viernes, 28 de octubre de 2022

¡Tenemos la solución del acoso escolar!

 

              INCOMPETENCIA SOCIAL Y CIUDADANA             

El acoso escolar se ha convertido en un problema estructural del sistema educativo. No es el problema de unos pocos -los acosados y sus familias-, pobrecillos, son muchos los que lo padecen o lo han padecido en alguna ocasión. Las estadísticas "oficiales" sólo recogen los casos que finalmente llegan a denunciarse, pero existe un alto porcentaje oculto que no se denuncia. No es un problema causado por la falta de disciplina en los centros escolares, aunque sin duda coadyuva. No es un problema asociado a una determinada clase social, es transversal. No es un problema causado por la falta de sensibilidad de los docentes, aunque haberlos haylos. No es un problema producto de una errónea educación familiar. El acoso escolar es un problema social y educativo complejo que no puede ser resuelto con medidas aisladas, programitas efímeros, teléfonos de asistencia o voluntarismo de unos pocos. Organización escolar, currículo, formación del profesorado, actuación de las familias, dinámica de grupos cautivos, personalidad de los sujetos, contexto social, medios de comunicación, redes sociales, violencia institucional, etc., interactúan a la vez como factores determinantes, de ahí que siga sin resolverse si no se encaran políticas educativas más ambiciosas y globales. La realidad es que el acoso escolar sigue creciendo a pesar de que muchos están más interesados en silenciarlo o ignorarlo que en afrontarlo.

Como quiera que la administración educativa sigue sin dar una para encarar este grave problema, hemos encontrado la solución para la erradicación definitiva del acoso escolar. La teníamos delante pero no lo sabíamos. Es muy simple. Se resolvería de un plumazo y para siempre. ¿Cómo? Pues TRASLADANDO A TODOS LOS ACOSADOS A UN MISMO CENTRO, un centro específico que estaría destinado sólo para acoger víctimas de acoso escolar. ¿Ven como era fácil? De hecho, se han venido haciendo tímidos intentos de llevarlo a cabo pero, como siempre, con excesiva prudencia y parsimonia, a la chita callando, vamos, con disimulo y algo de vergüenza. ¿O no suele ser habitual que la solución para resolver un problema de acoso escolar sea la de trasladar a la víctima a otro centro mientras sus acosadores se mantienen en el suyo? Pues eso es lo que hay que hacer, pero a las claras y a lo bestia, y con todos los acosados.

Piénsenlo bien, esta solución tendría muchas otras ventajas además de la de resolver el problema personal y social de las desdichadas víctimas. Los centros de "acosados" estarían situados a las afueras del pueblo o ciudad, vigilados exteriormente por la policía local, y a cargo de profesorado especialmente formado en el tema, con lo que cual abandonaríamos, por fin, la idea de formar a todos los docentes (¡como si ese fuera un problema suyo!); ahorraríamos, además, en sufrimiento innecesario de víctimas y familias, ahorraríamos en dinero y esfuerzo para descargar de tareas a los servicios sociales y de salud mental infantil, incluso la mayoría de los centros podría tener una plaquita en la fachada con el anagrama de la Consejería de Educación en la que figurara "Centro libre de acoso" rodeada de caritas felices y, por último, se podría enviar también a estos centros al profesorado que haya sufrido acoso laboral por parte de inspectores, equipos directivos, jefes de departamento o colegas acosadores. ¿Qué les parece? Todos son ventajas.

¿Que eso significa crear guetos infames o señalar a las víctimas en vez de a sus agresores? ¡Por dios! ¿Qué mente tan retorcida puede pensar eso? Es justo lo contrario, supone aislarlas para defenderlas mejor, como si cada centro específico fuera un "fuerte" fronterizo que hubiera que defender de los sanguinarios "indios". ¿Que el problema no se resolvería porque seguiría existiendo acoso en muchos centros? Eso no es posible porque bastaría con aumentar el número de centros de "acosados". ¿Que también surgirían acosadores en los centros de acosados? Entonces, ya sanados, se los devolvería a los centros de origen. Todo está pensado. ¿Que existen medidas que otros países han desarrollado con éxito para erradicarlo? Bueno, en todo caso sus efectos son muy dudosos y, además, cuestan mucho dinero y esfuerzo, y no está la cosa como para derrochar ni lo uno ni lo otro. ¿Que todo esto no tiene nada que ver con una medida educativa? ¡Pues claro que es una medida educativa!, además de social, porque al cabo todos sabríamos con claridad si somos víctimas, agresores o mirones, tontos de baba o listillos, cobardicas o valientes, y eso -que no se enseña en la escuela, por cierto- es uno de los principales aprendizajes que debe plantearse una persona alguna vez en su vida, nosce te ipsum. Y si no, vean el siguiente vídeo.


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