domingo, 8 de mayo de 2022

¿Cuándo se jodió todo?

 

                    INCOMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA                    

¿Cuándo se nos jodió todo esto? ¿En qué momento nos metieron en un callejón sin salida? ¿Cuándo se evaporaron los sueños de conseguir una educación de calidad en nuestro país? Seguramente, como ocurre con muchos de los acontecimientos importantes que marcan nuestras vidas, no nos dimos cuenta, ni tampoco pudimos adivinar sus graves consecuencias mientras aún estábamos a tiempo de evitarlas. Es difícil marcar una línea clara de la historia, un minuto clave, una metedura de pata crucial donde se empezó a torcer todo. Porque, en ocasiones, suelen ser detalles nimios los que marcan un punto de inflexión o, peor, uno de no retorno. Los errores en política educativa han sido numerosos a lo largo de estas cuatro décadas, es difícil elegir alguno como esencial. Pero si queremos determinar el momento en que se jodió todo esto, si bien muchos culparían a la LOGSE (1990) del PSOE como el punto de inicio, somos de la opinión de que el desastre se fraguó cinco años antes, en 1985, con la promulgación de la primera ley orgánica educativa socialista, la LODE -Ley Orgánica del Derecho a la Educación-. Para muchos, una ley que pasa desapercibida y que no suele ser criticada, pero para nosotros fue la ley que señaló el callejón sin salida en el que hoy nos encontramos.

Seguramente, las sucesivas mayorías absolutas obtenidas por el PSOE de Felipe González a partir de 1982 tuvieron mucho que ver con la "patrimonialización" de la Educación que hizo -como con tantas otras cosas- el nuevo partido gobernante. En vez de propiciar amplios consensos, el PSOE se emborrachó de poder tras el fallido intento de golpe de estado de 1981 y, justo al contrario del lema que presidió su campaña electoral, aquello de "por el cambio" que haría que a España no la conocería ni la madre que la parió -expresión muy andaluza, como lo era el grupo de socialistas de la "tortilla" que se encaramó a la pomada a partir de entonces-, quisieron entender de todo cuando eran unos recién llegados que no volvían de ningún sitio interesante y, en vez de promover un debate serio y con futuro para cambiar España, el PSOE se dedicó a una labor de maquillaje -socialdemocracia lo llamaron- que, en esencia, no rompió con el pasado franquista sino que repitió los mismos errores del sistema educativo anterior.

Efectivamente, cambiaron las apariencias -la estructura y organización del sistema- pero el programa educativo continuó siendo en puridad el mismo de la Ley General  Educación de 1970, -última ley educativa franquista- aquella que instauró la EGB y el BUP. Se emborracharon de poder y perdieron el norte, olvidaron su responsabilidad histórica -primera vez que la izquierda se instalaba en el gobierno desde la II República- y nos vendieron a todos una moto averiada gracias a una política trufada de prepotencia, vanidad e ignorancia. Algo parecido a lo que ha sucedido con Podemos y Pedro Sánchez, en menos años, eso sí. Está claro que la inteligencia mengua con las generaciones.

Porque la LODE -el PSOE- renunció, ya en 1985, a la configuración de un sistema educativo moderno, laico, público y de calidad. Desarrollando, supuestamente, el artº 27 de la Constitución de 1978, mantuvo la política de conciertos educativos con la enseñanza privada -mayoritariamente religiosa-, mantuvo el Concordato con el Vaticano y no blindó la inversión en el sistema educativo público, entre otras muchas cuentas pendientes (formación profesorado, editoriales de libros de texto, jerarquización de los centros docentes, anulación de los claustros, etc.). No sabemos bien a cambio de qué, además de mantenerse en el poder, pero puso en envidencia que los "jóvenes" gobernantes no creían en la educación pública; bien por ignorancia, cobardía política o complicidad con los poderes fácticos heredados de la dictadura, no apostaron por acabar con el sistema educativo franquista sino por una tibia actualización consistente en medidas meramente decorativas, tecnocráticas en su peor sentido. En esta, su primera ley educativa, los socialistas siguieron al dedillo la célebre sentencia de Lampedusa: cambia algo para que todo siga igual. Verdaderamente, nunca unas mayorías absolutas sirvieron para tan poco a la hora de acometer una modernización de la educación en nuestro país. Y se jodió el futuro porque se perdió el rumbo.

Paradójicamente, la derecha política y los restos de la herencia envenenada del franquismo nunca agradecieron al PSOE el trabajo sucio realizado, sino que, para colmo, se sintieron ofendiditos y aceptaron el tonto envite que les vendieron los socialistas de que la educación, por fin, era patrimonio suyo, de la "izquierda", del PSOE para ser precisos. Pero ¿qué izquierda era, es, el PSOE? ¡Virgen Santa! Si le habían hecho el juego a los sectores más inmovilistas y rancios -iglesia católica incluida- al silenciar el clamor de los sectores educativos más renovadores y controlar a los sindicatos y movimientos pedagógicos para que no se echaran a la calle, cosa que le hubiera costado un enorme esfuerzo conseguir a la derecha en aquellos primeros años de la década de los 80. (Por cierto, un trabajito que repitieron, también con éxito, con la reconversión industrial y con la entrada en la OTAN). 

De este modo, gracias a la LODE, se mantuvo el circuito de la enseñanza privada concertada, esto es, financiada con fondos públicos (una antigualla que no existía ni siquiera entonces en los países de nuestro entorno), se mantuvieron los privilegios de la iglesia católica y de la enseñanza religiosa incluso en los centros públicos y en el currículo, y no se blindó ni se mantuvo un nivel de inversión educativa acorde con los desafíos a los que se enfrentaba un sistema educativo público obsoleto, mal dotado, con deficiencias estructurales en edificaciones, equipamientos y profesorado, entre otras tantas cosas. En fin, la LODE socialista de 1985 fue la primera ley educativa de la democracia en la que se enterraron las ilusiones largamente esperadas tras la dictadura. Nos encaminábamos sin saberlo a un pimpampum estéril donde la "izquierda" se "apoderó" de la educación..., sí, pero para hacerle el juego a la derecha. Una torpeza política difícil de superar. ¡Bien por el PSOE y por Felipe González, al que algunos echan de menos a la vista del desastre Sánchez!

Los optimistas suelen comparar entre lo que era el sistema educativo de entonces y lo que es hoy y se ufanan de lo que hemos avanzado (?), pero los pesimistas comparamos lo que era el sistema educativo de entonces y lo que pudo haber sido hoy si se hubieran tomado las decisiones adecuadas. Sí, como decimos muchas veces, quizás lo que hacemos aquí sea sólo un ejercicio de melancolía, pero cuando llevamos años estrellados en un callejón sin salida, en un día de la marmota eterno, rodeados de incompetentes e incapaces, sólo queda volver la vista atrás para andar el camino que debimos haber tomado hace décadas y recuperar, así, la ilusión y las ganas de mejorar la educación en nuestro país. No hay otro camino.

Y para nostalgia de lo que pudo ser, abajo les dejamos el vídeo de la "victoria" de la izquierda, del PSOE, en 1982. Pocos podían pensar entonces lo evanescentes que serían las ilusiones puestas en ella.


                   

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