viernes, 24 de septiembre de 2021

Un rayo de esperanza en Soria


"La pringue ideológica, los grumos de fanatismo e irracionalidad que ocupan los cerebros de bastantes adalides de la enseñanza que tienen, además, el poder en determinadas instituciones (...) es una rémora fatal en nuestro poco agraciado mundo educativo". (Fidelidad a Grecia. E. Lledó. pág. 118. Ed. Taurus, 2020)


   INCOMPETENCIA DE AUTONOMÍA E INICIATIVA

Fuentelfresno es un pueblecito de Soria que hasta hace pocos años solo contaba con dos habitantes. Hoy tiene 50, 22 de ellos niños. El milagro de que no se haya convertido en un pueblo fantasma más de la España Vaciada lo ha provocado, precisamente, un nuevo modo de ver la educación de los más jóvenes. Podemos decir que ha sido la Educación quien lo ha rescatado, lo ha regenerado. Y no cualquier tipo de educación, sino un modelo bien diferente al dominante en nuestras ciudades y pueblos: un pequeño colegio público "finlandés" a veinte kilómetros de Soria. Un milagro.

Su alcaldesa es una ingeniera mallorquina que se trasladó al pueblo para que su hijo pudiera asistir a la escuela, como otras tantas familias que se han ido a vivir al pueblo e incluso han comprado terrenos para asentarse definitivamente. Querían un nuevo tipo de escuela que no encontraban en sus localidades de origen. El milagro es que haya sido, sorprendentemente, una escuela, un tipo diferente de educación, el que haya producido este efecto llamada de familias preocupadas por ofrecer una buena educación a sus hijos. Lo que, a la postre, también ha evitado la desaparición del pueblo.

Lo que demuestra que el problema de la educación en España, sobre todo de la educación pública, es el de poder ofrecer un proyecto de calidad e innovador que conecte con las inquietudes e intereses de las familias. Cuando esto es así, cualquier zona de España podría contar con una demanda interesada por construir Escuela y por construir Futuro. Por el contrario, lo habitual en nuestro país es tener una oferta educativa homogénea y zonificada muy mediocre y de baja calidad, tanto en la pública como en la concertada, una oferta anticuada y masificada, además de un profesorado en buena medida cansado, desmotivado o que ha perdido su vocación de educar. Justo lo contrario de lo que sucede en esta pequeña escuela soriana.

Fuentelfresno constituye un rayo de esperanza de lo que podría ser una nueva educación pública en este país. Muchas familias interesadas, aún quizás en un porcentaje no mayoritario, -aunque no lo sabemos con certeza porque realmente no hay oferta tampoco donde elegir- sabrían apreciarla y serían capaces de apoyarla y de poner sus proyectos de vida en función de su viabilidad y del interés que le conceden a la educación de sus hijos e hijas. La educación pública debe seguir este camino de oferta innovadora y diversa, y abandonar, de una vez por todas, la uniformidad y la mediocridad a la que nos conducen estúpidamente nuestros políticos y administradores. 


                     

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