INCOMPETENCIA DE APRENDER A APRENDER, SOCIAL Y CIUDADANA
Este pasado jueves 24, el gobierno ruso, liderado por el iluminado megalómano Putin, ha bombardeado e iniciado la invasión de Ucrania matando a decenas de soldados y civiles. Sin pudor alguno, lo ha justificado con mentiras e interpretaciones propias de un majara como Hitler. Sí, pero un majara que tiene en su dedo índice el terrible poder de apretar el botón de la MUERTE de miles o millones de personas. Parece que Europa no ha aprendido nada después de sufrir el terrible y sangriento s. XX, y sus sistemas políticos, sobre todo cuando se convierten en autocracias populistas o satrapías, no logran evitar que verdaderos psicópatas concentren un poder omnímodo y sean capaces de destruir el mundo de todos.
Cuando hace veinte años, otro majara, en este caso norteamericano, el entonces presidente George W. Bush, decidió invadir Irak, justificándolo también con mentiras, toda la progresía de izquierdas acuñó el eslogan del NO A LA GUERRA. Un grito lanzado, sobre todo aquí en España, contra el patético presidente de entonces, José M. Aznar. Ambos, junto con el premier británico Tony Blair, formaron el peor trío -fullero- de la historia que se recuerda: el Trío de las Azores. Una vergüenza que no debería olvidarse.
Pero hoy, también es una vergüenza que los mismos que, entonces, enarbolaron las pancartas del No a la Guerra, callen o se pongan exquisitos cuando es un tirano -heredero del imperialismo más rancio, el comunismo soviético- el que empuña las armas contra un pueblo más débil. ¿Ya no hay que sacar a las multidudes a la calle? ¿Ya no hay que hacerse fotos en la delantera de las manifiestaciones pacifistas? ¿Ya no hay que denunciar ante el mundo a los líderes imperialistas? ¿Basta tan sólo con una nota de prensa y unas declaraciones falsamente equidistantes -No a la guerra y No a la OTAN-? Cuando la invasión de Irak, no recordamos que su No a la Guerra lo acompañaran con el No a la tiranía iraquí. ¿Dónde está ahora esa izquierda buenista y bien alimentada tan preocupada por el derecho a la independencia? ¿Es un derecho que no tiene Ucrania? Y, más aún, ¿cómo justificar a un criminal, aunque lo consideren uno de los suyos, en pleno s. XXI? ¿Cómo hay que defender la Paz cuando van a quitarte todo lo que tienes, incluida la vida? ¿Con diálogo y buenas maneras? Es evidente que, cuando se dispone de coches oficiales con calefacción en los asientos y privilegios inmerecidos es más fácil silbar y mirar para otro lado.
Europa vuelve a convertirse en un territorio de guerra e injusticia, como ya ocurrió hace treinta años en el conflicto de los Balcanes. Conflicto en el que, por cierto, la Unión Europea ejerció un papel vergonzoso. ¿Se inhibirá de nuevo y nos convertiremos en neutrales observadores de un acto criminal? O, ¿volveremos a los prolegómenos de la II Guerra Mundial, cuando en 1938 otro psicópata, Hitler, anexionó Austria y a continuación invadió y se apropió de los Sudetes en Checoslovaquia con los mismas trampas y argumentos que hace ahora Putin? ¿Volveremos a la desastrosa política de apaciguamiento que propició que Hitler tuviera tiempo de rearmarse para una guerra de conquista? ¿Ya no nos acordamos de la primavera de Praga, cuando en 1968 los tanques soviéticos invadieron Checoslovaquia y pisotearon sus anhelos democráticos? Preguntas, preguntas.
Tenemos muy mala memoria y, ciertamente, hemos aprendido muy poco si no tenemos la convicción de que, ante hechos tan graves, no tenemos más remedio que defender nuestras libertades, nuestros derechos y nuestras democracias con todas nuestras fuerzas. Por cierto, nos gustaría ver qué harían para defender a Ucrania los gurús de la Educación por la Paz que dan sermones e imparten doctrina en los centros escolares. Bla, bla, bla.
Año 2022. Las vidas humanas empiezan a valer muy poco. La verdad aún menos.
Por una vez, no tenemos ganas de sonreír. Así que les dejamos con el maravilloso Adagio para cuerdas de Barber, interpretado por la Filarmónica de Viena bajo la dirección de Gustavo Dudamel. En memoria de los que sufren, mueren y seguirán muriendo en Ucrania.
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