viernes, 15 de julio de 2011

Unas instrucciones de chiste (II): la lectura obligatoria,

INCOMPETENCIA DE AUTONOMÍA E INICIATIVA PERSONAL

LEY DE CORNUELLE: La autoridad tiende a asignar tareas a los menos capaces de realizarlas.


INSTRUCCIÓN 5ª.1: Los centros al organizar su práctica docente en la Educación Primaria, deberán garantizar la incorporación de un tiempo diario de lectura de una hora, o el equivalente a una sesión horaria, en todos los cursos de la etapa.

"Afuera aparte" de que están pésimamente escritas, las INSTRUCCIONES mencionadas en la entrada anterior dan para mucho, así que aquí tenemos una segunda entrega. Si ya la primera era de chiste, estas instrucciones son la evidencia palmaria que nos va a permitir acabar de una vez por todas con la cantimela de la "reconocida autonomía pedagógica de los centros educativos y del profesorado" consagrada tanto en la Ley Orgánica de Educación (2006) como en la Ley de Educación de Andalucía (2007): es mentira, mentira podría. Si hemos llegado a tener que aguantar que se  "ordene" a los centros que dediquen una hora diaria a la lectura obligatoria, tanto en Primaria como en Secundaria, esto es, un 20 % del horario semanal, y a tantas otras pamplinas que ahora no vienen al caso y que todas juntas sumarían más del 200 % de dicho horario, es evidente que la tan cacareada autonomía pedagógica es un pompa de jabón que sólo les sirve para adornar boes y bojas. ¡No hace falta volver al sistema educativo centralizado de la época franquista, ya tenemos diecisiete por Comunidades Autónomas!

Al no fiarse del profesorado -hacen mal- tienen la poca vista de obligarle a golpe de boja a hacer lo que ellos quieren -y al carajo con la autonomía que queda como simple palabrita de sobremesa-, con lo cual crean dos problemas donde antes no había ninguno: el primero, que un profesorado que ve constantemente puesta en duda su profesionalidad acaba por alejarse de las consignas del poder, o a resistirse pasiva y activamente a sus ocurrencias, a la postre, a trabajar con desgana e inseguridad, mucho peor de lo que podría hacerlo. El segundo, si se ordenara a golpe de aciertos y evidencias, en plan emperador visionario, todavía podríamos pensar que el profesorado no está a la altura de las circunstancias del líder pedagógico encerrado en Torretriana, pero si encima, se gobierna a golpe de simplezas y ocurrencias del último que llega al partido -de juego-, sin tener ni idea de cómo va la cosa, ni como fue, ni porqué, entonces lo que tenemos delante es un deterioro imparable del sistema educativo, de la Educación andaluza. Deterioro en el que estamos instalados desgraciadamente desde hace décadas sin que nadie mueva un dedo al menos para pararlo, si no reconducirlo, que sería lo cada vez más necesario.

Por otra parte, el sentido y fondo de las instrucciones -ya que la forma es deleznable-, la lectura obligatoria por tiempos, es sumamente cuestionable desde muchos puntos de vista, no sólo didáctico, sino también desde el punto de vista literario. Según algunos autores de renombre y críticos, leer es un verbo que no se puede conjugar en imperativo sin perder lo mejor de su significado, de ahí que siempre se haya hablado de "animación a la lectura" no de la "obligación a la lectura" de tiempos ya olvidados que estos próceres parecen ahora rescatar de la naftalina de la educación pasada.

La neoempresarial preocupación neurótica por los resultados educativos, la centración en la "cantidad" que no en la calidad o el intento, ahora por lo visto "progresista", cuando siempre ha sido propio de la derecha más rancia -tatcheriana-, de mejorar la educación a golpe de incentivos económicos dirigidos al profesorado y/o a los centros, no son otra cosa que visiones retrógradas que demostraron ya su ineficacia para mejorar la Educación en los países en los que se implantó -Gran Bretaña con Margaret Tatcher o EEUU desde Regan a los Bush-. Ahora, los socialistas se apuntan a estas viejas políticas desconociendo sus tan perversos como predecibles resultados: el empeoramiento de la calidad educativa y la desprofesionalización del profesorado.

Ahí tienen una ligera entrevista al filósofo José Antonio Marina para a ver si son capaces de ver la relación entre estas instrucciones y algunas claves de lo que de verdad necesita la Educación de este país. Que la disfruten...






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