viernes, 27 de mayo de 2022

La educación andaluza en vía muerta (I): apuntes para un campaña electoral

 

                 INCOMPETENCIA DE AUTONOMÍA E INICIATIVA              

El PP -con Ciudadanos- lleva en Andalucía casi una legislatura en el poder después de las casi cuatro décadas que disfrutaron los "señoritos cortijeros" del PSOE. Cuatro décadas para olvidar -o no- después de tantas ilusiones perdidas y tanta incompetencia demostrada por los sucesivos consejeros y consejeras socialistas, a cual más inútil. De ahí que miremos con lupa lo que hace la actual Junta de Andalucía en materia educativa. Digamos, para empezar, que lo tenían "a güevo" -como diríamos en andalú- porque era bien difícil hacerlo peor pero, tras casi cuatro años en los sillones, pandemia por delante, la educación andaluza no presenta un pronóstico favorable. No vemos "brotes verdes" por ningún lado, si acaso, preocupantes tendencias que pasamos a analizar.

El nombramiento del Sr. Imbroda -dios lo tenga en su santa gloria- como consejero de educación no auguraba nada bueno. Esa práctica política ya habitual de poner en ese cargo a personas con un desconocimiento grande del sistema educativo andaluz y sin ninguna experiencia de gestión o prestigio en dicho campo es una de las peores lacras que sufrimos los ciudadanos, porque nada bueno ni útil puede salir de ahí. Suele ser un mal comienzo. Generalmente, los ignorantes y los mediocres suelen rodearse de equipos aún más ignorantes y mediocres por lo que, desde el inicio de su andadura política, no teníamos muchas expectativas de mejora. Y se han cumplido desgraciadamente para todos.

Si no hubiera sido por la cruel pandemia padecida, la inversión educativa en Andalucía no habría aumentado significativamente, pero la necesidad de contratar nuevos docentes para poder hacerle frente ha venido a lavarle la cara -y las estadísticas- a la Junta de Andalucía. Pero no todo son número de maestros y profesores -por cierto, ahora en claro descenso una vez pasados los peores momentos- para valorar la mejora o calidad de  nuestro sistema educativo. Lo más llamativo de estos cuatro últimos años es que ninguno de los graves problemas educativos, ninguno, de los que se venían arrastrando de la "era" socialista se ha resuelto o está en vías de solución. Más al contrario, algunos nuevos problemas vienen a ensombrecer los análisis -sin duda rimbombantes- que harán PP y Ciudadanos a la vista de la nueva campaña electoral en la que estamos inmersos. Se escudarán, sin duda, en que aún no han tenido tiempo para hacerlo -y, en parte, sólo en parte, tienen razón- pero las tendencias que marca esta primera legislatura no hacen presagiar nada bueno si se confirman en los próximos años. Veamos.

La FP sigue estancada, por mucho que la derecha alardee, como hacían también los socialistas, del número de nuevos ciclos formativos que se crean cada curso, a todas luces insuficientes para la demanda existente. Unos 40.000 aspirantes se quedan cada curso escolar sin poder acceder a plazas públicas de formación profesional debido a la escasez y mala distribución de la oferta. Simultáneamente, en estos cuatro años, ha crecido exponencialmente la oferta privada creando una brecha entre los que pueden pagársela y los que no. La "izquierda" socialista nunca hizo ningún esfuerzo por incrementar la oferta pública y, a la vez, estranguló a la privada, con lo que aún más estudiantes se quedaban fuera cada año. La derecha, sin embargo, ha optado claramente por la oferta privada, más flexible y más barata para las arcas públicas, pero más cara para la ciudadanía y peor distribuida -sólo en lugares donde puede ser rentable-. Si la tendencia continúa, la oferta pública de FP quedará obsoleta a corto plazo y la brecha económica y la desigualdad de oportunidades educativas seguirán aumentando.

Los centros educativos siguen en malas condiciones. A pesar de los reiterados y propagandísticos anuncios del nuevo Plan de Bioclimatización de los centros escolares, la mayoría sigue teniendo los mismos problemas de hace cuatro años. Cuando aprieta el calor, como recientemente, las aulas se convierten en calderas y los patios de recreo -eriales sin árboles ni sombra- en desiertos. Por otra parte, el llamado "chabolismo" escolar -alumnado escolarizado en aulas pre-fabricadas o "caracolas" debido a la falta de espacio de sus centros- sigue sin resolverse. Es más, las necesidades de desdoble provocadas por la pandemia aumentó la licitación de estos espacios "provisionales", por lo que seguimos sin saber cuántas de estas unidades aún están funcionando en Andalucía. De las 450 existentes hace dos años ¿cuántas permanecen aún? Tememos que sean las mismas o muchas más.

La burocracia educativa sigue sin resolverse. Es más, la aplicación apresurada y frívola de la nueva LOMLOE ha venido a aumentar aún más si cabe las labores administrativas inútiles que soportan desde hace décadas los docentes en Andalucía. En este sentido, la Consejería de Educación no ha dictado ninguna medida con el fin de reducirla al mínimo. La cantidad de tiempo y esfuerzo que genera la cumplimentación de "papeles" inútiles ordenados tanto por el gobierno del Estado como por el de la Junta hace que el profesorado se descentre de su labor esencial que no es otra que la educativa que ejerce con sus grupos de alumnos. Por otra parte, el programa Séneca es un verdadero desastre tanto para la gestión diaria de los docentes así como por su facilidad para ser jaqueado y ver comprometidos los datos confidenciales, sobre todo del alumnado y sus familias. Lejos de reducirse, la "intensificación" del puesto laboral del profesorado no parece tener fin en Andalucía.

Continuará...

En campaña electoral a nuestros políticos les vendría bien la "ruleta de las excusas" que nos presenta el vídeo de José Mota a continuación: "no hemos tenido tiempo aún", "partíamos de una situación muy mala", "la pandemia nos lo ha impedido", "los de enfrente lo harían peor", "nadie pudo prevenir la crisis", etc. Nunca son capaces de autocrítica sincera, son maestros de la autoexculpación y la autoindulgencia y el "y tú más". Y mientras no los echemos -como hace la señora del vídeo- seguirán quedándose con nosotros. Al final, somos nosotros los culpables. Deberíamos ser más inflexibles con los mentirosos, los incompetentes y los caraduras. Como mínimo no votarles más si lo hicimos alguna vez. No se les olvide.


                       

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