jueves, 17 de marzo de 2022

Por un Pacto Social -que no político- de la Educación

 

                       INCOMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA                       

Estos días escala la desgracia -pandemia, crisis energética, guerra, gobierno incapaz- hasta cotas desconocidas desde hace décadas, como si Pandora hubiera abierto, de nuevo, la maldita caja. De ella escaparon todos los males del mundo menos el único bien que allí encerraron los dioses: la esperanza. Y ella nos es más necesaria que nunca en estos momentos de tribulación. Mientras tanto, nuestros imbéciles ilustres -que no ilustrados- continúan enzarzados en estupideces curriculares: el gobierno del País Vasco va a escolarizar totalmente en euskera (¡) a los niños ucranianos, algo que podría ser denunciado ante UNICEF como maltrato infantil; se suprimen las calificaciones numéricas en Primaria -otra vez-, como si eso cambiara algo; se incluirá como contenido de Educacíón Física aprender a montar en bici, y lo malo es que, por primera vez en la historia, algunos la suspenderán por eso, pobrecitos... En fin, el caudal de ocurrencias y frivolidades es inagotable, solo tienen que bucear cinco minutos en Google.

Por todo ello, más todo lo que llevamos arrastrado desde hace años -8 leyes 8-, tenemos que renunciar a la sensata demanda de un Pacto por la Educación consensuado por la mayoría de las fuerzas políticas de nuestro país. Tenemos que reconocer que con estos mimbres es imposible hacer ningún cesto que sostenga nada sólido. La colección de políticos incompetentes en el ámbito educativo es de tal magnitud que cualquier pacto que saliera de ese cónclave de insensatos sería una necedad. 

Descartado, pues, un Pacto político por la Educación, solo nos queda imaginar un Pacto Social por la Educación que deje fuera a este colectivo de majaras ignorantes. Así que nada de pacto político porque por ahí no vamos a ningún sitio. Pacto social. La Educación es algo muy serio como para dejarla en manos de estos personajes de tebeo. ¿Cómo se podría hacer? Ni idea, la verdad. Habría que articular otros cauces de participación alejados de -y no contaminados por- los circuitos políticos y eso solo se puede acometer en el seno de una sociedad civil bien organizada y motivada. Así que, nos tememos que aún estamos muy lejos de ello pero, desde luego, no más lejos de lo que estamos de un pacto educativo firmado por nuestros políticos que merezca la pena. Quizás, solo una desgracia más que colme el vaso de la historia reciente pudiera movilizar a una ciudadanía adormecida que entrega su voto -sin apenas reflexión- a unas listas cerradas de candidatos que tampoco ayudan mucho a elegir, la verdad. 

Los optimistas argumentarán que siempre nos quedará la esperanza, pero olvidan, como hacemos los optimistas informados, que la esperanza sigue encerrada en la caja, y que solo Pandora puede abrirla. ¡Pandoraaaaaa!

Ahora bien, para no caer en el desánimo, hemos de reconocer que también lo puede hacer con música el compositor estepeño Jesus Joaquín Espinosa de los Monteros -no confundir con el representante de VOX-. Les dejamos con esta delicia cuaresmal de la marcha "Siempre la Esperanza" en la versión para cuerdas que grabó Esencia Flamenca justo antes del confinamiento del 14 de marzo de 2020 y que nos ha acompañado durante toda la pandemia. Que la disfruten. 

 

                        

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