INCOMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA
Han pasado 40 años y nuestros políticos han sido incapaces de mejorar los programas educativos. Pero también han sido incapaces de abordar una reforma de los entornos escolares con el fin de facilitar un nuevo modo de entender la Educación en el s.XXI. Aunque, claro, ambos conceptos -Medio y Programa- van de la mano e interactúan en el sistema escolar (Gump/Ross, 1985). Así que seguimos "disfrutando" de edificios carcelarios, de edificios industriales, donde nuestro alumnado -y nosotros mismos- parece un colectivo de presos condenado que, a golpe de sirenas, da paseos controlados por los patios, deambula vigilado por los pasillos y se recluye en las celdas-aulas donde los organizamos por edades y niveles. Estamos tan acostumbrados a este paisaje tenebroso -tipo Metrópoli- que ya somos incapaces de ver lo anacrónico e inadecuado que resulta si lo que queremos construir es una alternativa a la educación "industrial" del s.XIX. Como dice el aforismo "un pez solo se da cuenta del agua cuando lo sacan de la pecera".
Es evidente que el "medio" -arquitectura, mobiliario, organización de espacios, tiempos, materiales...- debe ajustarse al "programa" -currículo- y viceversa, y que si uno no cambia no promueve cambios significativos en el otro porque se comportan como un sistema. Al contrario, la persistencia de programas enciclopédicos y centralizados perpetúa arquitecturas carcelarias y fabriles, mejor o peor decoradas, eso da igual. En los años 80, se revitalizó el debate sobre construcciones escolares alternativas y tuvimos la experiencia de ver cómo pequeñas modificaciones espaciales introducidas en los centros -como la posibilidad de unir varias aulas que estaban separadas por correderas de quita y pon- acabaron convirtiéndose en paredes de ladrillos, supuestamente más "aislantes del ruido". Incluso aún observamos como las puertas de aulas con ventanas de cristal son tapadas para salvaguardar la "intimidad" de lo que se hace allí dentro (?). El inevitable "ajuste" que se produce entre Medio y Programa es la razón que ha hecho posible que innovaciones espaciales como la existencia de "rincones" o "talleres" dentro de las aulas, o las salas de usos múltiples en los centros, hayan sido muchas de ellas efímeras siendo, finalmente, abandonadas por muchos docentes. Por su parte, las salas de usos múltiples, en muchos casos, se han reconvertido en aulas, bien debido a la masificación de los centros, bien porque no se sabía qué hacer con ellas, salvo las típicas actividades de fin de curso o "semanas culturales".
Hacen falta propuestas innovadoras en el currículo, pero también deben modificarse significativamente los entornos escolares. Finlandia es un ejemplo de país lider en materia educativa pero sigue innovando en los entornos escolares. Un debate que prácticamente se abandonó en la red pública cuando la aprobación de la LOGSE (1990), y solo se ha mantenido en algunas iniciativas privadas aisladas. Pero, unas propuestas sin las otras están condenadas a fracasar. No se puede cambiar la escuela solo desde el currículo, ni solo desde la mejora de los entornos. La tarea ha de ser emprendida en ambos campos con el fin de que se produzca un nuevo ajuste. Esto sí que sería una verdadera REFORMA educativa, un buen plan de modernización cara al s. XXI, y no las sandeces que se nos imponen en cada ley educativa. Como decíamos en entradas anteriores, estos días oiremos mucho hablar y discutir sobre "aprendizajes básicos y deseables", como antes nos bombardearon con "competencias básicas", "estándares de aprendizaje", "áreas transversales", "conceptos, procedimientos y actitudes" o "constructivismo". Da igual, nuestros políticos son maestros en volver de sitios a los que nunca han ido, y se quedan tan panchos. Solo tratan de vender humo, ganar tiempo hasta las próximas elecciones y mantenernos entretenidos y cabreados a partes iguales. Pero, al menos, ya sabemos distinguir cuando una reforma educativa va en serio o es solo un paripé. Si después de ocho leyes educativas en cuarenta años no sabemos distinguirlo entonces sí que tenemos un problema.
Les dejamos con una pincelada de humor. Ahí va una "brillante" propuesta de "aprendizajes básicos" realizada por José Mota, eso sí, recordando que llevamos más de 15 años con recortes presupuestarios en Educación. Pero, por lo visto, estos recortes "no han influido nada, nada, en los índices de fracaso y abandono escolar" que sufrimos. Seguimos con las reformas "baratas" y así nos va.
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