¡Otra vez con la religión!

INCOMPETENCIA DE COMUNICACIÓN LINGÜÍSTICA

La prueba más palpable del fracaso de la política educativa socialista -además de lo que nos muestran los indicadores nacionales e internacionales- es la búsqueda de tontos "enemigos" que permitan echar una cortina de humo para ocultar el desastre. Otra forma más de mentir. Esto es lo que se llama hacer una política de "trincheras", a la defensiva, que es a la que se recurre cuando no se tiene nada digno que ofrecer, o cuando el descrédito y la descomposición son tan altos que ya no hay remedio que los detenga. 

Estos días asistimos de nuevo al manido -y aparente- ataque a la "religión" en las escuelas por parte, precisamente, de aquéllos que la han perpetuado y alimentado en nuestro sistema educativo desde siempre. La desmemoria que afecta a estos frívolos -y frívolas- socialistas es de preocupar si no supiéramos que tan solo es fingida y calculada. El Sr. Alonso, con la que le está cayendo por todos sitios, anuncia que va a dejar reducido el horario de religión al mínimo establecido por el gobierno del Estado. Y lo anuncia como si de una "revolución" contra las sotanas se tratase. Y la montaña parió un ratón. Recordemos. Ni la LOGSE ni la LOE socialistas discutieron nunca la existencia de la religión en la escuelas e institutos. Y no solo eso. La Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, tanto con la LOGSE como con la LOE, se limitó en ambos casos a mantener el mínimo fijado por los gobiernos socialistas de Madrid en aquellos años; incluso con la LOE se aumentaron las horas de religión que aparecían en los primeros borradores en detrimento de otras materias curriculares. Para ello, compárense, en ambos casos, los horarios mínimos fijados en los Reales Decretos con los que definitivamente se aprobaron en Andalucía en los correspondientes decretos de enseñanzas, para colegir, a continuación, lo bien que entonces se llevaban los socialistas con la Conferencia Episcopal y el clero católico. Lo mismo ha sucedido con el frustrado debate de la enseñanza concertada desde la LODE socialista de 1985.

Y es que los socialistas jamás han planteado un debate serio sobre la inclusión de la religión en las escuelas, por el contrario, siempre lo impidieron. El mismo Rubalcaba que ahora se rasga la vestiduras contra los acuerdos con la Santa Sede, es el mismo, el mismito, que, cuando la LOGSE y cuando la LOE, defendió justo lo contrario: no tocarlos. Y los mismos socialistas andaluces que entonces -y ahora- sacaban varas presidenciales en las cofradías, se metían debajo de los pasos, se hacían la foto con la primera "levantá" y besaban el anillo del arzobispo de turno, son los que ahora -aparentemente- se visten con el raído disfraz del comecuras. Hasta a la actual consejera de fomento de IU, la "comunista" Elena Cortés, se la veía hace poco muy sonriente portando la vara en una cofradía de Córdoba. ¡Tiene coj...!

Así que, el Sr. Alonso, como es tan obediente y tan desmemoriado, lanza ahora sus "furibundos" ataques contra la religión en la escuela como si pretendiera matar a alguien a escupitajos. Eso es lo que pasa cuando no tienes nada interesante que hacer ni que decir, que te lías a decir tonterías. Lo peor, con todo, es entrarle al trapo a estos "listos" -como si fuésemos un noble morlaco persiguiendo una muleta-, en vez de denunciar sus poses y sus mentiras. En la actualidad, en Europa y en el resto del mundo, existen tantos países que contemplan la religión en las escuelas como aquéllos que no lo hacen. Merecería la pena, pues, abordar con mesura y raciocinio la cuestión en nuestro país; pero en esta Andalucía de pandereta, en la que estos políticos de salón han convertido a la Educación en un instrumento de mera confrontación, no habrá ocasión de hacerlo posible. Al menos, mientras estos impresentables sigan cómodamente sentados en Torretriana.

Ahí les dejamos, para empezar el mes, un bellísimo fragmento de la banda musical de la película "La Misión", dirigido por el propio Ennio Morricone. Que disfruten al menos con la belleza de esta composición, mientras nuestra "misión" siga siendo imposible.