos centros educativos con sus propios gastos de funcionamiento trataron de continuarlo pero al cabo de pocos años de aquel Plan Escuela 2.0 no quedó nada, sólo humo. Tampoco se evaluaron los supuestos aprendizajes realizados por el alumnado y el profesorado gracias al Plan. ¿Para qué? Eso no le importaba a nadie. Suponemos que no les sorprenderá que los datos contrastados no les interesen a los políticos electoralistas, populistas o mediocres.

Pero 2023 es un año electoral y lo vamos a sufrir hasta el hartazgo; y el Sr. Sánchez -no sabemos dónde está el PSOE- ha empezado ya a regalar cheques, subvenciones, ordenadores y lo que haga falta para ver si los españoles se olvidan de su incompetencia, sus mentiras, sus alianzas y sus errores. ¿Se acuerdan de lo que hizo Zapatero o de lo que hizo Pepe Griñan o Susana Díaz en Andalucía? ¿Y de qué les sirvió? Pues eso. Lo más vergonzoso de todo este disparate es que esa campaña electoral la vamos a pagar entre todos -otra vez-, con nuestro dinero, vamos. Él no se va a sacar ni un sólo euro de su bolsillo. Menudo jeta.

La Educación, por tanto, vueve a ser ese oscuro objeto de deseo en el que colocar un mensaje electoral infame. La utilizarán de nuevo como mercancía para atraer a incautos y feligreses -¿quedan todavía?-. O, al menos, para comprar voluntades y desviar la atención de los verdaderos problemas que aún sufre la educación de nuestros jóvenes, que no son ni de lejos la computación ni la robótica. Eso es lo que pasa por poner ahí a políticos frívolos, inmorales y sinvergüenzas cuyo único propósito no es otro que el de perpetuarse en el poder y, de paso, disfrutar privilegios y enriquecerse todo lo posible.

Cuando se lanza una mentira o se perpetra una barbaridad pregúntense quién sale beneficiado. Como en las pelis de crímenes. En este caso ni la educación, ni la escuela, ni los docentes, ni el alumnado obtendrán nada bueno con este estúpido Plan Código Escuela 4.0. Como ya ocurrió con el anterior Escuela 2.0. ¡Hasta el título es una solemne tontería! Proponemos que el próximo sea el Plan Escuela 14.0 o el 33.0. ¡Qué más da! Este gobierno sólo vive para la propaganda. Y tengan claro que el único que puede salir beneficiado será el Sr. Sánchez y todos los que le rodean, que ya están preparados para recoger la migajas next generation que se caigan de la mesa de su poder omnímodo.

Empezamos el año con cine de terror. Vean esta breve parodia de la educación progresista realizada por un cómico australiano. Pone los pelos de punta. ¿Parodia o realidad? Pregúntenselo al Sr. Sánchez y a sus colegas de gobierno.