INCOMPETENCIA DIGITAL
Cuando se da por perdida la calidad educativa solo resta preocuparse por la cantidad. Una pena. Parece ser que ni los equipos directivos de los centros, ni los servicios de inspección educativa, ni la inspección médica, ni la propia profesionalidad de los docentes, son suficientes para controlar cuánto y dónde trabajan los docentes. ¡Oh, con su mediocre obsesión por el control, la Consejería de Educación ha descubierto -otra vez- la clave de bóveda que mejorará el maltrecho y maltratado sistema educativo andaluz! Por lo visto, la labor educativa es tan escurridiza que no hay forma humana de hacer cumplir las horas que deben dedicar los docentes a sus tareas, así que hemos de acudir a la tecnología, al Gran Hermano que todo lo vigila. ¿Qué les parece? ¿No han sufrido un dejá vu? ¿No recuerdan cuántas veces la Consejería ha tratado de que el profesorado, sobre todo el díscolo de secundaria, se "retrate", "fiche" o "firme" en las entradas y salidas del centro? Pues añadan ahora un nuevo instrumento de control, oh bendita informática, la geolocalización.
Y todo este disparate conceptual y económico ¿para qué?, ¿para mejorar la calidad educativa? Verán, concebir la tarea educativa como si fuera el producto de una mera labor administrativa -o funcionarial en su peor sentido- es confundir el culo con las témporas, con perdón. Un profesor puede cumplir perfectamente su horario en el centro, incluso doblarlo sin salir de él... y seguir siendo un pésimo docente. Y viceversa. Ya denunció Gimeno Sacristán hace más de veinte años que el principal problema del sistema educativo español era la ausencia total de controles de calidad de lo que se realizaba realmente en las aulas y en los centros. No recordamos que dijera que el problema fuera que los docentes se escaqueaban del trabajo. Y ahí seguimos, tratando de geolocalizar al profesorado para que todo siga igual, o peor. Porque lo que denota este tipo de medidas no es otra cosa que el fracaso sistémico de las políticas educativas aplicadas por los sucesivos gobiernos andaluces.
Geolocalizar al profesorado supone desconfiar del profesorado, de su compromiso, de su formación y de su profesionalidad. Pero además, supone desconfiar de los equipos directivos para controlar los centros. Y además, supone desconfiar de los servicios de inspección en sus tareas de supervisión. ¿Qué funciona bien entonces en la educación andaluza? ¿El consejero Imbroda, más solo que la una, desconfiando de todos sus servicios educativos en su enfermo olimpo de Torretriana? ¡Oh, todos somos contingentes, solo tú, consejero, eres necesario! ¡Viva el consejero por antonomasia! gritaremos como en la película "Amanece que no es poco".
Algún asesor debería tener que le inscribiera en el mármol de su despacho -o le tatuara en la frente- el aforismo acuñado hace décadas de que "en Educación, sin el profesorado no se puede ir a ningún sitio que merezca la pena". Y esta medida controladora, geolocalizadora, además de ilegal, vulneradora del derecho a la confidencialidad de datos, a la vida personal inviolable, solo generará rechazo mayoritario en un colectivo ya bastante maltratado y que, a pesar de todo lo que le ha llovido estas décadas, ha respondido con un compromiso más allá de lo exigible a lo largo de esta pandemia cruel. Son ellos, los docentes incontrolados los que han sostenido la educación de los más pequeños y de los adolescentes -desde sus casas, desde sus ordenadores, desde sus móviles- y no la Consejería de Educación que se lavó las manos y miró para otro lado en los peores momentos. Son los docentes los que han salvado su cara y su sillón Sr. Imbroda -oh, consejero contingente- y, a cambio, Vd. les responde con controles estúpidos que no servirán, como tantos otros en el pasado, para nada, solo para fastidiar a la mayoría que trabaja bien, incluso más allá de lo exigible, y para justificar a la minoría que se limita a "fichar" a las entradas y salidas o se escaquea, como en tantas dependencias administrativas, donde se trampean fácilmente controles tan burdos como tarjetas, relojes, llaveros, firmas, conserjes o caretos. Pongamos que hablamos de Torretriana, por ejemplo. ¿Qué es lo que verdaderamente le importa Sr. Imbroda? ¿Sabe Vd. de esto?
Y siguiendo con Amanece que no es poco, aquí les dejamos una secuencia genial muy de actualidad: Elecciones y rogativas. Consejero contingente, ojo con su sillón.
Por lo pronto ha conseguido que desinstale Séneca de MI móvil.
ResponderEliminar¡Una medida que deberíamos adoptar todos! Ojo con la privacidad y el uso de nuestros móviles en benificio de estos "geolocalizadores". Ojo también con el uso de llaveros geolocalizables.
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