viernes, 16 de noviembre de 2012

¡Y dale que dale con las instrumentales!

INCOMPETENCIA CULTURAL Y ARTÍSTICA

Amo las cosas que nunca tuve
con las otras que ya no tengo...

Gabriela Mistral. Cosas. Tala


El anteproyecto de la nueva -otra más- Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa lanzado por el gobierno del PP, aunque aún no concreta horario de enseñanzas mínimas en las distintas etapas educativas, ya augura una inquietante tendencia en favor -otra vez- de las áreas y materias instrumentales en el currículo (Lenguas y Matemáticas). Sigue así -suponemos que sin proponérselo- la senda ya marcada por la anterior LOE (2006) de ZP y sus Reales Decretos de Enseñanzas Mínimas. Y, aquí en Andalucía, por la infame normativa curricular andaluza que incluso empeoró lo establecido por dichos Reales Decretos, respondiendo a la consigna simplista de "más instrumentales" (¡es la guerra!, que añadiría Marx, Groucho, verdadero adalid del actual pensamiento marxista residual que preside la política educativa en esta reserva espiritual de la izquierda meridional europea, que hoy constituye el bipartito PSé-IU andalú).

A pesar de que ambas leyes orgánicas -una actual y otra futura- apuestan solemnemente en sus preámbulos por la "calidad" educativa, en términos curriculares siguen confundiendo calidad por cantidad. Por cantidad de horas de más que quieren endosarle -otra vez- a la Lengua Castellana -y a la cooficial si la hay-, a las Matemáticas y a las Lenguas extranjeras, sobre todo en el tramo de la educación obligatoria. A este ritmo, ya más del 50% del currículo semanal en Ed. Primaria y ESO será ocupado por estas materias. El "tronco" común se convertirá así en secuoya instrumental, dejando al resto de áreas o materias como meras plañideras en el definitivo sepelio de la "calidad" educativa. 

Por más que se demuestre y se diga que el problema de los bajos índices de rendimiento en estas materias instrumentales, no tiene nada que ver con el número de horas semanales de que disponen -ya bien surtidas-, sino con la anticuada metodología que se aplica en ellas, el Ministerio de Educación y la Consejería de Educación andaluza, siguen empeñados en arrinconar a las materias científicas, sociales, económicas y tecnológicas a jugar un papel curricular secundario, y a las plásticas, musicales y físicas, a la irrelevancia absoluta. No se puede estar más equivocado con respecto a la calidad "curricular".

La calidad educativa depende sobre todo de una buena formación del profesorado y de los medios y recursos de que se dispongan para que éste pueda desarrollar una enseñanza adecuada. Y ni la una, ni los otros, son asignaturas que hasta ahora hayan sido mínimamente aprobadas por las distintas administraciones educativas que han gobernado nuestro país desde la Ley de Educación de 1970, a pesar de todas las "reformas" emprendidas hasta el momento. Más horas de gramática, de mecánicas operaciones matemáticas o de aprendizaje no comunicativo de las lenguas extranjeras, no mejorarán ni un ápice los ya pésimos indicadores obtenidos por el alumnado español, y sobre todo por el andaluz -los peores de España y Europa- en las pruebas internacionales. Y por el contrario, menos horas del resto de materias, lesionarán gravemente la posibilidad de articular una educación equilibrada de las distintas capacidades humanas: comunicativas, pero también científicas, sociales, expresivas o físicas. Un país, como el nuestro, que posee una enorme potencialidad creativa, científica, musical o deportiva, seguirá empantanado en un currículo mediocre y monocolor si el Sr. Wert no lo remedia cuanto antes. 

Les dejamos con un vídeo insólito de TED que aúna competencia artística, competencia digital y competencia social, y que va mucho más allá de las pobres visiones que desde el currículo se tiene de la educación artística como disciplina escolar.



Y un vídeo musical como regalo. La música como lenguaje universal que acerca las culturas y conmueve a las personas.




2 comentarios:

  1. Hay una distinción implícita entre asignaturas de primera y asignaturas de segunda o tercera categoría que, de alguna manera, también alcanza a sus profesores. Con lo que puede darse el caso de que algunos no se sientan lo suficientemente valorados, lo que les mueve a imitar o imponer determinados comportamientos que demuestren que sus materias requieren el mismo rigor y el mismo esfuerzo que las otras. Es decir, introducen exámenes y clases teóricas innecesarias, abruman a sus alumnos con deberes, son excesivamente estrictos en su corrección y otras prácticas sobradamente conocidas.

    Sin embargo, lejos de sentirse víctimas, todos ellos deberían sentirse agradecidos, porque son unos privilegiados, ya que tienen muchas más opciones de desarrollar una verdadera pedagogía, no condicionada por el utilitarismo y las expectativas de éxito. Tienen la posibilidad de llevar a cabo lo que podríamos llamar una pedagogía aventurera, asentada en el gozo de encaminar el aprendizaje allá donde nos lleve.

    http://www.otraspoliticas.com/educacion/el-privilegio-de-impartir-una-maria

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  2. Totalmente de acuerdo con el análisis de la realidad que presentas en tu comentario. Lo veo en mi instituto cada día. En vez de lanzarse a un planteamiento más creativo de su propia materia, se encierran en ser más papistas que el papa, y estúpidamente hace de la Ed. Plástica o de la Música una materia horrible y aburrida, para salir corriendo, en vez de planteársela como una ventana abierta al maravilloso mundo de las artes. Ciegos hay en todos lados, no sólo en la administración.

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