viernes, 22 de julio de 2011

Los recortes que vienen: la muerte anunciada de la educación pública.

INCOMPETENCIA DE RAZONAMIENTO MATEMÁTICO

PRINCIPIO DE MORGAN: hablen de lo que hablen, siempre hablan de dinero.
LEY DE HEYMANN: la mediocridad se reproduce.


Preparémosnos para los recortes que vienen, tanto si salen unos como si salen otros. "Entre todos la mataron y ella solita se murió", se podía decir de la Educación Pública, una de las conquistas más valiosas de los estados modernos ahora en peligro de demolición gracias a la frivolidad política de unos (PSOE) y la ciega codicia de otros (PP). Ahora, mira por donde, vamos a revisitar los años 80 de la Gran Bretaña de Margaret Tatcher o el mediocre sistema educativo norteamericano, gracias a los adalidades de las visiones neoempresariales de la Escuela que florecen tanto a la derecha (PP) como a la derecha (PSOE).

Tantos años de mala -delictiva en algunos casos- gestión de lo público, también en el ámbito educativo, van a ser la excusa perfecta no sólo para acabar con lo mejor de la Escuela Pública tal y como hoy la conocemos sino con los principios que la sostienen desde el siglo pasado: universalidad, comprensividad, atención a la diversidad o equidad. La (i) responsabilidad de los gobiernos progresistas, sobre todo aquí en Andalucía, pero también en el estado español, acabará probablemente con sus huesos en la eterna oposición pero, desgraciadamente, se llevarán por delante dichos principios para sustituirlos por otros: competencia (individual y entre centros), preeminencia del mercado y de la rentabilidad económica, selección de los mejores (los que se lo puedan pagar)  y aumento de la desigualdad y brecha social. Regresaremos, otra vez, al siglo pasado de la mano de una política educativa nefasta que todos estos años ha sido frívola con lo público, errabunda en los fines y programas, torpe en las estrategias, despilfarradora con los recursos, electoralista en su peor sentido, sin amplitud de miras más allá de las banderías y peleas de medriocres, sin grandeza ni honestidad.

Enfrente, con el camino abierto que deja una política descreida y podrida en sus raíces, la ceguera del mercado al que se fiará ahora la bondad del nuevo sistema educativo: el auge de la política de conciertos (aún más que la realizada por el propio PSOE), la progresiva privatización de lo público, la reducción drástica de recursos humanos y materiales (Madrid suprime las tutorías), la división y desmovilización (aún más) del profesorado, la selección del alumnado y la desigualdad en el acceso a los estudios. Estudiar dejará de ser un derecho para convertirse en un mérito al alcance sólo de unos pocos. El resto no recibirá Educación, recibirá "entretenimiento", como ocurre ya hoy en muchos centros y aulas. No será por tanto un cambio drástico, no lo notaremos apenas a corto plazo, porque la situación actual ya sigue esas premisas de manera más o menos encubierta.

Frente a esto, sólo el rearme moral y político en defensa de una Escuela Pública de calidad podría sacarnos de un regreso al pasado cuyas consecuencias están a la vista de cualquiera que se moleste en leer qué pasa con los sistemas educativos neoempresariales, a quiénes benefician y a quiénes perjudican, y el coste social que pagan las futuras generaciones por muy barato que se presente el coste presente.

Esperemos que, aunque sea en el último momento, la sociedad en su conjunto no consienta otro ataque, como el que llevamos sufriendo hace años, a la Educación de este país, porque sería definitivo y demoledor, da igual quién empuñe el mazo. Ojalá no sea así. Si ahora no ven que las aparentemente inocuas Competencias Básicas son sólo un instrumento más de esta visión neoliberal de la Educación, tanto en las escuelas como en la universidad, neurotizadas por los resultados, la rentabilidad económica y el desarme social, sólo tendrán que esperar unos meses... si nadie lo remedia.

Ahí les dejamos con un reportaje actual de la TV pública argentina sobre los resultados de la aplicación de las políticas neoliberales en la educación sudamericana. Cierto que estamos lejos, geográficamente al menos, pero las claves básicas que generan la desigualdad y la injusticia social son las mismas. La pregunta: ¿a quiénes perjudican dichas políticas? Respuesta: siempre a los mismos, a los que menos tienen.







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