jueves, 27 de mayo de 2021

Aprender de los errores: después de la pandemia, ¿qué?


INCOMPETENCIA DE RAZONAMIENTO MATEMÁTICO, SOCIAL Y CIUDADANA 

 

Algunos nos tildarán de pesimistas, pero les aseguramos que el tono de este blog es -y seguirá siendo- optimista pero, eso sí, optimista con datos. Decimos esto porque tenemos la certeza, visto lo visto en este país, que cuando superemos esta cruel pandemia no habremos aprendido absolutamente nada. Será algo parecido a aquellos "felices años veinte" del siglo pasado, una vez acabada la Gran Guerra (1914-17), que, desgraciadamente, fueron la antesala de la II Guerra Mundial. Nuestros antepasados europeos no aprendieron nada del desastre colosal -millones de muertos y países arruinados- que supuso la guerra de 1914 y fueron capaces de enfrascarse en una nueva guerra aún mayor, más extendida y más letal. Dos grandes guerras que refundaron nuestro mundo y son la base de nuestro precario presente, querámoslo o no.

Esta pandemia del covid-19 también nos está dejando una abultada "factura" -más de 100.000 compatriotas fallecidos, la mayoría personas mayores, y una dura crisis económica cuyos peores efectos aún están por venir. ¿Seremos capaces de aprender algo de esta tragedia? Nos tememos que no. Ya empezamos a ver indicios. Y no nos referimos a las botellonas, comuniones, bodas, banquetes y saraos que surgen sin control en toda la geografía nacional. Nos referimos a las decisiones políticas y económicas que empiezan a "recuperar" la vieja normalidad en su peor versión. Valencia ya ha comunicado -por wasap, como los amantes cobardes- el despido de 3.000 sanitarios. Así pasan -con un simple "toque" de móvil- de aplaudirles a ponerlos de patitas en la calle. Tras Valencia suponemos que bastantes CCAA seguirán su estela para "equilibrar" presupuestos. En lo que respecta a Educación, ya se ha contabilizado que unos 40.000 docentes serán despedidos para el inicio del curso que viene tras el aumento de las ratios pactadas entre el Ministerio y las CCAA.

Llevamos décadas -en España y Andalucía- sufriendo un claro déficit de recursos sanitarios y educativos, pero aún no hemos escuchado a ninguna administración -de cualquier credo- que se comprometa a mantener el empleo de estos profesionales de "refuerzo" y que podrían permanecer en el sistema sanitario y en el educativo sin perjuicio de los procesos selectivos correspondientes. ¿No hace falta de manera urgente una mejora de la atención primaria y de la red hospitalaria? ¿No hace falta de manera urgente una mejora de la atención educativa, rebaja de ratios, educación personalizada y oferta diversificada en nuestros centros escolares? Pues claro que sí. ¡Ya es hora y vamos tarde! ¿O preferimos volver a sufrir las carencias, tanto sanitarias como educativas, que ha puesto en evidencia esta pandemia?

La sociedad civil española, primera víctima de todo este desastre sanitario, político, económico y social, debería oponerse a la falta de un claro compromiso político que nos retrotraiga a la "vieja" normalidad de los recortes y a la falta de recursos humanos en Sanidad y Educación. Debe oponerse a que nuestros profesionales tengan que seguir emigrando a otros países donde sí se les reconoce su formación y se dignifica su profesión. Si hemos aprendido algo en esta pandemia es, precisamente, lo importante que es disfrutar de un buen sistema sanitario y de un buen sistema educativo ante cualquier contingencia pero, también, para mejorar la vida cotidiana de las personas. ¿Se nos olvidará todo este sufrimiento tan fácilmente como volver a las fiestas, a los campos de fútbol o a viajar? Mucho nos tememos que sí.

Para finalizar, no queremos olvidar otra gran olvidada: la cultura en sentido amplio. Todos reconocemos que si algo nos ha mantenido "vivos", mentalmente activos y resilientes ante la adversidad, en todos estos meses de confinamiento y recorte de derechos civiles, ha sido la literatura, la pintura, el cine, la música, el deporte. Curiosamente, las áreas y materias menos apreciadas "curricularmente" en nuestro desfasado modo de educar a los jóvenes. ¿No les resulta chocante que sea, al fin y al cabo, la Cultura la que nos salve en situaciones dramáticas como las que hemos vivido y le correspondamos con el "ninguneo" curricular en la Educación de nuestros jóvenes?

En fin, como estos políticos no aprenden, lo mejor es separarlos de su querido "escaño". Pero, no crean, eso supone una ardua tarea como nos cuenta este vídeo de José Mota. Aunque quizás la mejor herramienta para hacerlo sea un vendaval de votos que los mande a sus casas. 


 

 

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