martes, 12 de julio de 2022

Desaprender

"Yo río por nada, con mi risa loca, y el besa mi risa besando mi boca..."

Ángela Figuera Aymerich. "Verano". Obras completas. Ed. Hiperión

 

                  INCOMPETENCIA DE APRENDER A APRENDER                 

Desaprender significa reconocer que todo lo que se ha hecho no ha dado el resultado esperado y que es momento de dejar todas las creencias aprendidas y los conocimientos pasados de moda para promover diferencias y cambios. Digámoslo de otro modo: la solución pasa por saber que lo que hay no tiene solución. De alguna manera, muchos podemos pensar algo así con lo que ha ocurrido en el sistema educativo de nuestro país: un sistema educativo corrompido desde sus principios a su organización (Lledó, E. Fidelidad a Grecia. Ed. Taurus, 2020) que sólo tendría una salida si, primero, saliéramos de él y, a continuación, montáramos otra cosa bien diferente, porque es un edificio que hace aguas por todas partes y sus cimientos son de barro.

Desaprender es abrir nuevas posibilidades para pensar cuando la realidad cierra toda opción de reflexión, es ir más allá de los callejones sin salida de las vigentes y tradicionales representaciones del mundo y del hombre (Hannah Arendt) para poder interpretar nuestro presente. El currículo escolar ha llegado a este punto crucial, a esta deadline. Es urgente reconocer su inutilidad, cancelarlo de una vez por todas, y reconstruir el discurso escolar desde nuevos parámetros: desaprender todo lo que hemos "aprendido" porque nada nos sirve, sólo nos confunde, nos ahoga y nos aboca al naufragio personal y social.

Desaprender significa abandonar las vetustas vestiduras cognitivas del currículo enciclopédico -más propias del s. XIX- y construir una educación para el s. XXI, una nueva forma de pensar la escuela. ¿Cuánto más tendremos que darnos contra el muro para darnos cuenta de que por este callejón no llegamos a ningún sitio deseable? Y hace falta una conjunción de fuerzas desde todos los ámbitos y sectores sociales para promover un verdadero cambio educativo. No lo hará en solitario el profesorado, no podemos esperar nada bueno de nuestros políticos y las familias necesitan tiempo, liderazgo e ideas claras para saber dónde ir. Ha de ser la sociedad civil al unísono la que impulse una "revolución" educativa que aglutine al país en un nuevo camino y en un nuevo contrato social. Ideas, experiencias, investigaciones..., las tenemos delante hace tiempo, sólo hemos de articularlas y darles forma para configurar una nueva manera de entender la educación y el sistema escolar. Cerrar finalmente las "cárceles y fábricas" del siglo XIX y XX y alumbrar los nuevos tiempos y espacios de nuestras instituciones educativas en los que aprender una nueva mirada, construir un nuevo futuro.

Desaprender no es fácil, es duro, es sentirse desnudo y frágil al desprendernos de las viejas telarañas cognitivas y afectivas que nos han sostenido hasta ahora. Pero desaprender es la antesala del renacer, de un renacimiento personal, ver y sentir el mundo con otros ojos. Y nadie mejor que María Zambrano para hacérnoslo comprender: Nacer sin pasado, sin nada previo a qué referise, y poder entonces verlo todo, sentirlo como deben sentir la aurora las hojas que reciben el rocío; abrir los ojos a la luz sonriendo... 

Hablando de desaprender, nada mejor que este vertiginoso monólogo de Goyo Jiménez sobre lo que nos queda por aprender de los americanos en cuestiones de sexo. Que lo disfruten.

 

                       

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