martes, 4 de enero de 2022

Vivimos en una realidad paralela, por si no lo saben.

 

                 INCOMPETENCIA DE COMUNICACIÓN LINGÜÍSTICA               

Si están muy aburridos y pinchan la página educativa de la Presidencia de la Junta de Andalucía comprenderán el título de esta entrada. Es lo que tiene la propaganda, su abuso provoca efectos psicotrópicos, desdoblamientos y alucinaciones. Algo que no ha cambiado con este "gobierno del cambio". Del cambio de personajes, que no tanto de política educativa. Aunque, bien mirado, ya es algo haber acabado con los que se creían eternos; sí, esos cortijero-socialistas que creyeron que Andalucía era su patio de cuadrillas y ellos los reyes del mambo. ¡Menuda faena, doña Susana! Decíamos, que viendo esa página web tenemos la sensación inquietante de vivir en una realidad paralela -sucia, problemática, contradictoria, irritante- que poco tiene que ver con lo "bien que va el sistema educativo andaluz" según nos cuenta esa "hoja parroquial" dirigida a los fieles devotos del Sr. Imbroda.

Es muy conocida la contestación de G. K. Chesterton, cuando le reconvenían sus allegados el haberse convertido tardíamente a la fe católica, que lo que se le pedía para entrar en la iglesia era quitarse el sombrero, no la cabeza. La traemos aquí a colación porque lo cortés no quita lo valiente, esto es, si una página web oficial, como la de la Presidencia de la Junta de Andalucía, sólo se dedica a la propaganda y no a reflejar la realidad educativa, con sus luces y sus sombras, es que se nos quiere tratar como a consumidores estúpidos, como a niños de baba, no como a ciudadanos adultos pensantes.

¿Por qué no salen ahí las 450 "caracolas" o aulas pre-fabricadas que todavía pueblan los patios de recreo o los solares contiguos de muchos centros andaluces? ¿Por qué no se informa cuándo y cuántas se van a erradicar cada año? ¿Cuántos centros escolares se encuentran aún en deplorables condiciones y escasos de material? ¿Por qué no se ofrecen datos sobre la evolución de porcentajes de fracaso y abandono escolar y cómo se piensa, realmente, y no mediante ocurrencias, reducirlos cada curso al ser los más altos de España y Europa? ¿Por qué no se informa sobre las plantillas mermadas del profesorado, incluso con los obligados incrementos causados por el Covid-19, o sobre el malestar docente después de tantos años de ninguneo y deterioro, y cómo se piensa aumentarlas y mejorar, respectivamente? En fin, podríamos seguir ensartando problemas como cuentas en un hilo interminable que daría la vuelta a Andalucía varias veces pero no queremos aburrirles. Cierto es que estos problemas no han sido creados por la administración actual, pero sí que su obligación es tratar de resolverlos en los próximos años, porque a eso se comprometieron en sus campañas electorales. Y basta repasar algunas de las entradas de este blog para tener una idea aproximada del volumen de problemas serios que arrastramos desde hace décadas en Andalucía.

Nos hacen falta muchas cosas, muchos recursos, muchos docentes, mucha honestidad, buen tino y alta capacidad pero, justo lo único que no nos hace falta es más propaganda. De esta ya acabamos jartitos después de más de treinta años de impresentables que anunciaban la primera, la segunda y la tercera modernización de Andalucía, y se quedaban tan anchos, y nosotros tan bobos asistiendo a ese carrusel de frivolidades en que se convirtió la política socialista mientras se nos caían los palos del sombrajo. ¡Menudos impresentables! Descubrimos, amargamente, que debajo de los adoquines de la Transición del 78 no estaban las playas del progreso andaluz sino los mismos eriales rancios del cortijo con sus señoritos y todo, entonces autodenominados progres andaluces de izquierdas que se solazaban comiendo tortillas en los pinares de Aznalcázar, mientras los obreros del metal les sacaban las castañas del fuego frente a las porras de los grises. Tortillas y castañas, un reparto bien asignado en la autonomía andaluza de entonces. 

Así que, ya ve, Sr. Imbroda qué jartitos estamos muchos andaluces de engaños, mentiras, traiciones y propaganda. ¿Por qué no dedica su página web oficial a ir mostrándonos cuáles son los problemas que tenemos y cómo se van afrontando por parte de su consejería? ¿Por qué no se dedica a realizar un ejercicio digno, honesto y sincero de su gestión como consejero, el primero no socialista después de más de treinta años? Verá, Sr. Imbroda, nadie con cabeza, como Chesterton, le va a pedir que los resuelva en cuatro años, sabemos que eso sería imposible, pero sí le exigimos, porque está en su mano, que no se ande con medias verdades, inventando ocurrencias imbéciles, poniéndose medallitas o dándose besitos -como en su página web- sino ofreciendo información clara, transparente y veraz acerca de cómo está nuestro sistema educativo, cómo lo ha cogido Vd. y cómo espera dejarlo cuando desaparezca, que lo hará, no le quepa duda. ¿No cree que sería un propósito muy oportuno para este año nuevo de 2022? Es lo menos a lo que debería Vd. comprometerse: a no engañarnos ni a seguir vendiéndonos humo. Nos lo debe a todos los andaluces, por la dignidad de su cargo y por la dignidad de los ciudadanos a los que dirige su acción política. 

¿Son el gobierno del cambio? ¡Pues que se note en algo, Sr. Imbroda! Acabe con la propaganda dirigida a niños de pecho de su página web. Si no sabe hacerlo mejor, ciérrela por lo menos, porque la realidad paralela que pinta en ella no se la cree ni Vd. mismo. Y, sospechamos, que la que vivimos nosotros en el sistema educativo andaluz es más veraz que la de su bonita página. Evite acabar como el rey desnudo del cuento. Evite acabar en el descrédito personal y profesional de los que le precedieron.

Ahora bien, Sr. Imbroda, si lo que pretende hacernos creer con su página web es que las realidades paralelas existen, algo así como que su consejería de educación es un reflejo de la película Matrix Reloaded en plan cutre, le facilitamos el siguiente vídeo que es bastante más increíble e hilarante. Aunque le advertimos que lo que puede sorprenderle, y quizás desagradar, es que algunos fenómenos inexplicables que aparecen en él son más creíbles que los que Vd. incluye en su página. ¿No le podría pasar a Vd. como a esa mujer del vídeo que desaparece en plena calle? Ándese con ojo con las realidades paralelas, Sr. Imbroda, que las carga el diablo.


                

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