¡Algo habrá que hacer!

INCOMPETENCIA DE APRENDER A APRENDER 

Sería conveniente reducir las incitaciones

y reemprender los viajes. Es ardua la vida del marino

y cuando se consuma, prodigiosa.

Francisco Blesa. Libro Tercero. Mar Imperator Mundi. 

Llueve sobre mojado. Por segunda vez ningunean gravemente a todos los funcionarios -a los que, por cierto, nadie les había regalado su acceso a la función pública tras años de preparación-. Y sobre los funcionarios docentes llueve sobre mojado, porque la administración educativa se ha encargado desde hace años de desprestigiarlos y abandonarlos a su suerte, inmersos en un sistema educativo fracasado y cuyos responsables siguen ejerciendo de bomberos-pirómanos en vez de haberse ido a su casa avergonzados, cuando menos. 

Ante esta falta de vergüenza, que aquí en Andalucía incluso ha refrendado esa izquierda hundida que se dedicó, previamente a su entrada en el gobierno, a gritar con descaro que quienes debían pagar la crisis eran los que la habían generado y que después le entró la amnesia típica del poder, decíamos que, ante esta desvergüenza y viendo que a los mal llamados sindicatos de clase sólo se les ocurre convocar inútiles huelgas mediáticas que sólo perjudican a los docentes que se prestan a este bobo y falso ejercicio de defensa de los trabajadores públicos, ¡ALGO HABRÁ QUE HACER!

¿O es que creen que el ataque a los servicios públicos y a sus funcionarios en materia de educación, sanidad, justicia o seguridad no le va a pasar factura a toda la ciudadanía? Al final, estos ataques afectarán al grueso de la población que se nutre de sus servicios y que ahora verán cómo muchos de ellos desaparecen tras la desmotivación y el cabreo mayúsculo y la desesperanza de docentes, médicos, enfermeros, jueces, secretarios, administrativos, policías y guardias civiles. En la bonanza económica nadie se acordó de ellos ni de los servicios públicos, cuando cualquier listo se lo llevaba calentito y se mofaba de los que se dedicaban al servicio público después de años de preparación y oposiciones. Ahora vuelven sus iras no contra quienes les llevaron a la ruina de un paraíso que nunca existió, sino contra los únicos que les pueden garantizar -todavía hoy- una educación digna, una medicina eficaz y humana, una justicia pronta y una seguridad imprescindible. ¡Qué estupidez!

Y mientras, nadie desfila hacia el juzgado ni camino de las cárceles. Como si estafar y empobrecer a tantos millones de personas no fuera un delito perseguible por eso que se llama el "estado de derecho". Mientras no veamos ejemplaridad y honestidad en nuestros políticos será difícil creerse toda esta pantomima del miedo con el único fin de recortar derechos y envilecer a la mayoría de la población. ¡ALGO HABRÁ QUE HACER!

Quizás cantar no sea lo más útil en estos casos pero relaja un montón después de la mierda diaria que nos tragamos con telediarios, radios y periódicos del día, así que ahí va eso...



 Y para después pensar, aquí les dejamos con el catedrático de Economía Juan Torres: