jueves, 8 de septiembre de 2022

Si no puedes convencerlos, confúndelos: la nueva programación.

Marxismo puro

 

 

                  INCOMPETENCIA DE COMUNICACIÓN LINGÜÍSTICA                 

Esta parece ser la máxima política que dirige el gobierno del Sr. Sánchez. Un desastre de gobierno. Pero bueno, ¿qué se podía esperar de un personaje indocumentado, ambicioso, con escaso bagaje ético y nula experiencia de gestión ni de gobierno? Otro "laika" de la política. Pues eso, mentiras, bandazos, componendas, errores, fullerías, al servicio de su único objetivo: mantenerse como sea en el poder. Tiene, eso sí, sus principios, pero si no le valen en un momento dado, no se preocupen porque los cambia por otros. Lo hemos visto muchas veces ya. En eso no se puede negar que sea un verdadero marxista (de Groucho Marx, claro). Como decía este Marx, "la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos en cualquier parte, diagnosticarlos incorrectamente y aplicar los remedios equivocados". Para eso sí que sirve el Sr. Sánchez. Genial.

Pues esa es la descripción exacta de las políticas educativas que este país ha tratado de implantar en los últimos cuarenta años. La última, la LOMLOE. Una ley que dice "mejorar" la LOE (?). En estas fechas la mayoría del profesorado está preparando el comienzo del curso y anda liado -nunca mejor dicho- con las programaciones didácticas de sus clases. Para ello, "obligatoriamente" han de adoptar la nueva nomenclatura pergeñada ¡por los mismos que ya se inventaron la de la LOGSE en 1990! Virgen Santa. Treinta años después, el "eterno" César Coll -que dios confunda- y la "incombustible" Elena Martín -que debe estar muy aburrida- inventan nuevos "palabros" para darle a la programación un nuevo toque decorativo, un nuevo vocabulario para que parezca que la LOMLOE mejora en algo la calidad educativa, a sabiendas de que, realmente, servirá para lo mismo que ya les sirvió con la LOGSE: para nada.

Ya lo analizamos en anteriores entradas de este blog. Se trata de un nuevo engaño en la línea de "si no puedes convencerlos, confúndelos", una estrategia muy propia de la reformas políticas socialistas. Dicen algunos medios de comunicación que los docentes están "perdidos" con la nueva LOMLOE, error, están hartos. Es verdad que la implantación de esta nueva (?) ley educativa, y van ocho, está siendo más caótica y tiene fecha de caducidad. (Hasta la ministra que la impulsó salió por peteneras para vestirse de mantilla y arrodillarse ante el Papa, lo que, por cierto, se reveló como el verdadero objetivo de su carrera política). La Sra. Celaá le dejó el marrón a otra -la Sra. Alegría- y el futuro próximo no parece que vaya a concederle mucha vida a su LOMLOE. Como las anteriores, tiene toda la pinta de que será derogada próximamente en esta sala.

Ante esta tesitura, ¿cómo creen que debe tomarse el profesorado la obligada adaptación de sus programaciones a la LOMLOE? Pues, verán: con una mezcla de hartazgo, chufla, enfado y pasotismo. No es para menos. Perfil de Salida, descriptores operativos, competencias y subcompetencias y subsubcompetencias... No se puede ser más tonto para seguir inventando estupideces a sabiendas de que no mejorarán un ápice la calidad educativa ni la realidad de las aulas. ¿Qué se puede hacer ante esto? Veamos:

a) Tomárselo en serio y ponerse a "estudiar" las nuevas "sábanas" de objetivos, perfiles, descriptores, competencias..., para ver cómo hacer la nueva programación: lo que sería algo así como... perder el tiempo y las ganas de vivir. 

b) Copiar la programación de alguien o de alguna editorial y seguir haciendo lo mismo que se venía haciendo en clase: quizás la opción más "económica" en tiempo y esfuerzo. ¡Total, para lo que va a durar!

c) Pasar de la LOMLOE, seguir con la programación que se tenía y afrontar el futuro con optimismo frente a las discusiones que habrá que mantener con directores e inspectores latosos con el cumplimiento de las normas: esta opción mejora la autoestima profesional y la descarga de adrenalina, sin duda, pero no es apta para inseguros o pusilánimes.

También se puede adoptar una versión mezcla de la segunda y tercera, esto es, copiar la programación pero seguir tocando lo que no suena -con perdón- siempre que se pueda a quien corresponda. En fin, lo último es creerse que con esta "nueva" programación vamos a algún sitio interesante. Que no nos confundan, tenemos que saber que la LOMLOE sigue siendo una estafa, otra, que los problemas seguirán sin resolverse y que el día 12 o el 15 de septiembre volveremos a tener grupos de alumnos delante a los que tenemos que EDUCAR. 

Todo lo demás es pura filfa. Sr. Coll, Sra. Martín y Sra. Alegría. ¡Que dios les confunda! A nosotros no. Para variar, les dejamos con una charla TED a cargo de Oscar Ghillione sobre los profesores/as que dejan marca. ¿Qué xxxxxxx tiene que ver la programación de la LOMLOE con EDUCAR bien? Pues eso, NADA.

 

1 comentario:

  1. Desde luego, esto es un cachondeo. Cambiar programaciones cada dos o tres años para nada. Nadie se las lee, ni las utiliza para su práctica de aula, sólo es un trámite burocrático sin sentido y cada vez más farragoso. Es un gran fraude y caemos como idiotas creyéndonos que esto vale para algo.

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