viernes, 16 de septiembre de 2011

La necesidad de un pensamiento autónomo, informado y crítico.


INCOMPETENCIA DE AUTONOMÍA E INICIATIVA PERSONAL

En un país como el nuestro, en una Andalucía como la actual, donde el pensamiento o la opinión expresada suelen ser de carácter sectario o partidista, incapaz la mayoría de mantener esa capacidad de crítica y pensamiento autónomo que predica la competencia de autonomía e iniciativa personal -que hoy traemos como incompetencia básica de nuestros políticos y buena parte de esa ciudadanía acomodada en atender sólo a las consignas del grupo tribal de pertenencia-; en este país de nuestras culpas, en el que durante años se ha desmovilizado a la sociedad civil en detrimento de los organismos oficiales de "pensamiento" y acción, como suelen ser la mayoría de los partidos y sindicatos que padecemos, ambos dominados más por estrategias de conveniencia para el mantenimiento de sus asientos que del bien público, resulta poco entendible -para una buena parte de la población pensante- que puedan criticarse con la misma oportunidad y sorna, políticas educativas de uno u otro signo sin atender a banderías o deudas sentimentales históricas. Decimos esto porque cuando se critican iniciativas educativas, o de cualquier otro tipo, casi nunca se debate realmente lo que se expone, sino quién o con qué intenciones ocultas se critica, entreteniéndonos más en discutir tontamente si son galgos o son podencos mientras la realidad educativa permanece tozudamente en la indigencia.

Viene todo esto a cuento porque, ahora que se barruntan peligros ciertos que se ciernen sobre la Educación de este país desde las anticuadas posiciones neoliberales y tecnócratas, muy oportunas ahora -irónicamente hablando- para capear tiempos de crisis, unos y otros tenderán a salvarse como siempre echando las culpas a los demás, empezando -ya lo están haciendo- por el propio profesorado -vago, insolidario e incompetente- y terminando -cuando pasen las elecciones- por las familias -irresponsables e incapaces- y sus hijos -maleducados e indolentes-. Pero, lamentablemente, jamás se les ocurrirá a los políticos eso tan recomendado en el aprendizaje como son la reflexión y la autocrítica sobre sus numerosos y crasos errores, delirios y caprichos. Conviene, ahora más que nunca, cultivar la capacidad de pensar por uno mismo apoyándose no en el carnet, la filiación o el sentimentalismo barato, sino en la realidad, los hechos y el pensamiento argumentado y debatido.

Y como muestra un botón: la imperiosa necesidad, en estos momentos, de la Consejería de Educación de Andalucía de buscar alumnos de altas capacidades. Por lo visto, su complejo protocolo de detección exige que se presente la semana que viene el susodicho programa en las Delegaciones Provinciales ante todos los profesionales de la orientación, y que no baste leerlo cada uno en su lugar de trabajo, lo que evitaría dietas y ausencias innecesarias a los centros pero, también, la consabida foto mediática del evento. Si ha existido durante estos treinta años en Andalucía una política -por llamarle algo- errática y falta de recursos, ha sido la relacionada con la atención al alumnado de estas características. En ese sentido, las sucesivas presentaciones ante la prensa de este rimbombante programa han sido motivo de alguna entrada en este blog. Ahora, paradójicamente, lo que no han hecho en los treinta años anteriores, cuando sobraba el dinero, piensan acometerlo en estos tiempos de penuria donde se inaguran institutos instalados en caracolas que eran de Educación Infantil -pasen y vean si no el nuevo IES de Sevilla-Este- gastándose 4 MILLONES de euros en detectar a supuestamente 90.000 alumnos de altas capacidades. La pregunta del millón es: una vez detectados, ¿qué recursos se van a destinar a los centros para su debida atención?

Con la escasez de profesorado de apoyo que existe en todas las etapas, orientadores que cuando enferman no se les sustituye, profesorado desbordado en las aulas y mal formado en estos temas, etc., lo mejor que les podría pasar a estos alumnos es que pasaran desapercibidos en vez de crearles las expectativas, a ellos y a sus familias, de una atención que, o no llegará o será siempre deficiente. 

¿Qué tiene que ver todo esto con el PP en Andalucía? NADA. Cuando llegue el PP, si llega, ya veremos qué ocurre con los nuevos recortes, porque aquí ya estamos acostumbrados a vivir con lo puesto desde hace años. Mientras tanto, que cada palo aguante su vela y que no nos entretengan soplando pompas de jabón tan caras. Como parece cada vez más evidente, el problema no es tan solo la escasa inversión realizada, sino la errónea selección de prioridades y una pésima gestión presupuestaria del sistema educativo andaluz.

Y como parece que en estos tiempos tan oscuros nos jugamos el futuro a cada paso, en cada gesto y a cada hora, vamos a sonreir un rato con este "regreso al futuro".



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