martes, 29 de marzo de 2022

Currículo de la Ley Celaá: guerras y ejércitos

 

                  INCOMPETENCIA DE APRENDER A APRENDER                   

Tarde, como siempre, el Ministerio de Educación establece el currículo -decreto de enseñanzas mínimas- de la ESO como desarrollo de la Ley Celaá (LOMLOE). La Sra. Alegría, la nueva ministra, ha justificado cada una de las ocurrencias seleccionadas que componen el nuevo currículo. Para que luego digan que el currículo no es sino la selección cultural del poder dominante en cada momento. Este gobierno social-comunista, post-moderno y post-sentido común, calificado como Frankenstein, ha perpetrado un nuevo currículo de recortes y pegatinas y consignas varias con el fin de contentar a sus socios podemitas, independentistas y/o filoterroristas. Resultado: un engendro curricular. Otro. Y van...

Pero, en esta entrada, nos vamos a centrar en el tema que venimos desarrollando durante este mes en el blog: guerras y ejércitos. Pasaremos de puntillas, pues, por la tontería de incluir los peligros de las letras machistas del reguetón (!), suprimir la Filosofía (por lo visto, pensar sí que es un peligro), el énfasis machacón en la memoria democrática (como si no bastara con el estudio de la historia), suprimir las calificaciones numéricas (da igual, el profesorado y el alumnado las traducirán a números) o dejar el marrón de la promoción sin control de suspensos al profesorado (demagogia pura). Pero, sensibilizados como estamos por la masacre que se está produciendo en Ucrania por causa de esta disparatada guerra de conquista en pleno s. XXI, merece la pena poner la atención en cómo se contemplan las guerras y los ejércitos en los estudios no universitarios. Para otra entrada dejaremos un análisis más detallado de las ocurrencias curriculares del nuevo decreto ESO.

Todos hemos sufrido el rosario de guerras, conflictos e infinidad de fechas que hubimos de memorizar a lo largo de nuestra vida escolar y que, lejos de desaparecer, aumenta con los años. Repasen los libros de texto en uso si no nos creen. Por ello, resulta chocante que haya sido rechazada la propuesta del Ministerio de Defensa -socialista- de incluir en la materia de Valores Cívicos y Éticos el conocimiento y valoración de las instituciones que velan por la seguridad, la libertad y los derechos de los ciudadanos: ejércitos, institutos armados, cuerpos policiales, etc... Por cierto, instituciones que ofertarán muchos de los empleos que en el futuro ocuparán nuestros alumnos y alumnas. Un rechazo que resulta incomprensible salvo que se analice a la luz de las alianzas torticeras de este gobierno. Se frivoliza así, otra vez, y ya van ocho, al adoptar una concepción partidista del currículo, un grave error cometido por cada una de las leyes educativas que han desacreditado y devaluado las enseñanzas de nuestro sistema educativo a niveles nunca vistos.

Curiosamente, deben estudiarse en el currículo de la ESO las guerras y ejércitos desde antes de Roma, a veces como si fueran mera literatura -cuentos-, pero no el papel que, en la actualidad, deben jugar los ejércitos y las fuerzas de seguridad en las democracias occidentales. Un papel que no tiene nada que ver con esa tonta idea de presentarlos como si fueran una especie de ONG con clavelitos en la boca de los fusiles, que tanto le gusta a esta izquierda ñoña, hipócrita y desnortada que nos gobierna. ¿Molesta eso a algunos de los socios del gobierno? Evidentemente. (Incluso el propio Sr. Sánchez, consideraba que sobraba el Ministerio de Defensa cuando era Secretario General del PSOE) Por otra parte, y no hace mucho, en algunos institutos andaluces no se permitía que militares informaran sobre las opciones laborales que ofrecían los distintos cuerpos del ejército español, si bien, ya parece que se ha normalizado la intervención de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado -Guardia Civil y Policía Nacional- en el marco del denominado Plan Director. Algo es algo. Ahora bien, es llamativo que, estos mismos personajes -podemitas filovenezolanos, filoetarras e independentistas-, para Cuba o Venezuela no mantienen la misma posición flower-power de clavelitos y palomitas de Picasso. Allí saben muy bien para qué sirven sus ejércitos -y para qué los querrían aquí.

Spain is different, y no sólo por la relevancia que aún tienen, por desgracia, las pataletas nacionalistas e independentistas en la política española, a las que se suman los escrúpulos adolescentes de una izquierda que aún identifica al ejército español con la dictadura franquista, sino por la incapacidad de abandonar esa visión negativa, deformada y falsa que sobrevuela muchos acontecimientos de nuestra historia. Una pena. Como afirmaba aquella sentencia apócrifa de Bismarck: España es el país más fuerte del mundo porque los españoles llevan siglos intentando destruirlo y aún no lo han conseguido. Aunque no hay que descartar que el Sr. Pedro Sánchez y sus colegas lo consigan finalmente.

Llevamos más años viviendo en democracia que los años que duró la cruel posguerra franquista pero, en vez de alegrarnos y pasar página, todavía aguantamos a políticos imbéciles -muchos de los cuales no vivieron la dictadura ni han leído un solo libro de historia- que prefieren seguir mirando para atrás con el único fin de sacar rédito electoral -o ajustar imposibles cuentas- de una guerra civil que no debería enorgullecer a nadie, ni a rojos ni a azules. Así que, ya es hora de dejarlos en evidencia y tomarse en serio lo que debería ser el currículo de una etapa como la ESO con visión a medio y largo plazo. Por cierto, ¿alguien ha preguntado al profesorado?

Lo analizaremos en próximas entregas. Mientras tanto, parece que la visión de las guerras y del ejército que tiene el actual equipo de asesores que ha elaborado el nuevo decreto de enseñanzas del Ministerio de Educación se compadece más con la visión esperpéntica que nos regalaba Gila, un humorista genial, que hoy no podría actuar por causa de la hipocresía, el postureo y el pensamiento políticamente correcto que nos invaden. Que se diviertan.


                        

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