sábado, 13 de agosto de 2011

De la infinita capacidad de equivocarse.

INCOMPETENCIA DE APRENDER A APRENDER 
(A RECONOCER EL ERROR)

AFORISMO DE POPPER: Aprendemos más de nuestros errores que descansando en nuestras virtudes.


La escuela debe ser formadora de ciudadanos que aprendan a ser felices, no de voraces empresarios. La Educación del s.XXI ante el fracaso del sangriento siglo anterior y la previsión de que el actual siga por el mismo camino debe cambiar su mirada. La ola neoempresarial que nos asuela trata de subvertir los fines básicos de la Escuela para supeditarla a esta "era de los mercaderes" en la que nos quieren instalar, haciendo de ella un lugar competitivo y selectivo, preparatorio de una sociedad injusta y desigual, egoísta e insolidaria. Hasta la socialdemocracia (una versión más de la derecha por lo que se ve) se ve teñida de esta pobre visión educativa. Frente a una escuela formadora de valores empresariales, un mundo nuevo necesita otra bien distinta. Vean, si no, esta declaración de intenciones sobre la Educación del s. XXI realizada por una persona nada sospechosa: ni resentida ni de izquierda ni psicopedagogo. A ver qué opinan del importante papel que se le concede al profesorado para hacerlo posible.




Mientras tanto, en el mundo actual, en nuestro reducido mundo andaluz, la incapacidad de reconocer la equivocación lleva a nuestros políticos a seguir corriendo por encima del precipicio como hacía el coyote persiguiendo al correcaminos, sin darse cuenta que no tienen nada bajo sus pies, sólo el abismo al que nos conducen. Esta incapacidad de reconocer el error, esta incompetencia tan propia del pequeño político andaluz, es la causa de que la realidad educativa -y social- se comporte justo al contrario de lo que se diseña en el BOJA o en Torretriana. A estos inadaptados seres vivos incapaces de reconocer sus errores les dedicamos especialmente esta interesante conferencia de Kathryn Schulz.





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