domingo, 15 de enero de 2023

¿Por qué no interesa evaluar nuestro sistema educativo?

 

              INCOMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA             

Si hay una cosa clara que podamos afirmar sobre nuestro sistema educativo es que a nadie le interesa evaluarlo. La pregunta surge sin forzarla: ¿por qué a nadie le interesa? Buena pregunta. Veamos si las respuestas que les ofrecemos están a la altura de su simplicidad.

Durante la experimentación de la reforma LOGSE (1990), finales de la década de los 80, se acuñó la evidencia de que no existían controles de calidad de la educación que se impartía en nuestros centros educativos. Se culpaba a la dictadura y a lo poco que le interesaba al franquismo una educación de calidad, un ciudadano bien formado, crítico y participativo. Aunque, ya en democracia, tampoco se sabía nada de los efectos de las normativas, dictámenes, informes y programas que, a partir de entonces, lanzaba la administración educativa de turno. Si, por ejemplo, habían funcionado bien, en qué, en qué no, qué resultados se habían obtenido de manera contrastada, cuánto dinero se gastó en ellos, etc... Incluso, durante todos estos años, cuando algo se ha tratado de evaluar por parte la administración o de los diferentes "entes" evaluadores que se fueron creando -por ejemplo la AGAEVE en Andalucía, o el INEE para el conjunto del Estado- frecuentemente no se dieron a conocer sus resultados, y menos aún sus datos en bruto para que cualquiera otra entidad o cualquier ciudadano pudieran extraer sus propias conclusiones. A más a más, en muchas ocasiones estos "entes" públicos fueron instrumentalizados para decir -o no decir- lo que le interesaba al gobierno en el poder. (Algo similar a lo que pasa actualmente con el CIS del Sr. Tezanos, o mejor, del Sr. Sánchez).

El descrédito, pues, de estas iniciativas evaluadoras "independientes" a cargo de la administración educativa, tanto del Estado como de las CCAA, ha sido muy alto. Y ahí sigue, nadie se fía de sus estudios, ni de sus iniciativas evaluadoras, ni de sus buenas intenciones para mejorar el sistema educativo. Sólo disponemos de los aburridos datos estadísticos que el Ministerio publica en su página web -la mayoría facilitados por las propias CCAA, menuda fiabilidad-, y nos tememos que también están debidamente "maquillados", por si acaso.

A la administración educativa -sea cual sea haya sido su color político desde la transición de 1978, (en esto son muy parecidos los partidos políticos cuando llegan al poder) no le ha interesado nunca una evaluación independiente y constrastada de la educación en nuestro país. Y esto es muy grave porque sin datos objetivos, sin investigaciones bien estructuradas que puedan ofrecer orientaciones y guía de las posibles acciones a emprender, es imposible tomar decisiones acertadas a medio y largo plazo. ¿Es que no les interesa mejorarla, entonces? Pues es evidente que no. La educación desde el final de la dictadura ha venido siendo utilizada preferentemente para la gresca política, para comprar votos, para el desgaste del rival, pero nunca para la mejora de los aprendizajes de las nuevas generaciones. Eso dice mucho de la catadura moral y política de los que nos gobiernan en democracia y que nosotros hemos contribuido con nuestros votos o nuestras abstenciones a que así sea. No hay que recordarles que no se debe evaluar lo que se desea manipular, no vaya a ser que alguien se entere de lo que no debe.

¿No le interesa tampoco al profesorado? Uff, buena pregunta también. El profesorado ha sufrido desde siempre un concepto de evaluación de su trabajo más cercano a la supervisión normativa o ideológica que al asesoramiento o guía, por eso no es raro que desconfíe tanto de todo lo que suene a "evaluar el sistema" o a "evaluar las tareas de enseñanza". Y sin su colaboración honesta resulta prácticamente imposible saber exactamente qué está pasando en los centros y en las aulas. Así que, en general, tampoco está mucho por la labor. (Lo de la autoevaluación docente o los informes de propuestas de mejora a que están obligados los centros ni lo mencionamos, porque tan sólo son un chiste malo).

¿Y a las familias y al alumnado? ¿Y a la ciudadanía? ¿Tampoco les interesa? Salvo un escasísimo -aunque honroso- porcentaje, sus problemas quedan bien lejos del interés evaluador y contrastado de la educación. Se conforman con poca cosa mientras sus hijos estén recogidos y bien atendidos. Que aprueben es su principal y casi única meta y nadie les puede culpar por ello, porque sobre este eje gira el sistema desgraciadamente. Lo de que aprendan más o menos es otro nivel y a ese nivel ni nos acercamos todavía. Ni siquiera distinguen aprobar de aprender. Aunque muchos docentes tampoco lo hacen.

Así que el panorama no puede ser más desolador para quien le interese saber qué está pasando, obtener datos fiables y acordar en qué podemos mejorar. Siempre será mejor -parece ser- actuar a ciegas o por intereses poco confesables, obedecer consignas o negar la realidad. Ahora bien, paradójicamente, a todo el mundo se le llena la boca después con LO IMPORTANTE QUE ES LA EDUCACIÓN PARA EL PRESENTE Y FUTURO DE NUESTRO PAÍS. ¡Ja! Menos cuentos, Caperucita.

Siempre nos quedará París, decían en la película Casablanca. A nosotros nos quedarán tan sólo las pruebas internacionales externas -PISA, TALIS, PIRLS, TIMSS, etc.- para cubrir esta enorme laguna. Pero es evidente que son pruebas descontextualizadas, puestas en entredicho bajo determinados parámetros, realizadas sobre muestras reducidas y sujetas a criterios y objetivos que no siempre son compartidos, por lo que sus resultados siempre resultan precarios y discutibles. Pero, algo es algo, comparado con el vacío evaluador del que "disfrutamos" aquí. Ofrecen algunas pistas, si bien resultan escasas para permitirnos caminar seguros. Lástima.

¿Un organismo o institución española independiente, prestigiada, con recursos suficientes y dirigida por los mejores para evaluar la educación de nuestro país, ofrecer resultados contrastados, sacar conclusiones y realizar propuestas de mejora? Olvídense. No está el horno para bollos. ¿No ven cómo está el patio?

Les proponemos aquí los resultados descorazonadores de una prueba evaluadora de conocimientos de Primaria realizada a jóvenes adultos por la calle. Pues ni esto hacemos en el sistema educativo, no vaya a ser que comprobemos lo poco sirven nuestros títulos académicos en la vida real. No se desanimen. A nadie le importa. Ni siquiera a Vds. Disfruten y rían.


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