¡Bienvenido a Andalucía, Sr. Wert!

INCOMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA

Desesperadamente, esa es la cosa.

Cada vez más sin causa y más absorto...

Blas de Otero. Igual que vosotros. Ancia.

Ayer lunes 14, el Sr. Wert, ministro de Educación, pudo comprobar en sus propias carnes hasta donde llega el fracaso del sistema educativo andaluz, tanto universitario como no universitario. A sabiendas que "toreaba" en una plaza cortijera, aceptó la invitación del foro del periódico El Mundo para hablar de la reforma educativa que prepara su gobierno. Pero no le dejaron. A lo que ocurrió, aquí en esta tierra de izquierda populista -cada vez más tipo Chavez o tipo Fidel o tipo Sánchez Gordillo- le llaman libertad de expresión. Paradójicamente le gritaban "fascista" aquellos que precisamente imponían a la fuerza sus pobres argumentos para que los demás no pudieran escucharlo ni debatir con él.

Tantos años, desde la dictadura franquista, en los que se ha luchado para poder hablar y escuchar todas las voces, y tenemos que soportar los rebuznos de un grupo de niñatos -¿universitarios?- que impedían entrar en el debate de ideas y de argumentos, que es el que debe sostener una democracia. Un vociferio y unos "cohones" que, curiosamente, estos energúmenos son incapaces de echarle a la Sra. Moreno o al Sr. Pepe Griñán o al Sr. Valderas -o a su propio rector de la universidad de Sevilla-, verdaderos responsables de la ruina económica, política, educativa y moral en la que está sumida la educación de Andalucía.

Pero que Andalucía políticamente es un cortijo aquí lo hemos mencionado en muchas ocasiones, aunque nada tan gráfico como lo que vivimos ayer para corroborarlo. Estos socialistas y comunistas de pega siguen creyendo que la  Educación y la Cultura son sus cortijos y no van a dejar que nadie, incluso a riesgo de equivocarse, quiera legítimamente tratar de enmendar el tremendo fracaso de su política educativa y cultural durante treinta años. Y ahí los tenemos, cuando ya no tienen argumentos rebuznan y gritan "fascistas" unos jovencitos, y otros no tanto, que jamás han vivido -aunque se lo merecerían por unos minutos tan solo- en una dictadura como la que vivimos muchos con Franco y, aún, por desgracia recordamos. Pero en gran medida, durante todos estos años de desmemoria histórica, hemos criado imbéciles que no saben ni dónde están, ni de dónde vienen y, lo peor, ni a dónde van. 

En fin, dejaremos para otra ocasión -qué remedio- la posibilidad de escuchar y debatir los argumentos del Sr. Wert para acometer una nueva reforma del sistema educativo español. Por otra parte, ¿de qué nos sorprendemos?  En los cortijos sólo se crían señoritos y bestias. La diferencia es que ahora unos se creen pogres revolucionarios y otros se pasean por las universidades públicas a costa del dinero de todos.

Estos son los argumentos que allí se esgrimieron. Deben sentirse orgullosos de su lucidez dialéctica y política, sin duda. Por cierto, ¿no es esa que grita tan desvergonzadamente la portavoz de educación (?) de IU en el Parlamento Andaluz, la Sra. Segura? Pues eso, lo dicho.