martes, 19 de octubre de 2021

¿Qué fue de los 90.000 altas capacidades en Andalucía?

"Quisiera un techo breve que en verdad protegiera, como si ese techo fuera yo diciendo por poema que hay galaxias, ciertos nítidos cánticos de luz".

(La chimenea encendida. Ana Luísa Amaral. What´s in a name. Ed. Sexto Piso, 2020)


             INCOMPETENCIA DE RAZONAMIENTO MATEMÁTICO              

Hace ya diez años, la Consejería de Educación de Andalucía, se propuso buscar a los 90.000 estudiantes que, -según las necesidades electorales de entonces-, presentaban altas capacidades y, sin embargo, estaban escondidos detrás de sus pupitres sin que nadie lo supiera. Desde luego era más rentable electoralmente anunciar la búsqueda de andaluces con altas capacidades intelectuales (AACCII) que atender dignamente a los centenares de miles, ya diagnosticados, pero que presentaban dificultades y discapacidades de todo tipo -también intelectuales-. En fin, tampoco debemos ponernos quisquillosos. En Andalucía se atiende educativamente tan mal a unos como a otros. En este tipo de "políticas" igualitaristas la consejería de educación andaluza ha sido siempre muy ecuánime con la atención a la diversidad.

Ahora bien, en estos diez años no hemos sabido nunca cuántos estudiantes con AACCII realmente se encontraban ocultos y abandonados en el sistema educativo andaluz. No lo sabemos porque, como es habitual, la consejería no evalúa nunca la eficacia de ninguno de los "programas" que lanza ni, mucho menos, lo hace público. Es preferible no saber, que no sepamos: cuántos alumnos se beneficiaron del mismo, cuánto dinero se invirtió, cuántos profesionales se contrataron a tales efectos, cómo mejoró el sistema educativo, etc... Y es preferible no mirar atrás porque si no el alma se nos cae a los pies. Y es que los programas de la consejería sirven para lo que sirven: electoralismo chusco, propaganda parroquial y sumidero de recursos económicos. ¿Qué fue de aquellos programas TIC y DIG, Escuela 2.0, FORMA-JOVEN, Profundiza, Pruebas de Diagnóstico, Plan Bilingüe, y tantas otras ocurrencias? Sólo sabemos que la mayoría de ellos fueron desapareciendo, eso sí, tras una colosal sangría de dinero público ya irrecuperable. Los ordenadores se cambiaron por votos, como tantas otras cosas. Incluso de los programas que aún sobreviven, como el Plan Bilingüe, sólo se evaluó su funcionamiento el primer año y, vistos los malos resultados, se prefirió cerrar los ojos y las bocas y seguir adelante con un remedo de Plan que no satisface a nadie. La prueba del 9: las academias de idiomas florecen aún más después de tantos años de funcionamiento del susodicho Plan, una mala señal.

Pero ¿qué pasó después de pasar tantos cuestionarios, instrucciones, protocolos y pruebas para detectar al supuesto alumnado de AACCII? Pues nada, es un misterio oculto en algún cajón de Torretriana. Así que sólo nos queda observar la realidad de los centros, hablar con el profesorado afectado y seguir el itinerario de obstáculos que tiene que sufrir cualquier familia afectada. Curiosamente, algunas "empresas" interesadas en el tema aún consideran que restan por detectar más de 26.000 estudiantes con AACCII en Andalucía. En otras palabras, que sigue habiendo negocio, perdón, queremos decir, tarea. Desde luego, en estos diez años lo que se ha producido es un florecimiento de los "interesados" en sacar beneficios netos a costa de las preocupaciones de las familias afectadas, visto el desastre que supone la atención de este tipo de alumnado en el circuito ordinario de la educación pública y concertada. 

En primer lugar, se detecta muy mal: los cuestionarios son pésimos y el protocolo aún peor. Se levantan falsas expectativas y se cometen muchos errores. En segundo lugar, una vez detectados los alumnos/as no se sabe con ellos qué hacer: el profesorado no tiene recursos ni tiempo para atenderlos dentro de aula, y sacarlos fuera para darles apoyo no es prioritario dada la gran cantidad de alumnos con necesidades específicas que lo necesitan aún más y no lo reciben. En tercer lugar, faltan buenos profesionales de la orientación -incluso malos- y profesorado de apoyo bien formado en estas tareas. Consecuencia: las familias de alumnado con AACCII se ven impotentes para que los atiendan adecuadamente en el sistema educativo andaluz, quedándoles sólo la opción de PAGAR por una atención más individualizada fuera de la escuela gracias a la cantidad de empresas y profesionales privados que se les ofrecen. O bien desistir después de tanto screening y palabrería hueca. Conocemos historias de familias que incluso cambiaron de residencia para que sus hijos pudieran ser atendidos en los escasos centros públicos o concertados que tenían programas específicos para este alumnado y ni así consiguieron satisfacer sus necesidades.

Por tanto, y olvidándonos de la propaganda de la Consejería andaluza, después de estos diez años transcurridos: ¿se atiende educativamente bien al alumnado que ha sido detectado?, ¿ha mejorado su atención educativa? Pues desgraciadamente no. ¿Por qué? Pues, porque no se ha dotado a los centros de los recursos necesarios para hacerlo dignamente. Una práctica muy habitual de los políticos educativos andaluces. Se lanzan programas educativos sin disponer los recursos adecuados, ni humanos ni materiales. Un despropósito que se repite año tras año.

Para atender dignamente las necesidades educativas de este alumnado aún nos faltan en Andalucía muchas cosas después de diez años. Pero, lo que no nos faltan son políticos mendaces y trapaceros a los que les basta anunciar mentiras y embarcar las ilusiones de mucha gente en naves que van directas a la deriva y al naufragio. Al fin y al cabo, su horizonte es tan sólo de cuatro años o menos, así que, ¡qué más les da! El problema es que para implementar una educación de calidad -en cualquier aspecto- hacen falta mucho más de cuatro años para obtener resultados fiables y positivos. La realidad maneja otros tiempos que los meramente electorales. Pero lo que ha quedado demostrado, como ya dijimos hace diez años, es que el único lugar donde no se ha encontrado a nadie con AACCII es en Torretriana.

Aquí les dejamos con un fragmento del episodio de los Simpsons titulado "Bart es un genio", donde, tras hacer trampas en el cuestionario, Bart es "detectado" como un niño superdotado y llevado a una escuela específica para este tipo de alumnado. No tiene desperdicio. Diviértanse... si pueden.


                  

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