sábado, 3 de septiembre de 2011

¡Es la Educación, estúpidos!

INCOMPETENCIA DE APRENDER A APRENDER


No aprendemos. En la entrada del 20 de mayo pasado ya adelantábamos aquí lo que se avecinaba en relación a los recortes en educación y la intensificación del puesto laboral docente. Lamentablemente, "ya están aquíííí... El tsunami neoliberal que no sólo abandera naturalmente el PP sino el propio PSOE, en un giro inverosímil de la delirante política zapateril, unido a la sinvergonzonería y la frivolidad de unos y de otros en el manejo de cuantiosos fondos públicos cuando parecía que en España y Andalucía se ataban los perros con longaniza, sirven ahora de excusa perfecta para que sean los más débiles -y las políticas sociales- los que acaben pagando los platos rotos: las tramas ocultas, las venenosas setas sevillanas, los aeropuertos sin aviones, los bancos intervenidos, los ERES de fantasmas o la abundancia del trincón multicolor -una especie de pájaro que arrampla con lo ajeno por toda España-, por no extendernos demasiado en los más sonados -y caros- ejemplos .

Los primeros, la legión creciente de desempleados y  colectivos en situación de indefensión social y económica que no sólo pierden sus empleos, sino también sus casas, su derecho a una vida digna y sus esperanzas. A continuación los funcionarios -médicos, cuerpos de seguridad del estado, administrativos, docentes...-, fáciles paganos en tiempos de crisis pero olímpicamente ignorados durante años cuando aquí el más tonto se lo llevaba calentito en menos que un ayuntamiento recalificaba un terreno. Nadie se acordó entonces de mejorar su situación laboral y su reconocimiento profesional, pero se convierten ahora en acomodaticias cabezas de turco cuando el desastre ya es irremediable.

Y entre ellos, por lo que a nosotros afecta, el profesorado de la Educación Pública, al que no sólo se le ha bajado por primera vez en la historia de este país sus remuneraciones de manera sensible -muchas gracias PSOE- sino al que se le da otra vuelta de tuerca intensificando su puesto laboral en algunas CCAA como la de Madrid o Castilla-La Mancha, donde Esperanza Aguirre ya podía haberse ahorrado unas declaraciones impropias del cargo que ostenta por inciertas, populistas y algo chulescas, como no ha hecho Dolores de Cospedal que se ha limitado a copiar y pegar la que, por lo visto, va a ser la imaginativa política del PP en materia educativa: recortar la Educación Pública.

Está bien que pidan aún más esfuerzo a los docentes para que, ya ganando menos, conviertan en lectivas y presenciales con los alumnos otras dos de sus 37 HORAS Y MEDIA SEMANALES de trabajo -no 20 como dice Aguirre-, restándolas evidentemente de las dedicadas a otras tareas también importantes de acción tutorial, elaboración de materiales, reuniones de trabajo, entrevistas con las familias, corrección de pruebas o preparación de clases, entre otras muchas que desarrolla el profesorado. Ya dijimos en mayo que ¡cómo el profesorado iba a negarse a arrimar el hombro en una situación de emergencia nacional! Y no sólo con dos horas sino con las que hicieran falta. Eso sí, siempre que al volver la vista se comprobase que otros sectores sociales también lo estaban arrimando, empezando por la clase política española -tan poco dada a ejemplarizar- y, acto seguido, por los que se enriquecieron en su momento a costa de quedarse con el personal y por los que todavía siguen obteniendo ingentes beneficios que, en estos tiempos de crisis, pueden ser tan legítimos como inmorales.

Si esto no es un recorte en materia de Educación que afectará gravemente a la calidad de la Educación que dicen salvaguardar, que se lo digan a los miles de profesores/as que ahora mismo sobran haciendo unas cuentas tan simples como las siguientes. Como los cupos de profesores por centro se realizan contabilizando tan sólo las horas lectivas presenciales con alumnos, sumar dos horas lectivas más a cada profesor supone que en un sólo instituto de 90 profesores se prescindirá de 180 horas ahora impartidas por 10 profesores. Así que su plantilla bajará, para el mismo número de alumnos, de 90 a 80 docentes. Ahora multipliquen por 10 el número de institutos de la Comunidad de Madrid o de Castilla-La Mancha y asómbrense de los miles de docentes que sobran. ¿Qué puñetas de cuentas les quieren hacer a la ciudadanía para, a la vez que le aseguran que no van a hacer recortes en materia de Educación o Sanidad, suprimen de un plumazo miles de puestos laborales en la Educación Pública?

Por otra parte, aumentar la carga laboral más estresante de un docente, como es la impartición de clases, y más en las actuales circunstancias de los institutos, aunque sea una medida legal contemplada en la LOE del PSOE, no tiene por qué llevar aparejada la reducción de profesorado sino la mejora de todas aquellas tareas que ahora por falta de personal no se pueden atender adecuadamente: configuración de grupos flexibles, atención a los más necesitados, grupos de apoyo, atención a familias y alumnos concretos, etc. Lo que, desde luego, no es de recibo es que se responda al profesorado  con la mentira y la manipulación que se está realizando en algunos medios de comunicación de sus justas protestas. Es simplemente vergonzoso.

¡Es la Educación, estúpidos! Y aquí incluimos tanto a los unos como a los otros, capaces de ponerse de acuerdo de manera inmediata y con nocturnidad para modificar toda una Constitución, humillados ante los mercados, pero incapaces de firmar un pacto por la Educación con todos los agentes sociales en 30 años de estúpidos vaivenes legislativos. A la Educación la siguen jodiendo -con perdón- por todos los frentes y, como sigamos así, tarde o temprano lo pagaremos todos muy caro.

Ahí les dejamos con algunas ideas verdaderamente imaginativas para ahorrar en Educación. Lo triste es que a algún político no le parezcan un chiste.




 

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