domingo, 20 de enero de 2013

¿Qué hacemos con un país podrido?

INCOMPETENCIA DE APRENDER A APRENDER

Oh patria, árbol de sangre, lóbrega
España.
Abramos juntos
el último capullo del futuro.

Blas de Otero. Vencer juntos. Pido la paz y la palabra.

¡No aprenderemos nunca! En cuanto nos bajamos la guardia los sinvergüenzas campan por sus respetos. Los vemos todos los días -y no sólo en la tele, y no sólo en la política, sino en todos lados. Porque no es sólo un problema político, sino moral de toda la ciudadanía. Mientras el pequeño sinvergüenza nos roba mil, el gran sinvergüenza nos roba millones. Y no hay castigo. El electorado, embobado en sus propias miserias, mira para otro lado, y sigue manteniendo en el poder a esta casta política que desde hace años olvidó sus principios éticos y sus fines de servicio al pueblo, criando a sus faldas, por acción o por omisión, qué mas da, a todos estos miserables que nos roban.

Es cierto. No todos los políticos son unos sinvergüenzas, pero sí que hay políticos sinvergüenzas en todos los partidos o entidades que tocan el poder por algún tiempo: PSé, PP, IU, CiU, GIL, partidos "independientes" creados en los ayuntamientos de manera estratégica, asociaciones, fundaciones, sindicatos -antiguamente llamados de clase-... El ejercicio del poder corrompe, como decía el viejo anarquista y la democracia exige, para su buen funcionamiento, de controles rigurosos, internos, externos e independientes, que hoy desgraciadamente no existen, ni en los partidos, ni en la sociedad, ni en la educación ni en ningún sitio, porque a los que más tienen que ganar en este río revuelto en que se ha convertido nuestro país, no les interesa. Es así de simple. Lo más curioso es que los organismos de control están creados pero no funcionan, o están controlados políticamente precisamente para que no lo hagan. Lo vemos en la Educación, (en la micropolítica -cuántos equipos directivos aprovechando la bonanza económica no se han comprado smartphones para "llevar a cabo su labor" con los dineros del centro, o cuántos de ellos no resistirían una mínima auditoría económica de sus cuentas-, y en la macropolítica -cuántos millones de euros no ha tirado la Consejería de Educación a la basura, y a otros sitios que suponemos menos explícitos, en todos estos años, o por qué ha descuidado la labor de supervisión y evaluación de los centros, precisamente con el mismo fin-), lo vemos en la Economía, en la Sanidad y en la Justicia.

No se puede extirpar a toda esta chusma sin exigir controlar a todas estas instituciones y organismos, así como exigir el sancionar a todos aquellos aprovechados, pequeños y grandes, que roban el dinero de todos, además de sus esperanzas y de sus ilusiones, abonando el campo para la llegada del populismo más destructor, que ya se estará preparando en la sombra por si tiene posibilidades de hacerse con el poder, como tristemente ha pasado antes tantas veces en nuestro país a lo largo de su historia reciente. Siempre habrá un "salvador" sin escrúpulos que se envuelva en una bandera para hacer su negocio y buscar nuestra ruina. Pero, ¿qué hacemos con un país podrido? ¿pueden todos estos miserables (guerreros, camps, fernández, vieras, bárcenas, mases, duranes y lleidas, torrijeros, urdangarines...) dejar de ser tapados por sus propios partidos u organizaciones como prueba de que no desean otra cosa que la honestidad y la transparencia, y ser entregados a la justicia? La Educación y todas las conquistas sociales que tan precariamente hemos conseguido durante tan poco tiempo a lo largo de los siglos XX y XXI se encuentran hoy en grave peligro, y no sólo por los recortes sino, peor, por la sinvergonzonería y la delincuencia organizada a nivel público. Es necesario un rearme moral severo de toda la ciudadanía, desde lo más pequeño a lo más grande, desde lo más local y cercano a lo más global y lejano. Si no hay ejemplaridad de actuación con estos comportamientos, no debe haber voto bajo ninguna excusa. No pueden excusarse de sus tropelías diciendo que el electorado se las perdona. Cada vez hay menos tiempo, cada vez hay menos esperanza. 

Pero siempre nos salvará Cai de la tristeza y de la impotencia. Esa es su grandeza. Ahí les dejamos con una de las mejores chirigotas que compiten este año en el Carnaval, "Las verdades del banquero". Mejor no se puede decir. ¡Viva Cádiz, cuna de la libertad de expresión! Que disfruten en estos tiempos aciagos.





1 comentario:

  1. Hablando de pudrimientos... ¿Han leído la convocatoria del (No)Sindicato de (No)Estudiantes para los días 5, 6 y 7 de febrero? Merece la pena leerlo y desmenuzarlo frase a frase porque no tiene desperdicio -lanzo a este blog o al profesor del "meteorito" dicha labor-. Es un compendio de mentiras, falacias, eslóganes trasnochados e incoherencias -históricas y discursivas-. Debería caer en selectividad para un comentario crítico... ¿Crítico he dicho? ¿Estando en España? Es que soy un iluso irredento...

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