INCOMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA
Ya que aquí, en este blog, solemos darle caña a los políticos que se lo merecen, vamos a romper una lanza por uno que ha actuado ejemplarmente. La pena es que no es español ni andaluz sino de Macedonia del Norte. ¡Lejos nos hemos tenido que ir para aplaudir a un político! Ante el acoso escolar que sufría una alumna de primaria con Síndrome de Down, el presidente del país -sí, como lo leen, el mismísimo presidente- decidió acompañarla él mismo al colegio ante el asombro de todos los allí congregados. Eso se llama dar ejemplo del bueno, algo a lo que aquí, desgraciadamente, estamos poco o nada acostumbrados. Más bien lo contrario, como vemos todos los días.
El acoso escolar es un problema muy serio que no se soluciona ni con teléfonos de la esperanza ni con comisiones provinciales ni con protocolos educativos. El acoso escolar es la consecuencia de un fallo sistémico, no sólo de la escuela y su profesorado, sino de la sociedad civil y de los responsables políticos. Pero aquí somos unos "máquinas" y nos dedicamos a inventar soluciones fáciles para problemas complejos o, más bien, a huir de dichos problemas y esperar que se pudran. Ante un caso de acoso escolar, en nuestros centros es práctica habitual acabar trasladando de centro al alumno/a acosado en vez de actuar sobre los acosadores. Eso sí, se suele hacer de forma muy sibilina convenciendo -pongan aquí carita enfadada- a la familia de que "lo mejor para su hijo sería un cambio de aires". Y en la mayoría de las ocasiones la familia acepta para perder de vista tanto a los malos profesionales educativos como a los alumnos acosadores. Pero, cada caso de acoso escolar así resuelto constituye una desvergüenza y una enorme injusticia, además de una medida equivocada que, en vez de erradicar el problema de acoso escolar, lo "premia" culpabilizando a la víctima que es separada de su grupo natural y, a veces, de su propio barrio. En muchos casos, además, hemos comprobado cómo desde el inspector, pasando por el delegado provincial y asesores varios, hasta cualquier político de altura, todos acostumbran a quitarse de en medio cuanto antes dejando el "marrón" al centro, siguiendo aquella vieja consigna -muy oportuna- de que "los trapos sucios es mejor lavarlos en casa" y con discreción.
Que países, como Finlandia, hayan implementado desde hace tiempo programas nacionales en todos sus centros escolares contra el acoso escolar -por ejemplo, el denominado Programa KiVa-, no ha animado siquiera a copiarlo a nuestros políticos educativos. Constatando así, de nuevo, que son incapaces de pensar más allá de sus intereses partidistas y de sus propios ombligos. Tampoco sabemos si realmente piensan, la verdad.
Pero lo más sorprendente del caso de acoso de Macedonia del Norte, del ejemplar comportamiento de su presidente con la alumna de primaria, lo que no deja de ser una anécdota, es que, convierte el sentido común, sin programa KiVa ni similar que sepamos, en acción educativa. Un sentido común que nos dice, sin necesidad de leer un solo manual pedagógico de atención a la diversidad, que el sistema educativo -y la sociedad en su conjunto- están para ayudar y proteger a los más débiles, para educar ejemplarmente los comportamientos de todos los participantes en el hecho educativo. Y ahí es donde el presidente de Macedonia del Norte ha elevado a categoría moral, llevando de la mano a dicha alumna, el propósito y fin último de la Educación con mayúsculas.
Una acción que nunca hemos visto por aquí ni por asomo, ni aún como estrategia populista, lo cual sería aún más deleznable. En nuestro país, a ningún político, ni andaluz ni español, le da por considerar la ejemplaridad (Javier Gomá) como principio fundamental de su acción política, humana y social. Una vez acceden al poder se apropian rápidamente de todos los privilegios del cargo (sueldo, dietas, coche oficial, palacio de residencia, corte de asesores y aduladores, control de los medios, aviones privados, etc...) y construyen un muro entre el poder que representan y sus gobernados. ¡Qué imbéciles! Nuestro impresentable presidente, el Sr. Sánchez, es un buen ejemplo de ello. Pero existen otros políticos europeos que los rechazan con el propósito de no alejarse de los problemas y la realidad que viven sus ciudadanos, además de servir como ejemplo de honestidad, austeridad y humanidad. Así que, ¡bien por el presidente de Macedonia del Norte! Por cierto, nuestros vecinos de Portugal tienen también la suerte de contar con el muy querido y reelegido presidente Marcelo Rebelo de Sousa, un paradigma de la ejemplaridad y del afecto que le profesan mayoritariamente sus conciudadanos de cualquier condición.
Aquí más abajo les dejamos un vídeo de la noticia. En Andalucía, a esta niña no la acompañaría a clase ni el inspector de la zona. Sr. Imbroda, se le ha escapado esta foto, lástima. Y nuestro Juanma, el presidente andaluz, debe estar tan preocupado con los espías de su propio partido -menudo ejemplo el del PP- que no se prestaría para ir de la mano de nadie, y menos de una niña, porque le podrían montar un dossier de pederastia en menos que canta un gallo.
Y como ya es habitual este mes de febrero, les dejamos con una sonrisa carnavalera, un ramillete de cuplés de diferentes e irreverentes chirigotas de calle del Carnaval de Cádiz de 2020.
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