INCOMPETENCIA DE APRENDER A APRENDER
Y después de esa andanza sin el hombre,
si sus partes regresan,
el hombre empezará de nuevo al hombre.
Roberto Juarroz. Cuarta Poesía Vertical
En Andalucia, como en España, sobran políticos y falta sociedad civil. Esperamos demasiado, como una estúpida obsesión, del poder establecido, ya sea, local, regional o nacional, con la vana ilusión de que resuelva los grandes problemas educativos sin asumir que éstos sólo se resolverán si cuentan con la participación y el compromiso de la ciudadanía y del profesorado vertebrados en múltiples asociaciones, foros o agrupaciones. Pero si esa participación sólo se articula alrededor de los partidos políticos y sindicatos de clase, convertidos hoy en herencia obsoleta e inoperante del importante papel -o papelón- que supusieron en la transición democrática, hablamos entonces de la que corresponde a súbditos que no a la de ciudadanos libres y responsables.
Desgraciadamente, esos partidos tan esperanzadores en aquellos momentos, tan frustrantes después, han sido los primeros en desarticular durante todos estos años cualquier iniciativa civil de participación ciudadana que no estuviera controlada o sometida a los tiempos y a las conveniencias del poder. Y he aquí el lodazal -educativo, político y económico- en que nos encontramos hoy. Mientras la ciudadanía no asuma la conciencia del papel activo -que no subsidiario- que debería ejercer en la vida política y cotidiana de este país, no cada cuatro años, no lograremos trazar un camino esperanzador. Y los instrumentos que deberían presidir ese tránsito no son otros que la crítica, el compromiso y la responsabilidad ejercidas en cuantas asociaciones, grupos, colectivos, foros o redes lo hagan posible.
Visto que los partidos y sindicatos, gracias al sistema de la "selección negativa", se dotan de los peores, de los más incompetentes para dirigirlos, no deberíamos esperar de ellos sino la constatación -más pronta o más tardía- de su incompetencia. Como organizaciones "estúpidas", fracasadas, que son -a pesar de que cuenten con gente brillante entre sus filas que suelen aguantar poco en ellas- salen muy caras a la ciudadanía, y cuando se unen varias para intervenir en la realidad lo que sobreviene es la ruina: la ruina económica, moral y educativa. Sólo así se explica marrón que han dejado personajes como el patético Zapatero, incluso en su propio partido, obligado ahora a elegir estúpidamente entre unos herederos -Rubalcaba o Chacón- afectados por la endogamia y el fracaso de una organización incompetente, no sólo para gobernar un país, sino también a sí mismos.
Ahora nos enfrentamos a una nueva reforma educativa que nadie sabe qué nos traerá salvo las buenas palabras y las fotos. Pero para que una reforma funcione -hay mucha literatura empírica a disposición de sus señorias- su sentido ha ser de arriba-abajo y no al revés como suele afrontarlas el poder político. Sólo con el fortalecimiento de las comunidades escolares en un movimiento participativo donde se las escuche y se les ofrezca la financiación, la autonomía y el compromiso necesarios, podremos enfrentar un escenario educativo ilusionante. Si no es así, y tiene toda la pinta de que no será así, volveremos a tener delante el enésimo mojón -con perdón- educativo convertido en ley orgánica, y ya irían más de seis, hemos perdido la cuenta. Algunos docentes en ejercicio batirán así un record histórico de leyes orgánicas y sistemas educativos variopintos que han tratado de regular su labor en estos últimos treinta años, sin que ninguno de ellos haya resuelto un sólo problema de los que tienen. ¡Eso sí que es habilidad!
Para pulsar cómo están los ánimos en estos tiempos aciagos no hay nada como el Carnaval de Cádiz. Ahí les dejamos con el que sin duda será uno de los "pelotazos" de este año, el Coro del Pastrana y el Tron, "El Amanecer", los "gallos de la libertad". ¡No se pierdan además la letra del primer tanguillo y el popurrí final, insuperables! ¡Viva la Pepa!
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