domingo, 23 de octubre de 2022

¡Tenemos la solución para los pobres resultados de las pruebas de evaluación del sistema educativo!

 

             INCOMPETENCIA DE RAZONAMIENTO MATEMÁTICO             

Como no damos ni una en las pruebas nacionales e internacionales que evalúan aprendizajes básicos o indicadores de calidad educativa, y parece que esta situación no tiene remedio, frente a los que proponen que hay que evaluar alguna que otra vez lo que pasa en nuestro sistema educativo -sobre todo si se pueden manipular las cifras a su antojo-, nosotros hemos hallado la solución a este problema eterno. No podía ser más sencilla, estaba delante de nuestros ojos y no la veíamos. Pues bien, la solución es evaluarlo continuamente, sin parar, cada día, cada hora, cada factor, cada elemento, cada participante, cada currículo, cada programa, cada momento. Que toda la enseñanza esté enfocada a realizar pruebas, rellenar cuestionarios, aplicar baremos, desarrollar protocolos cada vez más complejos y farragososos, poner exámenes a todas horas, sobre todo exámenes sorpresa, cómo no, escribir diarios del profesor, del alumno, de la familia, del director, del orientador, del conserje, realizar grabaciones del día a día, incluso con drones, comentar descripciones, realizar valoraciones personales, promover reflexiones en grupo, en pareja, individualmente, elaborar informes mensuales, anuales, por actividades..., y con todos los datos y materiales obtenidos tener la paciencia de meterlos en el Gran Programa Séneca, oh Gran Hermano. Sí, quizás reventase todo, pero se contrata más personal y se aumentan centenares de teras de capacidad en los servidores centrales y listo.

La solución pasa por evaluarlo TODO, y en TODO momento, y por TODAS las personas que participan directa o indirectamente en el hecho educativo. ¡La evaluación como eje de la enseñanza! ¡Quién dijo miedo! ¿Quién dijo que el alumno era el eje del aprendizaje? Eso era antes, estos pedagogos... Den a nuestros políticos la posibilidad de promulgar tres o cuatro leyes educativas más y lo habremos conseguido. Estamos en la senda correcta ¿Que qué ganamos? Mucho. Lo primero es lo entretenido que resultaría. No hay mejor mantenimiento de la disciplina y del trabajo docente que mantener a alumnos y profesores haciendo tareas sin fin y sin sentido. Lo segundo es que tendríamos tal cantidad de datos que sería imposible procesarlos. Así que, si lo que queremos es NO saber nunca lo que pasa dentro del sistema educativo lo mejor es inundar Séneca y Torretriana de información insulsa. Un big data a lo andalú. Lo tercero es que la infinita variedad de datos posibilitaría justificar las conclusiones que quisiéramos, daría igual ocho que ochenta, se podría justificar aumentar la ratio o reducirla, poner religión o quitarla, contemplar exámenes en septiembre o quitarlos, así que los políticos podrían seguir haciendo lo mismo que hasta ahora, o sea, lo que les salga de allí sin consultar a nadie pero, eso sí, siempre "con datos en la mano". Lo último, pero no menos importante, es que confundiríamos a todas las agencias y servicios de evaluación internacionales y dejarían de intentar evaluarnos con sus propios criterios e instrumentos. Seríamos, por fin, un verso libre en el concierto internacional. Spain is different.

¿Que no podríamos hacerlo? ¿Que esto sería una locura? Vamos a ver, ¡pero si ya lo estamos haciendo desde hace décadas! Pregúntenle a cualquier docente a qué dedica la mayor parte de su tiempo de trabajo en el centro y en casa: ¡pues a rellenar papeles! Sólo hace falta un empujoncito más. ¿Que acabaría con la paciencia y la salud mental de muchos?, ¡quiá!, entonces es que no conocen a buena parte del profesorado. Nadie chista en público con la cantidad de tonterías burocráticas que les obligan a hacer a diario. En privado algunos sí, claro, pero eso no sirve para nada. Tampoco asociaciones ni sindicatos están por la labor de denunciar lo que Michael Apple denominó la intensificación del trabajo docente. Aquí casi nadie lee nada, y mucho menos a Apple. ¿No es una marca de ordenador? Así que están Vds. muy equivocados, el profesorado andaluz mayoritariamente estaría a nuestro lado para llevar a cabo la solución definitiva de la falta de evaluación veraz y contrastada del sistema educativo. Evalúa que algo queda será el nuevo programa "estrella" de la Consejería de Educación. O estrellado.

No obstante, lo cierto es que no existe sistema o instrumento de evaluación que no pueda ser vulnerado, falseado o manipulado y, si no, vean el siguiente vídeo de José Mota.


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