domingo, 8 de septiembre de 2013

Calidad educativa y mala formación del profesorado.


INCOMPETENCIA SOCIAL Y POLÍTICA

Siempre se ha culpado a la LOGSE (1990) socialista del fracaso actual del sistema educativo español. Una culpa compartida con el resto de leyes posteriores, también socialistas,  que trataron de parchearla sin éxito, LOPEGCE y LOE sobre todo. Tienen parte de razón, como no, pero casi siempre se ha errado el tiro. Que si los contenidos, que si la promoción automática, que si la falta de financiación, que si la ESO o aquello. El grave problema que no supo, o más bien no quiso, afrontar la LOGSE -Rubalcaba se acordará, porque ya estaba intrigando entonces en el MEC-, ni las posteriores leyes,  fue el de la formación inicial y permanente del profesorado. Y sobre eso, se ha escrito muy poco. Probablemente, las críticas que se dirigen al sistema universitario español, aunque sean indirectas, topan siempre con un muro de defensa difícil de superar. ¡Hasta ahí podíamos llegar!

Pero es evidente, por más que unos y otros quieran esconderlo o esconderse, que no existirá jamás un sistema educativo de calidad si no se cuenta con una formación inicial y permanente del profesorado exigente, prestigiosa y de calidad, como ocurre en otros países europeos que sí se toman en serio la Educación -y no sólo en los preámbulos de las normativas, como en Andalucía.

No es nuestro caso, ni el de España ni el de Andalucía, desde luego. Arrastramos una deficiente formación inicial desde las antiguas Escuelas Normales de Magisterio, hasta las actuales facultades de Educación. Y es evidente que la culpa radica en la universidad pública española y andaluza, incapaz de exigir unos mínimos de profesionalidad tanto al profesorado que suele impartir estas titulaciones de grado o postgrado, como de exigencia a los aprendizajes de su alumnado. ¿Qué se puede decir de una universidad en la que la mayor parte del profesorado que forma a los futuros maestros jamás ha sido maestro ni ha estado al frente de una clase de niños pequeños, ni les ha enseñado a leer o a escribir, por ejemplo? ¿Se imaginan que en las facultades de Medicina se permitiera que impartieran clase profesores que no fueran médicos, que jamás hubieran practicado la Medicina o que no fueran profesionales prestigiosos en sus áreas de conocimiento? 

Pues eso es lo que ocurre en la formación inicial de nuestro profesorado. Está en manos de iletrados e inexpertos, debido a la poca consideración que siempre han tenido estas titulaciones docentes en el sistema universitario y en el sistema social, capaz de poner la educación de un hijo en manos de cualquiera, pero no de ir a cualquier médico para consultar una dolencia. La responsabilidad última, no obstante, es del poder político y legislativo, que tiene en sus manos el instrumento para obligar a las universidades a modificar plantillas, programas y prácticas, con el fin de promover una formación de calidad. Mientras este poder político deje a su antojo el ejercicio irresponsable y endogámico de la "autonomía universitaria", será imposible disponer algún día de un sistema educativo de calidad, por muchas leyes que se promulguen, y ya van unas cuantas. Pero, ¡ay! ¿quién le pone el cascabel al gato?

Les dejamos con la fadista Ana Moura y su canción "O que foi que aconteceu". Esperamos que les guste.



No hay comentarios:

Publicar un comentario